Reelección: ¿a cambio de qué?
Por FELIPE ESTEBAN ARIZA
La República Dominicana ha pasado por muchos gobiernos, la gran mayoría muy malos. Hemos tenido de todo, principalmente una clase social dirigente que se acomoda y no quiere dirigir, solo le interesa medrar, lo que la lleva a ser servil con quien tiene las garras, las mañas o popularidad para gobernar.
Eso pasó con Pedro Santana, a quien le ofrecieron el famoso Art. 210 de nuestra 1a Constitución, aunque ahora lo nieguen y digan que fue él quien lo exigió. Lo mismo sucedió con Báez, Lilís, Trujillo, Balaguer, Leonel. Y aquí estamos, de nuevo con pocas opciones.
Todo parece indicar que: o tenemos una nueva reelección, que bien podría ser condicionada, o perdemos la oportunidad de obtener algo a cambio de esta. Podríamos caer en manos ya conocidas, manos -más que mentes- que despreciaron la oportunidad histórica que se les presentó para hacer los cambios estructurales que el país requiere e iniciar el camino hacia una sociedad más justa.
Leonel Fernández, que se resiste a reconocer que su oportunidad ya pasó, tuvo durante 12 años el poder de proponer parte de esos cambios y, por el contrario, se dedicó a hacerse “el necesario” para esa vieja clase social dirigente que mencioné anteriormente.
Hipólito Mejía ha demostrado que tiene más interés en un gobierno tipo siglo XVIII que en un gobierno humanista del siglo XXI. El joven Luis Abinader, de quien se dice que ganó la convención a Hipólito, es parte de la “nueva camada de chicos ricos” que sustituyen al papá rico que una vez fue pobre.
Esta “nueva camada” criada en el boato de la dolce vita no tiene interés en los avances sociales, no los entiende; lo suyo son las nuevas tecnologías, los mercados abiertos y toda esa verborrea de hacer dinero con dinero. La situación de los sueldos y las luchas por mejorarlos son la mejor prueba de esto.
Hoy tenemos otra vez la oportunidad de negociar algo para el país o permitir que, al igual que en 1994, solo negocien los mismos de siempre y al final salgamos trasquilados algunos de los que negocien y el resto de los ciudadanos. “¿A dónde lleva esto?” me preguntarán. Ahora lo explico.
Durante la crisis política del año 1994 hubo un momento en el que Balaguer estuvo dispuesto a negociar cambios estructurales en las leyes que controlan el gobierno del Estado. Algunos dirigentes de la oposición, creyéndose más inteligentes que todo el mundo y buscando solo su beneficio electoral en el momento, intentaron engañar a Balaguer. Craso error, salieron trasquilados.
Hoy estamos en una situación similar: el comité político del PLD quiere reelegir a Danilo Medina, Leonel Fernández lo quiere impedir. Si Leonel logra su propósito, el panorama electoral será muy inestable, cualquiera se podrá colar. Si es el comité político quien lo logra, negociando entre ellos, no pasará de ahí: gobernará 4 años más “brincando charquitos” con el populismo debajo del brazo. Danilo Medina lo sabe, lo sabe tan bien que se resiste a ese plan.
¿Qué se puede hacer? ¡Negociar!
Dicen que las encuestas señalan a Danilo Medina como favorito para las elecciones del 2016, con más del 80 % de los votos; a Leonel Fernández, con menos de un 10 %, y todos los otros candidatos se tienen que repartir lo que queda. Si a Danilo Medina lo reelegimos en las actuales condiciones legales en que funciona el Estado dominicano, tendremos más de lo mismo: un Estado injusto con sus dueños, esa es la razón para que se resista a ser reelegido.
Sabe que con la actual estructura jurídica no puede hacer mucho por los que lo eligieron y piden su reelección, si es que la piden, y aparentemente él quiere hacer algo que trascienda en el tiempo. Ayudémosle pues ¿Cómo?
El PLD, que parece lo quiere reelegir, tiene la oportunidad de reformar completamente la Constitución del 2010, volver a la Constitución que se discutió por más de 6 años, la que elaboró ese grupo de abogados comprometidos, la que Leonel Fernández destruyó al someterla al Congreso. Pedir, como en abril del 65, volver a una buena Constitución; creo que eso es lo que quiere Danilo Medina. No reformar solo el artículo o los artículos que se refieren a la reelección; él quiere un cambio completo, igual lo quiere la población mayoritariamente, un cambio que le permita reformar en algo sustancial la situación del país.
Danilo Medina, al igual que la mayoría de los ciudadanos de este país, queremos poder someter al Congreso cambios en las leyes fundamentales que gobiernan el Estado, leyes que permitan los cambios necesarios para hacer un gobierno humanista tipo siglo XXI. Si esto no se logra en estas circunstancias favorables, si el PLD no se aboca a cumplir con su obligación histórica, si simplemente reforma lo que coyuntural y electoramente le conviene a ellos en este momento, se arriesgan a perderlo todo.
Solo hay que escuchar y leer, por ejemplo, la emisora radial Z101 o los periódicos impresos y digitales: el clamor diario de ciudadanos de todas las clases sociales pidiendo orden, respeto y control para acceder a la sanidad pública, a la educación, comida, vivienda, diversión y un largo etcétera.
Este sería un negocio de “ganar-ganar”, como se dice ahora; los senadores, diputados, alcaldes, regidores, ministros, funcionarios, todo el mundo quiere ser reelecto. Si hacemos una profunda y buena reforma a la Constitución todo el que la apoye será reelegido por su demarcación ¡Seguro!
Ayudemos a Danilo Medina a lograr los cambios que nos urgen, no perdamos esta oportunidad como en 1994-1996.
Démosle al PLD lo que quiere a cambio de lo que queremos: la oportunidad de cambiar el país para bien.