¿Por qué la carestía en Venezuela?

Es aceptado como válido, el planteamiento, de que en los acontecimientos de la vida, como son los fenómenos sociopolíticos y los naturales, como también los hechos científicos, culturales y otros, que las causas que lo producen, las leyes que lo rigen y sus efectos, son desconocidos por la mayoría de los mortales, porque para entenderlos hay que tener unos conocimientos, unos talentos y hasta ciertas virtudes, y muchas veces hasta el auxilio de aparatos y técnicas especiales, que la mayoría de la gente no tiene, y en el caso de que hubiesen equipos, no sabrían cómo usarlos. Este planteamiento se parece en algo al postulado que plantea: “en los sucesos de la vida, hay cosas que se ven y cosas que no se ven, siendo muchas veces más importantes las que no se ven, que las que se ven, con la agravante, de que desafortunadamente, no todo el mundo puede ver las que no se ven, porque estas, para verlas y entenderlas necesitan de un conocimiento y hasta de un talento, que es privilegio de pocos en este mundo. También hay que considerar, que quien o quienes estuvieren a cargo del discernimiento o investigación, tienen que ser personas totalmente honradas, con apego a la verdad, con sentido común y de la justicia social, sin la debilidad para dejarse sobornar por intereses bastardos, y que no sean de los sin escrúpulos, proclives a venderse al mejor postor. La premisa anterior la podemos ilustrar con miles de casos, pero para ajustarnos a la naturaleza de este trabajo, sólo expondremos un ejemplo. Un médico, por el hecho de ser médico, no puede aventurarse a hacer una operación de corazón abierto, aunque cuente con el equipo requerido. Este tipo de operación obligatoriamente tiene que hacerla un especialista del corazón, con especialidad especifica en la afección cardiaca de que se trate, y naturalmente, con el conocimiento de los modernos equipos que hoy se usan para este tipo de cirugía. Aplicado el concepto anterior al campo de la política, ninguna persona que no tenga los conocimientos de lugar, puede discernir correctamente sobre los hechos políticos que se están dando en el día de hoy en este mundo, donde la tecnología y la política actúan mancomunadas, para formar un mercado neoliberal globalizado, dirigido por unos pocos, que melaganariamente, quieren adueñarse del planeta a como dé lugar, para su único usufructo. Las causas y efectos (resultados), del neoliberalismo son muy complejas, por ello, no basta simple y llanamente con ser un metido a político, para entenderlos a cabalidad. En consecuencia, el dominio de esta temática, requiere de un saber bastante amplio de economía y de otras ciencias como la historia, la sociología, la geopolítica y comunicación, esta última con especialidad en psicología social. Todo ello sin soslayar, las cualidades morales, cívicas y espirituales que se deben poseer para discernir correctamente, sobre una problemática como la de Venezuela, que en estos momentos es un objetivo capital del neoliberalismo, que anda detrás de sus inmensas reservas de petróleo, y de romper la estructura que ella encabeza, en el eje de las naciones distanciadas del neoliberalismo. Para entender la injerencia extranjera en Venezuela, necesariamente hay que conocer lo que es un proyecto imperialista y como actúa. En consecuencia, por definición, imperialismo es la política de expansión de un estado, en el aspecto continental, colonial, marítimo y económico, para poner a otros estados bajo su dependencia absoluta, usando para ello en su estadio capitalista superior, el dominio de los monopolios, el desarrollo de las sociedades multinacionales y la multiplicación de todas formas de guerra, subyugación e intervenciones. En estas políticas, los imperialistas, para el logro de sus fines, han usado de la barbarie en su más alta expresión de maldad humana, incurriendo en guerras convencionales con sus asesinatos masivos y colectivos, ejecutando golpes de estados sangrientos, llevando a cabo estrangulamientos financieros a gobiernos débiles, practicando la tortura, llevando la muerte, dando cárceles, perpetrando guerras mediáticas con difamación, mentiras y desinformación y un largo etc., contra los opositores y el país de objetivo inmediato. En este accionar, han matado a millones de seres humanos, en guerras, donde se han dado hechos tan crueles, que contarlos parecería la ficción de una mente enferma. En estos menesteres, han sido arrasados pueblos enteros, derribando todas sus estructuras, dejando en las calles a miles o a millones de hombres, mujeres y niños, muertos y mutilados y a la intemperie, a la buena de Dios. En estas despiadadas conflagraciones, hasta las fuentes de aguas y alimentos han sido envenenadas, aduciendo restablecer la libertad, la democracia, y la vigencia plena de los derechos humanos y la erradicación del comunismo ateo y disociador. Estas inhumanas prácticas, a medida que transcurre el tiempo, se han hecho más sofisticas, sin dejar de ser menos crueles. Ahora el imperialismo para lograr sus propósitos, se apoya y usa del poder económico, vertebrado en sus transnacionales, bancos e instituciones como la OTAN, la ONU, la OEA, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio y otras, como muchas ONGs, teniendo además, un papel preponderante en esos proyectos de dominación total, los medios masivos de comunicación (prensa, radio, televisión, internet etc.). Con esos Medios de comunicación, se miente, se calumnia, se difama, se distorsionan hechos y realidades concretas, y se manipulan y condicionan a las personas, para finalmente construir las condiciones sociales imprescindibles para derribar a un gobierno que se comporta como adversario. El uso de la táctica anterior, que conlleva manipular y desinformar a los pueblos y personas, que generalmente desconocen estas tretas, es bien conocida por los comunicadores con especialidad en psicología social, que son empleados para hacer el trabajo sucio; por ello, Simón Bolívar decía: Nos dominan, más por la ignorancia, que por la fuerza. Y Malcolm X al respeto sostenía: cuídate de los medios, porque pueden manipularte a tal punto, que terminaras odiando al oprimido y amando al opresor. En este contexto, La Guerra Mediática a que ha sido sometido el presidente Maduro y su gobierno, lo mismo que la desestabilización buscada por medio al desabastecimientos vía el acaparamiento de los artículos de primera necesidad, más las protestas inducidas, obedece a un plan bien estructurado por los poderes que adversan al gobierno Bolivariano, con la expresa intención de derrocarlo. Es lógico pensar que así sea, puesto que los medios de producción no están en manos del gobierno, es decir las fábricas y empresas, responsables de la producción de los artículos que están escaseando, no se producen, porque sus dueños, en confabulación con poderes locales y foráneos, así lo han decidido; y así es, porque el gobierno venezolano en ningún momento ha negado las divisas, necesarias para la compra en el exterior de los insumos requeridos en la fabricación de esos productos carenciados. Analizado lo expuesto, podemos concluir diciendo, que la meta de derrocar al gobierno Bolivariano de Venezuela, se enmarca dentro del concepto global imperialista de dominación total, contemplado en el viejo proyecto “Un Nuevo Orden Mundial”, el cual fue reactivado, por la administración de Donald Reagan, después de concluida la Guerra Fría, y luego continuado por los Bush y ahora por Obama. En consecuencia, las razones para las embestidas imperialistas contra Venezuela, son las mismas que motivaron, las guerras, primero contra Vietnam, Laos y Camboya y posteriormente contra Kuwait, Irak, Afganistán, Siria, libia y Yugoslavia, y las perspectivas de lo mismo con Ucrania. Quien no lo vea así, tiene serias lagunas en las materias de economía, historia, sociología, geopolítica y comunicación, o en su defecto, una gran dificultad para el razonamiento integral de los temas políticos, donde el neoliberalismo lo quieren imponer a sangre y fuego, con una agenda para dominio planetario.

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