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En artículos anteriores ya he tratado los resultados electorales dados en Chile, Brasil y Argentina en donde las fuerzas progresistas han perdido o han estado a punto de perder unas elecciones, ya sea por la división de la oposición o del Partido en el gobierno.
En un primer artículo sobre este tema, traje a colación como en enero del 2010 la «Concertación Chilena», estando en el poder encabezada por Michelle Bachelet, perdió las elecciones frente a la «Coalición por el Cambio» por causa del fantasma de la división, resultando como Presidente, el derechista Sebastián Piñera Echenique. También, para mayor ilustración, referí como en octubre de 2014, Dilma Roussef en el poder, por poco pierde las elecciones por causa de la nefasta división de las fuerzas que la apoyaban.
En un segundo artículo, traté sobre las elecciones celebradas en Argentina efectuadas en el 25 de octubre del año en curso, en las cuales, ningún frente pudo alcanzar el 45% de los votos necesarios para ganar, por lo cual, hubo que ir a una segunda vuelta. En esa primera vuelta, resaltamos que la división del oficialismo, representado por «Alianza Frente Amplio para la Victoria» impidió que éste Frente, ganara las elecciones en primera vuelta, pues de ir unidos habrían obtenido 65.67% de la totalidad de los votos, frente a 34.33% obtenidos por el «Frente Cambiemos», liderado por el derechista Mauricio Macri.
La segunda vuelta o balotaje, se celebró el pasado 22 de noviembre, en la que resultó ganador el «Frente Cambiemos», con su candidato Mauricio Macri, el cual fue favorecido con el 51.40% de los votos, mientras su contendor, Daniel Scioli, obtuvo el 48.6%. Cabe resaltar aquí, que en esta segunda vuelta, nueva vez el Kirchnerismo perdió, por causa del monstruo de la división del frente que le apoyaba. Los disidentes del peronismo, principalmente la disidencia artera de Sergio Tomas Massa, con el 21.34% de la votación, posibilitó ésta derrota.
Traigo a colación los resultados numéricos de estas elecciones celebradas en la República de Argentina, en las cuales la fatal división fue el motivo central, por el cual unos han ganado y otros han perdido, para que sirva su ejemplo una vez más, de lo que puede suceder en nuestra República Dominicana, si la oposición, concurriera desunida a las próximas elecciones a celebrarse el 15 de mayo de 2015.
Tanto en Chile como en Argentina, el poder se perdió desde el poder mismo, y en Brasil casi se pierde desde el mismo poder por la misma razón del desacierto de la división, lo que evidencia el maleficio destructivo que tiene el divisionismo, que hace posible que una oposición unida venza al poder establecido, o en contrario, que un poder establecido, venza a una oposición desunida. En estos casos hubo la agravante, de que ellos sabían, que yendo solos perderían, y además, a sabiendas, en el caso argentino, que Daniel Macri no era ni es la mejor opción para ese país. El hecho, de que ha trascendido, que Juan José Aranguren presidente de la petrolera anglo-holandesa Shell, ocupará el cargo de Ministro de Energía en el gobierno de Macri, y que ya éste, está defendiendo a Leopoldo López y acusando al Presidente Maduro, de “persecución” a los opositores y a “la libertad de expresión”, nos da un claro indicio, de por dónde irán las cosas en Argentina. Es como volver a los tiempos de dictador, Jorge Rafael Videla.
En el caso de nuestra República Dominicana, la situación de los que ahora luchamos por alcanzar el poder, agrupados en la Convergencia de Partidos, es mejor, que la de la oposición que han ganado el poder, al poder mismo en aquellos países aludidos, puesto que en ninguno de ellos, existía ni existe, ni existirá, la corrupción y descomposición social, ni el descontento tan generalizado de la población, que existe en nuestra República Dominicana, donde el pueblo clama por un cambio de gobierno y de rumbo de las políticas del Estado.
Hago estas aclaraciones, porque estamos mirando estupefactos, que una parte de la oposición, está jugando con la candela de la división, en un momento, en que desplazar al PLD del poder, necesita de la unión monolítica de todos aquellos que quieran salvar el país de la ruina total.
Que los resultados de las aludidas elecciones de la República de Argentina y de los otros países traídos a colación, nos sirvan de referentes, para que no cometamos los mismo errores de incurrir en la maldita y estúpida división, que siempre en política trae consigo el triunfo de adversario, que en conocimiento de ese fenómeno, trabaja para lograr el consabido resultado del adagio, divide y vencerás.
Posdata:
A mis lectores que me excusen por machacar sobre el mismo tema, pero es necesario advertir hasta la saciedad a los líderes políticos, Guillermo Moreno, Fidelio Despradel, Narciso Isa Conde, Minou Tavárez Mirabal, Max Puig y a otros, del peligro que encierra la división por ellos mantenida, contra la exigencia histórica del momento.
Sensatez, desprendimiento, patriotismo, visión y grandeza, es lo que esperamos de todos ellos.
New York, 25/11/2015