Radiografía de la artesanía dominicana (y 2)

En este Siglo XXI -de la globalización, el conocimiento, el cambio tecnológico constante, la innovación y la rapidez- el fomento adecuado de la actividad artesanal constituye una vía adecuada para impulsar y potenciar la creación de empleos, el incremento de las exportaciones y, en efecto, el ingreso de divisas a la República Dominicana.
En los últimos años, el mercado artesanal en el país desarrolla un comportamiento  comercial  por  el orden  de los 4 millones 200 mil dólares, lo que, inequívocamente, lo define como un importante renglón económico, que tiene su mayor mercado dentro del  sector  turístico, el cual atrae  actualmente más de 6 millones de visitantes al territorio nacional y que dentro de poco llegarían a 10 millones, como lo ha propuesto el Presidente Danilo Medina.
 Además, existe un elevado proceso de exportación de obras artesanales a más de 15 países, siendo los principales destinos, Puerto Rico, Estados Unidos, Barbados, Aruba, Canadá, Islas Vírgenes y Guadalupe.
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Datos aportados por el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD) revelan que las exportaciones de productos artesanales, en los últimos 12 años, han registrado descensos graduales y repuntes significativos en el país, siendo, en el período 2006-2010, los más destacados los elaborados con barro,  cerámica y madera.
Así, para el año 2010, estadísticas registradas por la Dirección General de Aduanas (DGA) y el CEI-RD, dan cuenta de que las exportaciones de artesanías se incrementaron a un valor de US$1.55 millones de dólares, para un 32.35%, con respecto al año 2009.
Para entonces, los principales productos artesanales, en cuanto a valor exportado durante el 2010, fueron los elaborados con piel o cuero, 17.53%; barro, 12.43%; porcelana, 10.34%; cerámicas, 9.75% y madera, 9.61%. Las artesanías con un componente de ámbar y larimar sumaron un 3.91% del valor total exportado en el referido año.
 Después de ahí, el crecimiento en las exportaciones del sector han sido astronómicas, al punto que solo en el año 2013, el mismo registro un crecimiento de un 23.0% con respecto al 2012, desempeño este que significa más de 4 millones de dólares (US$$4,186.6 millones).
 El CEI-RD explica que esos datos conforman la suma de las exportaciones de larimar, con un total de US$177 mil 347 dólares; las del barro, que ascienden a US$445 mil 722 dólares, y las que integran en su componente madera, que arrojan un monto de US$ 3,563.6 millones.
La exportación de productos artesanales elaborados a partir de la madera reportó en los últimos cinco (5) años un total de US$ 28, 554,631, siendo Puerto Rico el país con mayor consumo de estas mercancías; mientras que los elaborados a partir del barro, generaron un total de US$2, 705,428.97, constituyendo los Estados Unidos el mayor comprador.
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Ese gran potencial que exhibe la artesanía en el país es muy importante. Solamente el mercado interno actual  de las ventas de obras artesanales (que no incluye el informal por carecerse  de  estadísticas)  mueve una suma importante de recursos económicos.
Si a ello adicionamos un flujo  de exportación  masiva (que  inicialmente podría estar por el orden de los US1, 230 millones anuales) estaríamos frente a una novedosa fuente de producción que, por demás, prácticamente no requiere la importación de materias primas.
Cálculos y proyecciones conservadoras estiman, que por la comercialización de los artículos producidos, se podría registrar un movimiento económico por el orden de los 10 millones 400 mil dólares anuales, que justifican la viabilidad de apoyar sin reservas este dinámico y estratégico sector, tan ligado al espíritu, el arte, la cultura, la historia, las tradiciones y las costumbres del pueblo dominicano.
 Sin embargo, lo que ha de ser una alegría para todos, en la actualidad se traduce en tristeza y frustración, ya que, entre el 60% y 70% de las  artesanías que se encuentra en las tiendas locales son importaciones provenientes de  varios países, por lo  que aproximadamente 3 millones 217 mil dólares de los comercializados anualmente no son el resultado de una producción nacional, sino foránea.
Cada año, recibimos más de 5 millones de turistas que vienen a conocer la República Dominicana y a disfrutar de nuestra cultura. Si nos organizamos para producir millones de productos artesanales con el “sello de calidad de la identidad dominicana”, lograremos -indefectiblemente- detener la importación de artesanía extranjera y tomar definitivamente el control de nuestro mercado.
Esa desproporcionada realidad ha de ser cambiada de inmediato con el impulso de políticas a favor de la producción en serie de obras artesanales locales, el fomento de clústeres, la protección de la denominación de origen, las certificaciones de las obras y la aprobación en el Congreso Nacional de la Ley de Fomento, Desarrollo y Competitividad de la Artesanía Nacional.
 Además, con la actualización de un registro y operación de los artesanos nacionales, la organización del Concurso Nacional de calidad artesanal con la finalidad de impulsar la adopción de mejores niveles de calidad, innovación y diseños en la producción artesanal, que permitan desarrollar una cultura de competitividad entre los artesanos dominicanos, y la organización de ferias artesanales para dar a conocer los productos artesanales dominicanos estaríamos contribuyendo enormemente al bienestar del sector.
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 Así mismo -insistimos- en que, inequívocamente, a los fines de garantizar el fomento, desarrollo y competitividad de la artesanía se hace necesaria e impostergable la obligación de certificar los productos artesanales e imponer sanciones en los casos en que se comercialice el producto artesanal sin la debida certificación, así como que se erradique y prohíba la venta de artesanía engañosa.
