Prudencia y confianza económica-financiera (OPINION)
La semana recién pasada, estuvo matizada por informaciones interesantes del acontecer de la economía y las finanzas públicas de la nación dominicana.
Sin lugar a dudas, las informaciones vertidas en los medios de comunicación, acerca de los indicadores del ámbito que abarca el espectro del tema que sirve de epígrafe a la presente reflexión, son muy halagüeñas, si se comparan con indicadores económico-financieros de pasados ciclos vividos por esta nación, como por otras enclavadas en la región de Latinoamérica y el Caribe.
En finanzas y economía, tradicionalmente, se habla de la prudencia que se debe imprimir en el accionar de ambas disciplinas, las que se sustentan en la palabra mágica confianza, que debe inspirar las mismas entre los habitantes, quienes confían en la buena o excelente gestión de un gobierno que desde su inauguración aplica la pulcritud en el manejo del arte y la ciencia de la economía y las finanzas.
La historia económica y financiera dominicana, recoge muchos comportamientos negativos o inadecuados de cómo se han manejado los recursos financieros y económicos públicos.
Obedeciendo esa situación, a la falta de pericia, improvisaciones, enriquecimiento ilícito, malversaciones, falta de sentido social o empatía o por que no, la falta de sensibilidad social ante una población que le ha dado el favor a un partido y su equipo de gobierno, para que gestione el aparato estatal de manera más correctamente posible, con eficiencia y efectividad, a los fines de que los distintos estratos sociales, puedan alcanzar mejores condiciones de vida, haciendo más llevadero el paso por este mundo.
Una gestión de gobierno, que actué en todo momento, pensando en mejorar las condiciones de vida de toda una población, necesaria e indiscutiblemente inspira confianza y, el deseo de mantener esas autoridades de gobierno, dirigiendo los destinos de un país por mucho tiempo, lo mismo sucede, en una empresa privada o en un hogar familiar.
De ahí que, en la nación dominicana se vive un ambiente muy favorable para que las actuales autoridades repitan otro periodo de cuatro años más, administrando el Estado dominicano, por la confianza que las mismas inspiran en la gestión de los recursos financieros, que la población entrega a través de impuestos, aranceles día a día, los cuales llegan al erario.
Pero también, por el buen uso que se le da a los fondos que provienen de préstamos de acuerdos multilaterales, bilaterales, comerciales, donaciones y transferencias financieras de otras naciones y del ámbito local, a través de la ejecución del Presupuesto General del Estado.
Así también, aplicándolos de forma frugal, acorde con los ingresos que periódicamente van ingresando a las arcas públicas y mediante una buena racionalización de dichos recursos, conforme las verdaderas necesidades de la población, sin caer nunca en despilfarrar los exiguos ingresos tributarios y de otros orígenes.
Esa misma confianza que se genera en el plano local, se percibe también en los mercados financieros internacionales, dando lugar a que muchos inversionistas extranjeros, ávidos de buenos rendimientos, se desplacen a la nación dominicana en búsqueda de mejores beneficios y por supuesto mayor seguridad legal y confianza.
De ahí que, el Ministerio de Hacienda de la República Dominicana, haya publicado recientemente que más inversores extranjeros y nacionales sigan interesados más y más, en los productos financieros emitidos por el Banco Central y el mismo Ministerio, periódicamente con el propósito de financiar el presupuesto general del Estado.
Los inversionistas se sienten atraídos por las subastas de bonos que realiza el Gobierno en el mercado interno, en moneda local y a una tasa menor que hace un año, lo que demuestra que estos manifiestan confianza por la economía nacional.
La institución agente financiero del Gobierno, comunicó que se logró colocar bonos en el mercado doméstico a una tasa de 9,40%, representando una reducción de 347 puntos básicos con relación a la de hace un año.
De igual manera, el Banco Central de la República Dominicana, ha disminuido recientemente la tasa de política monetaria de 8.00% a 7.75%, lo que demuestra que la confianza y la prudencia han sido siempre los aspectos básicos para tanto la economía como las finanzas en cualquier sector, sean las bases para que ambas puedan coexistir exitosamente.
Como parte de una excelente estrategia, ha sido la colocación de los bonos en el mercado interno, mitigando con ello, el riesgo cambiario en las cuentas fiscales y, contribuyendo con el desarrollo del mercado de capitales dominicanos.
La inflación interanual de junio fue de 4.0%, ubicándose en el centro del rango meta de 4%+-5%.
En lo que a endeudamiento se refiere, el Fondo Monetario Internacional (FMI) al concluir la revisión del comportamiento económico del país en el ámbito del cuarto artículo de su Convenio Constitutivo, ha expresado que la deuda dominicana es sostenible.
De forma que ningún dominicano debe preocuparse por el nivel de endeudamiento que presenta el sector público no financiero, que al 15 de junio de 2023 exhibe un 44.7% del Producto Interno Bruto (US$54,720.7 millones).
Los flujos de remesas alcanzaron US$5,019.9 millones en el primer trimestre de 2023, lo cual representa un crecimiento de 3.3% en comparación con el mismo periodo del año anterior, encaminado a cerrar este año con unos US$10,000 millones.
Al mes de junio la moneda dominicana se apreció en 1.5% con respecto al cierre de 2022.
Debido al aumento sostenido de divisas desde el exterior al país, han dado lugar a que a junio del 2023, las reservas internacionales superaron los US$16,200 millones o el 13.2% del PIB, representando 6 meses de importaciones, por encima de los umbrales recomendados por organismos internacionales.
En lo concerniente al comportamiento fiscal del país relativo al primer semestre de 2023, el Ministerio de Hacienda, informa que el gasto de capital entre enero a junio del presente año, fue de RD$61,125.9 millones, equivalente a un 0.9% del Producto Interno Bruto, para un 31% de incremento interanual equivalente a RD$14,489.7 millones adicionales.
Los ingresos ascendieron a RD$539,445.1 millones durante el primer semestre del año para un cumplimiento de 102.9% respecto al monto estimado y un incremento de un 14.4% con relación a igual periodo del 2022.
En tanto los gastos totales, en primer semestre de este año sumaron RD$570,960 millones, variando en un 11.5% respecto al año 2022, de los cuales RD$509,632.3 millones representan gastos corrientes que se incrementó en un 9.5% en términos interanuales, siendo el mayor motivo las transferencias por concepto de recapitalización del Banco Central y el sector eléctrico.
Durante el primer semestre del año, el déficit fiscal acumulado fue de RD$31,514.9 millones o el 0.5% del PIB. En comparación con el primer semestre del año 2022, el déficit se redujo en RD$10,757 millones, lo que representa una disminución del 0.27% del PIB.
Por todo lo anterior, se colige una vez más que no es asunto de varita mágica, sino el producto de una gestión de gobierno comprometida en dirigir la República Dominicana hacia el pleno crecimiento económico y social, con mucha resiliencia, prudencia e incremento de la confianza que despiertan las correctas ejecutorias de las actuales autoridades, que preside el ciudadano presidente de la República, Luis Rodolfo Abinader Corona, dejando a la oposición política totalmente desarmada de argumentos sólidos para criticar la excelente labor que desempeña el actual equipo de gobierno dominicano.
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