Que hagan todas las marchas….

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El autor es abogado, funcionario del Gobierno Dominicano, maestro, escritor y político. Reside en Santo Domingo

 

El pasado miércoles ocho de este mes, en un salón de un distinguido hotel de esta ciudad, presentó Leonel Fernández, cuatro tomos bien impresos, que recogen los discursos pronunciados por él, de variados temas en las tres gestiones presidenciales, que ha desempeñado desde el año de 1996 hasta el 2012.

La concurrencia que asistió a ese evento, de trascendencia histórica, no solamente por el protagonista principal, sino también por la importancia de los documentos que se pusieron a disposición del público, fue realmente extraordinaria e impresionante al criterio del autor de esta columna. Tal vez más de mil personas se dieron cita en aquel momento y esa cantidad de mujeres y hombres en su mayoría de mediana y alta pequeña burguesía urbana,  no solamente fue un reconocimiento a la simpatía y admiración que genera Leonel Fernández, sino también al presidente del Partido de la Liberación Dominicana.

Realmente se la lució Leonel, no solamente con lo que hemos relatado en el párrafo anterior, sino además con sus intervenciones, explicaciones y análisis que hizo, compartiendo un encuentro con el compañero Rafael Alburquerque, abogado, experto en derecho laboral, antiguo profesor universitario, ex vicepresidente de la república y con el Señor Adriano Miguel Tejada, profesor universitario y director del periódico Diario Libre.

¡Qué exposiciones brillantes, mesuradas y acertadas hizo Leonel!, que además de sus condiciones de hombre de letras, estudioso, recogió las experiencias de tres períodos presidenciales, que realmente son un doctorado en ciencias políticas. Particularmente si las funciones de presidente de la república las ha ejercido en un escenario político como es el de la República Dominicana. ¡Que buen discípulo de Juan Bosch!, en ese acto, hermoso, organizado, respetuoso, que reflejan las simpatías y el respeto que le profesa la mayoría de nuestro pueblo.

Pero para el autor de esta columna la importancia indiscutible y excepcional de esa actividad, es la certeza de que todavía hay PLD por mucho tiempo y que las simpatías, la influencia y la autoridad que tiene el Partido de la Liberación Dominicana, aumentará notablemente, indeteniblemente, por los beneficios que éste gobierno que preside el compañero Danilo Medina, conduciendo por el camino correcto de la seriedad y el desarrollo de su conducta y el desenvolvimiento del ordenamiento, que es notable en la mayoría de los habitantes de esta nación, invirtiendo en las áreas rurales y urbanas no solamente las sumas millonarias de dinero para elevar su capacidad productiva y consolidar la unidad del pueblo que terminará convirtiéndose, definitivamente, en la patria que soñaron los fundadores de la república y las mujeres y hombres que lucharon y ofrendaron sus vidas en épocas anteriores.

Que hagan todas las marchas vestidos de verde, amarillo o marrón, vociferando mentiras y calumnias contra el gobierno del PLD, el compañero Leonel Fernández y Danilo Medina, Presidente de la república y que firmen en miles de páginas y de libros, verdes marrones o negros.

El PLD que concibió, fundó, organizó y dirigió el Gran Maestro Político de América, Juan Bosch, Presidente Moral Eterno de la República Dominicana, estará siempre por encima de esa caballería de oportunistas, ascensoristas, aventureros y Veletas sin Rumbo, que en la realidad de los hechos «son los mismos». La mayoría del pueblo dominicano está y estará siempre con el Partido de la Liberación Dominicana.

jpm

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