Presidente Medina y Abinader: hay que dar un paso al frente

La política ha perdido su categoría de ciencia en la República Dominicana. Los políticos del siglo XX1 se han encargado de la degradación de esta noble actividad, cuya finalidad puede ser vista en dos grandes perspectivas: Como ciencias políticas, que se encarga de estudiar el comportamiento político del hombre desde la antigüedad  hasta nuestros días o analizada como ciencia política, la cual tiene su origen en la «corriente conductista”, que estudia a los políticos y los ciudadanos, científicamente.

La política tiene como finalidad estudiar el poder y las relaciones del conglomerado humano que lo ejerce. La politología se encarga de estudiar las relaciones de poder existente entre un conjunto social, no importa sus dimensiones, que pueden ser desde locales hasta universales.

Nos encontramos en esta segunda década de este siglo, con un deterioro en el sistema político nacional, la degradación de la democracia,  producto de la prostitución del sistema electoral, la compra de conciencia a todos los niveles, desde el más sagrado en la sociedad, el periodismo hasta el último eslabón, el hombre y mujer, que ya no votan por el bienestar de la patria, sino, por quien le quite él hambre de día de las elecciones.

El poder es un actor social pertrechado desde una posición del Estado, que tiene la necesidad de conciliar o enfrentar, a todos aquellos, que en la lucha de intereses  que les sean adversos, por cualquiera de  los medios propios de la disputa pública. Se supone que en las democracias estas disputas, tienen como actores a los partidos políticos y sus líderes.  Pueden interactuar de manera separada expresiones de la sociedad organizada como son los sindicatos, grupos religiosos, asociaciones de diferentes naturalezas de la sociedad civil.

Porque hacemos estas reflexiones en el epilogo de un gobierno, que será sucedido por otro del mismo partido y por el mismo presidente, Lic. Danilo Medina, esto no significa que sea necesariamente igual, puede ser distinto matizado por cambios forzados por las nuevas circunstancias políticas y sociales.

El reelecto jefe de Estado, consciente de la necesidad del consenso nacional, debe tomar la iniciativa y llamar a todas las fuerzas sociales a un nuevo pacto cívico y un nuevo contrato social, para la gobernabilidad.

Hay que admitir con profunda tristeza, que las elecciones recién finalizadas, fueron traumáticas,  el Presidente de la JCE se manejó como un emperador y no como árbitro. Además la falta del debate electoral entre Danilo Medina y Luis Abinader, nos retrata como una sociedad con atrasos singulares dentro del concierto de naciones democráticas. Estas elecciones eran ideales para airear las ofertas electorales como elementos fundamentales de seducir a las nuevas generaciones de votantes.

Los candidatos oficialistas y opositores a la presidencia de la República y  Congreso Nacional, están en la obligación de elaborar una agenda consensuada  parasuperar muchos aspectos imperantes en el país, como la criminalidad, la corrupción de estado, la falta de inversión en  salud, disminuir la tasa de desempleo, activación de la microeconomía, como vena financiera nutricia de los sectores populares, porque, ya alguien dijo, que “el pueblo no come macroeconomía”.  Tenemos que redefinir aspectos fundamentales como el Pacto Eléctrico, los problemas migratorios y nuestra soberanía.

Hay que subrayar la existencia de una nueva realidad política en el país, y que existen temores infundados de que estamos estrenando una dictadura de partido. Otra realidad es que hay una recomposición del escenario político partidista, con el surgimiento de una nueva estructura política que debuta y obtiene el segundo lugar y liderazgo de la oposición política nacional.

Dentro de las nuevas realidades está que el PRD y el PRSC, tendrán que avocarse a la tarea de reorganización y crecimiento olvidando los viejos dirigentes que se han desprendido, constituyendo instituciones políticas renovadas que deben alejarse de su pasado político y ponerse a tono con el Siglo XXI y sus realidades sociológicas. Le urge al PRD y al PRSC, hacer la catarsis, de la que habla Aristóteles, la purificación emocional, corporal, mental, espiritual y del alma de los hombres para dirigir a sus semejantes. Para continúen haciendo aportes a la democracia dominicana.

Los actores principales del ajedrez político nacional, tienen que hacer un alto en el camino y entenderse de manera urgente; parar el derrotero que lleva la situación post electoral, hay quienes les interesa el caos como herramienta política para su vigencia política. Es necesario que en lugar del caos y la anarquía en un país que necesita paz social por el turismo y la inversión extrañar se auspicie un nuevo pacto cívico y un renovado contrato social, a la luz de  los conflictos que agobian a la sociedad, y estamos completamente seguro que es una tarea, en la que las nuevas autoridades necesitan del colectivo nacional, obviamente, inspirado en los más altos valores éticos y cívicos, para superar los retos, que todos tenemos como sociedad, la corrupción, la criminalidad, la delincuencia, los feminicidios, la inseguridad ciudadana, y auspiciar un estado de bienestar. Además de institucionalizar el quehacer político, una ley de partidos, la reelección por un periodo y ya no más, que los partidos que acepten el financiamiento de la JCE, publiquen su estado de situación financiero para conocer el destino de los recursos.

En filosofía política, ciencia política y sociología, el contrato social es un acuerdo real o hipotético realizado en el interior de un grupo por sus miembros, como por ejemplo el que se adquiere en un Estado en relación a los derechos y deberes del estado y de sus ciudadanos.  Jean-Jacques Rousseau, formuló que los seres humanos para vivir en sociedad, acuerdan un contrato social implícito. Pacto por la gobernabilidad y la paz social.

En nuestro país tenemos referentes sociales creíbles, hay personas físicas e institucionales, líderes de opinión, empresariales, asociaciones y consejos de desarrollo, así como sindicatos y sindicalistas que no tienen vinculaciones partidarias son la verdadera voz del pueblo. Voces no interesadas. Independientes al servicio del desarrollo, el progreso nacional y la cohesión social del pueblo dominicano.

Presidente Danilo Medina y Luis Abinader den un paso al frente y en la transición convoquen a un «Pacto por la gobernabilidad, institucionalidad política y la paz social».

jpm

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