Es preciso, también, seleccionar  los artículos con mejores cualidades  estéticas y mayor demanda, para ser incluidos en el catálogo y en la producción nacional masiva, con lo que se garantiza de antemano  una aceptación y distribución en los mercados locales e  internacionales.
A los fines de fortalecer la industria de la Artesanía dominicana, en el Congreso Nacional cursa el Ante-Proyecto de Ley de Fomento, Desarrollo y Competitividad de la Artesanía Dominicana, el cual se propone crear la Dirección Nacional y el Consejo Nacional de Artesanía, lo cual es muy atinado.
Para tranquilidad de la Nación y, en especial, de los artesanos dominicanos, en el Capitulo IX, concretamente del articulo 38 hasta el 48 de la pieza, están los elementos fundamentales para dejar resuelto el dolor de cabeza del sello de origen y garantizar que el país y el sector realmente obtengan el 99% de los ingresos provenientes de la comercialización de las obras artesanales que se fabrican en la República Dominicana.
RETOS Y PLAN DE ACCION
A los fines de procurar y garantizar el fortalecimiento, desarrollo y competitividad del sector de la artesanía dominicana se debería, sin demora, poner en práctica, las siguientes acciones:
Buscar, identificar y organizar a los artesanos dominicanos.
Priorizar la actualización del  Registro y Operación de los Artesanos nacionales.
Coordinar y ejecutar programas efectivos y puntuales de entrenamientos, financiamientos, mercadeo, innovación y modernización a favor del sector.
Impulsar un programa masivo de formalización de los artesanos y de regularización de su producción durante todo el año, a los fines de que puedan estar en capacidad de satisfacer la demanda local e internacional.
Procurar la justa distribución de la explotación de Ámbar y Larimar que se hace en la República Dominicana, con el propósito de que se disponga que un porcentaje, de primera calidad de dichas materias primas, sea asignada al mercado local.
En ese mismo orden, disponer que un porcentaje de la producción de oro y plata en el país este asignada al mercado dominicano, para que sean usados como materia prima por los artesanos.
Organizar y participar activamente de Ferias Artesanales para dar a conocer las obras y los artistas.
Promover, exhibir y vender la artesanía dominicana en todas las ferias del libro a nivel nacional e internacional.
Garantizar que representaciones de artesanos y sus obras estén siempre presente en todas las Ferias Internacionales a que acuda el Ministerio de Turismo.
Priorizar la Producción en Serie de Obras Artesanales locales que cumplan con criterios de identidad, calidad, sostenibilidad e innovación, y el fomento de clústeres.
Promover modelos asociativos entre los artesanos y sus negocios (clústeres, grupos de eficiencia colectivas, cooperativas y red de proveedores, entre otros), a los fines de producir más, con mayor calidad, aprovechar las demandas del mercado, abaratar los costos, homogenizar precios, practicas y formalizar negociaciones atractivas y exitosas con guías, tour operadores y hoteles.
Seleccionar  los artículos con mejores cualidades  estéticas y mayor demanda, para ser incluidos en catálogos y en la producción nacional masiva.
Diseñar y crear las obras artesanales de interés para los más de 6 millones de turistas que nos visitan cada año y que  son potenciales compradores. Los regalos y recuerdos en tamaños pequeños (souvenir), las joyas elaboradas con productos autóctonos de cada pueblo, las piezas con rasgos étnicos y las figuras con motivos indígenas serian excelentes y atractivas propuestas.
Tener presente que cuando al país empiecen a llegar 10 millones de turistas su mercado crecerá extraordinariamente y hay que estar debidamente preparado para ello desde ya.
Precisar y velar por el Sello de Origen para garantizar que el sector obtenga el 99% de los ingresos de las ventas de las obras artesanales que se fabrican en el territorio nacional.
Garantizar la protección de la Denominación de Origen y las Certificaciones de las Obras.
Procurar la aprobación en el Congreso de la Ley de Fomento, Desarrollo y Competitividad de la Artesanía Nacional.
Institucionalizar el Concurso Nacional de Calidad Artesanal cada año, cuya fecha de entrega de premios coincida  con la celebración del Día del Artesano.
Fomentar el desarrollo de una cultura de competitividad entre los artesanos dominicanos.
Declarar la obligatoriedad de la  Certificación de los Productos Artesanales.
Imponer sanciones en los casos que se comercialice el producto artesanal sin la debida certificación.
Erradicar y prohibir definitivamente la venta de artesanía engañosa.
Incentivar y estimular a los artesanos para que conozcan y aprovechen al máximo los acuerdos preferenciales y de libre comercio suscriptos por el Estado dominicano con otras naciones, así como los programas de estímulos que existen en algunas instituciones, los cuales favorecen grandemente la competitividad de la artesanía nacional.
Encaminar un Plan Piloto, mediante el cual el Estado dominicano proceda a clasificar (asumiendo el costo y la asistencia técnica necesaria) las empresas artesanales locales que en la elaboración de piezas de ámbar y larimar u otras incorporan componentes de oro y plata, que actualmente son importados. Con la clasificación, esas empresas pueden acceder a los beneficios de la Ley 84-99, de Reactivación y Fomento de las Exportaciones, bajo el Régimen de Admisión Temporal o del Sistema de Reintegro de Gravámenes.
(La clasificación, por ejemplo, de 300 empresas que importan oro y plata, y exportan preciosas joyas en ámbar y larimar con oro o plata incrustado, conlleva un costo no mayor de RD$1,500.000.00, a razón de RD$5,000.00 por cada negocio).
Manos a la obra.
jpm
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