¿Por qué Temo y no Reynaldo?

Esto pudiera ser la crónica de un almuerzo. Algunos invitados tenían la impresión de que, si Temo fuera presidente del Senado estuviera suelto, y si Reynaldo fuese ministro estuviera preso. Al analizar el proceso político actual, entienden que los únicos amigos verdaderos del  “Superior” son el proyecto de Punta Catalina y la reelección.

 

En el escenario de la Cámara Alta, a los fines continuista, el papel del senador del Distrito Nacional sería estelar como un actor de Hollywood. “Esos amigos y solo ellos es la razón de que en la cárcel estén algunos que no deben y en las calles caminen otros que pudieran estar bajo rejas”. Afirmaba uno de los comensales, asistente al lugar donde se compartía el almuerzo.

 

Cabe como anillo al dedo la frase del escritor francés Víctor Hugo, cuando en su obra Los miserables escribió, “los que están presos no son malos sino que tienen mala suerte”. Pero en política el azar es un factor que depende del poder. Esto lo confirma lo expresado por uno de los que opinaban cuando con sus codos sobre la mesa de los presentes dice, ––Los “premiados” por Odebrecht tienen jefes que dieron órdenes y por su jerarquía lo sabían todo, ––concluye. Al escucharlo pensé, ––si yo fuese fiscal comienzo a investigar por la cabeza para terminar en los pies.

 

No obviemos que a veces el delincuente que negocia para que disminuyan su penalidad, suele “ocultar lo que le conviene”. La procuraduría desde el principio ha actuado como el mejor abogado defensor de la citada empresa extranjera. Y en tal circunstancia, Odebrecht, jamás confesó que en República Dominicana su “magno soborno” está en la sobrevaluación de Punta Catalina. Una estafa cinco veces de mayor dimensión que los US $92 millones del soborno.

 

No estoy autorizado a revelar todo lo conversado en aquella mesa, pero retumban en mi mente las palabras de uno de los contertulios: “Con los presos de la procuraduría se tapan los millones de Punta Catalina, un proyecto más sucio que el carbón”, ––apunta. Yo creo que el amigo tenía razón, por eso me pregunté: ––¿cómo es posible negociar con quien da el soborno y perseguir con saña a los supuestos sobornados? Cárcel para los de aquí y acuerdo en libertad para los de allá. Así no se pone en marcha la justicia. A menos que este poder del Estado sea una patraña encubridora de la verdad. La balanza judicial tiene los platillos inclinados a favor de la Odebrecht. ¿Por qué será?

 

No faltó el análisis del aspecto partidista del problema. “En mi opinión ––dice uno––, el León ve al Superior como un ingrato, ––sonríe entre dientes––, pero no solo él, supongo que algunos de los que están presos a lo mejor piensan lo mismo”. ––Termina con estruendosa carcajada––. Yo estaba callado, mas no dejaba de pensar:

 

––La actuación del enviado a visitar a los detenidos en el Palacio de Justicia, lo confirma en hecho y sobre todo en palabra. No se extraña que el lodazar de Reynaldo sea extenso. Es verdad, tan extenso que caben cientos de Judas. Que como él, saben caminar sin ensuciarse, son puros equilibristas o expertos en caminar con sancos.  –– ¿Qué piensa Leonel Martínez?, ––me preguntó un colega, mientras levantaba su copa de vino.

 

En los capítulos más trágicos después de la Revolución Francesa, el más inolvidable fue el episodio en que se ejecuta a Dantón, uno de los líderes del movimiento y amigo inseparable del “incorruptible” de Robespiere, -en ese momento jefe “superior” de la revolución-, y quien terminó acusándolo de traidor y condenándolo a muerte. Antes de que la cuchilla afilada de la “máquina del Terror” cortara la cabeza de Dantón, este exclamo con palabras premeditarías y con toda su fuerza: “¡Robespiere, yo me voy primero, pero tú caerás después! Así mismo aconteció, en el año siguiente, Robespiere fue igualmente guillotinado.

 

El almuerzo continuaba, y entre el sonido metálico de los cubiertos se confundían las frases de uno, a quien llamo por discreción, Zutano: ––En la hipótesis de que muchos de los que están presos resulten condenados (depende del guión. Y parece que sí porque en Najayo están condicionando un espacio), y el PLD salga del poder, pudieran recibir en las celdas a ex compañeros que hoy sonríen. Porque así lo proclama el dicho popular: “unos van delante y otros van atrás”.

 

Esta expresión se asemeja a la frase dicha por Fernando Arturo de Meriño en la toma de posesión de Buenaventura Báez: “tan fácil es pasar del destierro a la presidencia, como de la presidencia al destierro”. Es innegable que a veces el destino tiene el juego muy pesado.

 

Casi al final del almuerzo se me pidió mi opinión ––como sancristobalense––, sobre la tragedia que vive Juan Temístocles Montás Domínguez con el caso de Odebrecht. Con buen ánimo afirmé: “No sé si Temo es culpable de lo que se le acusa. Pudiera parecer un árbol caído, mas ha sido tumbado por el hacha del egoísmo partidista. Soy de su pueblo y  conozco sus raíces familiares. Es miembro de un hogar de diez hermanos, todos buenos profesionales, gracias al esfuerzo inicial de unos padres con valores de honestidad.

 

Confío en que Temo puede demostrar que no tiene responsabilidad en esos hechos y en que establezca su inocencia. Sin embargo, rechazo el espectáculo de su apresamiento, aunque entiendo que era parte del libreto hecho por la procuraduría y que respondió a un mandado de las alturas. Toda forma de humillación es indignante”. ––Concluí con tono de enfado.

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