Presión tributaria y evasión fiscal

La República Dominicana, según algunos economistas, se encuentra entre los países que tienen la presión tributaria más baja de toda América y el Caribe. La misma ronda en un 14%, mientras que en la mayoría de los países de la región, en un 18%. La baja presión tributaria (relación de las recaudaciones tributarias en un período determinado sobre el Producto Interno Bruto corriente), combinada con las exenciones, las evasiones fiscales (públicas y privadas); la informalidad de un sector de nuestra economía y la debilidad de los organismos recaudadores para cobrar los tributos, son las principales causas del acentuado déficit fiscal, el cual debe ser cubierto a través del endeudamiento externo e interno. Se tiene conocimiento de las evasiones fiscales originadas en el sector privado, no de su monto total, pero lo inconcebible, son las generadas en el sector público, el más llamado a contribuir con la gestión gubernamental, sobre todo, en un momento en que el gobierno requiere de recursos para poder enfrentar la deuda social acumulada del país. Se estima en miles de millones de pesos los impuestos retenidos anualmente por las instituciones públicas y municipales no entregados a la Dirección General de Impuestos Internos, organismo facultado para el cobro de todos los impuestos de recaudación interna, constituyendo una flagrante violación al Código Tributario Dominicano (ley 11-92) y un crimen de lesa patria, que debe ser sancionado drásticamente. Las principales fuentes de retención de impuestos por parte de dichas instituciones, corresponden al ITBIS sobre las compras y contrataciones de bienes y servicios; impuesto sobre la renta de funcionarios, empleados, honorarios profesionales, etc. En nuestro país, casi todas las instituciones públicas construyen obras, compran mercancías, contratan servicios profesionales y mano de obra calificada, por lo que actúan siempre como agentes de retención de impuestos. Los impuestos retenidos por dichas instituciones y no entregados al fisco, se prestan a confusión, a actos dolosos e indecorosos, pues son recursos públicos que no le pertenecen y son utilizados de una manera discrecional, sin informar cuál fue el uso otorgado a los mismos. La Cámara de Cuentas de la República envía un informe a dicha Dirección de cada una de las auditoríasque realiza, dando a conocer los montos retenidos y no transferidos. Lo mismo ocurre con las retenciones de los fondos correspondientes a la Tesorería de la Seguridad Social, que tampoco son reembolsados a la misma. Dada esta situación, considero oportuno que la Dirección General de Impuestos Internos defina una estrategia para identificar a las instituciones públicas y municipales que incurren en esa mala práctica, a fin de obligarlas a cumplir con la citada ley. De esta manera esta institución le haría un gran aporte al país, a la transparencia y al fortalecimiento institucional; a la disminución del déficit fiscal, evitaría la ocurrencia de manejos inadecuados de los recursos públicos y contribuiría a la creación de una cultura de rendición de cuentas alfredocruzpolanco@gmail.com

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