RD entre países de AL reduce pobreza en paralelo al aumento ingresos laborales
Santiago de Chile, 15 ene.- La pobreza extrema en Latinoamérica alcanzó en 2017 el nivel máximo de los últimos diez años al afectar a 62 millones de personas, lo que supone un 10,2 % de toda la población, según informó hoy en Santiago de Chile la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En su informe «Panorama Social de América Latina 2018», con datos de diciembre del año anterior, la Cepal dijo que a pesar de la tendencia al alza de la pobreza extrema en los últimos tres años, la proporción de pobres se mantuvo estable al afectar a un total de 184 millones, un total del 30,2 % de la población latinoamericana.
«Hay países que han logrado avanzar mucho en pobreza extrema. Casi superándola en el caso de Chile, Uruguay y Argentina», afirmó en declaraciones a Efe la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.
Pero matizó que «sin duda donde hay que poner mayor atención es en Centroamérica, en especial a México y Honduras, lugares en los que ha aumentado la pobreza extrema con efectos en la inmigración».
Los países que más redujeron la pobreza entre 2015 y 2017, según el documento, fueron Chile, desde el 13,7 al 10,7 %; Argentina, del 21,5 al 18,7 %, El Salvador, desde el 42,6 al 37,8 %, y Paraguay, desde el 23,4 al 21,6 %, mientras aumentó en Brasil, del 18,8 al 19,9 %.
Según el análisis de la Cepal, las mayores reducciones de la pobreza van en paralelo con un aumento de los ingresos laborales de los hogares de menores recursos en Chile, El Salvador y República Dominicana, mientras en Costa Rica, Panamá y Uruguay el principal factor fueron las pensiones y transferencias recibidas por los hogares de menores recursos.
«Con el gasto social per capita se puede analizar con mayor precisión en qué países se está dando más importancia a esta cuestión ya que las familias de extrema pobreza son más sensibles a los apoyos públicos, por ejemplo con las pensiones», destacó Bárcenas.
«Pero también hay que hacer más para que se incluyan políticas laborales, que es donde hay mayor informalidad», agregó.
En este sentido, el informe destaca que más de la mitad de ocupados en América Latina no cotizan y que en concreto solo un 48,1 % están afiliados a los sistemas de pensiones.
«Por eso recomendamos a los países fomentar políticas de inclusión laboral relacionadas con la capacitación, los incentivos laborales y la protección al desempleo. Son medidas muy específicas destinadas en especial a la población joven y extremadamente pobre», explicó Bárcena.
Según el informe, el gasto social de los países analizados es menor en aquellos que requieren una mayor y urgente inversión en políticas sociales.
En cuanto a las subregiones, los países de Centroamérica destinan de media un 9,3 % del PIB al gasto social mientras que el Caribe invierte un 11,6 % y la zona de Sudamérica un 12,8 %.
El informe «Panorama Social en América Latina de 2018» también pone el acento en «las brechas entre diferentes grupos de población y de área de residencia».
Según recoge el documento, la pobreza es un 20 % mayor en las zonas rurales y afecta en un 23 % más a las personas indígenas.
Además, la tasa de pobreza de niños y adolescentes es un 19 % mayor que en las personas de 35 a 44 años.
El documento presentado este martes también concluye que la tasa de actividad laboral de las mujeres es un 24,2 % inferior a la de los hombres.
«Las mujeres tienen menos posibilidad de participar en el mercado laboral debido a la alta carga de trabajo doméstico no remunerado. En concreto, el porcentaje de mujeres jóvenes de la región que no estudia y no trabaja es casi el triple que en los hombres, al situarse en un 31,2 % y un 11,5 %, respectivamente», según señala el informe.
Ante este escenario «transicional», la directora ejecutiva de la Cepal recomendó a los países de la región «potenciar el gasto social, fortalecer la protección social e incentivar la inversión pública y privada en materias de desarrollo sostenible».
En cuanto a las previsión del informe del próximo año, Bárcena afirmó que se espera un estancamiento del 10,2 % de la población en pobreza extrema «aunque puede ser que aumente en un millón las personas afectadas debido al crecimiento poblacional».
«En el caso de la pobreza en general creemos que puede disminuir hasta en un punto porcentual», concluyó Bárcena.
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