OPINION: ¿Quién actúa con mayor clandestinidad en Macao, Higüey?

La pieza es clara en cuanto a otorgar autoridad a lo que conocemos hoy como Ministerio de Turismo, a quien delega, además, el poder de “planear, programar, organizar, dirigir, fomentar, coordinar y evaluar las actividades turísticas del país, de conformidad con los objetivos, metas y políticas nacionales que determine el Poder Ejecutivo”.

Ante este mandato, resulta poco elegante, desconsiderado y hasta irrespetuoso acusar al gobierno dominicano, representado en este caso en la persona del ministro Francisco Javier García, de apoyarse en una supuesta resolución “clandestina”, como si la sacaran de la chistera, con el propósito “de imponer” la construcción de la torre que alojará al hotel Moon Palace en Macao, Higüey.

En el discurso que pronunciara frente al presidente Danilo Medina en la ceremonia de inicio de los trabajos del hotel, el ministro de Turismo cuestionó si acaso los directivos de los hoteleros del Este, ratificaron sin leer el plan de Ordenamiento aprobado en el año 2012.

La interrogante fue mucho más que necesaria ante la campaña agresiva que un sector de esos hoteleros ha desatado para minar la base de legitimidad de la Resolución No.002 del año 2017, que modifica los límites de altura para la construcción de hoteles en Macao, y de esa manera poner en descrédito a las autoridades.

El proceder intenta, por demás, desconocer una de las disposiciones de la referida resolución, respecto a que debía hacerse la revisión del Plan de Ordenamiento Territorial Turístico “en el periodo comprendido entre la emisión de la Resolución y los próximos cinco años, en el marco de los subsiguientes Planes y Leyes de Ordenamiento Territorial a nivel nacional”.

La embestida contra el Ministerio de Turismo además de injustificada y desconsiderada, busca confundir a la opinión pública respecto a la altura permitida para las construcciones en la zona, una materia decidida hace 11 años y plasmada en la Resolución No. 673-07, que concede hasta 20 niveles a edificios hoteleros.

A pesar de esa realidad, el año 2010 fue dispuesto otro plan de ordenamiento territorial en la zona comprendida entre Punta Cana- Bávaro- Macao. El mismo concluyó el año 2012 consignando los parámetros que se habían establecido anteriormente.

El ministro de Turismo ha revelado que ese nuevo Plan le fue sometido a la Asociación de Hoteles del Este, por vía de su presidente, y que a los pocos días dijeron estar de acuerdo con todos los parámetros establecidos, entre los que se encontraba los 20 niveles aprobados en el año 2007.

Otro de los señalamientos que ha formulado Francisco Javier García en la defensa de la resolución que ampara la construcción de la torre de 18 niveles en Macao, es que, a pesar de lo indicado, dispuso la realización de una vista pública en la zona, y que también el plan fue nuevamente refrendado. Tampoco ahí el sector de los hoteleros que acusa a las autoridades de manejarse con una resolución fantasma, hizo objeción alguna, a pesar de que Frank Rainieri se encontraba en primera fila y en la actividad estaban, además, otras cabezas directivas tanto de ASONAHORES y ASOLESTE.

Todo ese proceso, al que hay que sumar una segunda vista pública llevada a cabo en el Ministerio de Turismo y donde tampoco se expresó objeción alguna al cambio de altura, quedó reforzado con la aprobación a unanimidad de la resolución de no objeción al uso de suelo y que fuera emitida a unanimidad por el Ayuntamiento de Higüey.

¿Cómo es posible que un sector minoritario de los hoteleros del Este actúe con tanto descaro? ¿Qué propósitos mueven a estos si tras diez años de que fueran aprobadas las alturas que hoy abruptamente objetan, no dijeron ni esta boca es mía? ¿Porque reducir a las autoridades a sujetos tramposos que se manejan con procedimientos fraudulentos y clandestinos?

Lo único nuevo que encarna la resolución 002 del año 2017, es el cambio que introduce en la altura de las construcciones únicamente en la unidad ambiental de Macao, una zona donde no hay hoteles y que ha sido marginada de las inversiones turísticas en los últimos diez años.

No obstante, se ha tejido una farsa para lo que el gremio que agrupa a los hoteleros- Asonahores- ha sido reducido a un instrumento negador de la representación y defensa de todos los actores del sector, hasta parcializarlo a favor de reducidos grupos. Y lo peor es que se hayan prestado a montar un feo boicot aprovechando que el presidente Danilo Medina encabezaba la ceremonia de inicio de la construcción de las torres.

Si bien el Estado dominicano está obligado a ser responsable y respetuoso de las leyes, bajo ninguna circunstancia puede permitir ser narigoneado por caprichos de grupos o sectores particulares y monopolistas, que no admiten el libre juego de la competencia.