¿Por qué hemos perdido el amor a la patria y a los símbolos de nuestra identidad?

Vivimos un patriotismo “light” con bocinaje sobrecargado de sonidistas sin valores ni buenas costumbres, y cada vez más alejados de un compartimiento ético y de respeto a las leyes.

“Ningún pueblo ser libre merece, si es esclavo, indolente y servil”. Himno Nacional Dominicano.

“Vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor”. “Adelante, patricio constante, por la patria, a vencer o morir: es infame quien dude un instante que sin patria es mejor no vivir”. (Juan Pablo Duarte).

Cuando era niño solía ver cómo los asuntos patrios eran sagrados. Había fe y esperanza de cambiar la política y a los políticos gobernantes. En las escuelas, la izada de la bandera y el canto del himno eran momentos extremadamente solemnes. La educación patriótica era sagrada y de primer orden en escuelas y hogares.

¿Qué nos ha pasado? ¿Por qué hemos perdido el amor a la patria y a los símbolos de nuestra identidad? ¿Es que murieron en vano Duarte y los trinitarios, Luperón y los restauradores, Manolo y 1J4, Fernández Domínguez, Caamaño y los constitucionalistas, Orlando Martínez, Amín Abel Hasbún y demás, jóvenes caídos en “los doce años”, entre otros héroes nacionales?

El festejo del Día de la Independencia, de la Restauración, del natalicio de nuestros patricios, el Día de la Constitución, los días de las diferentes gestas heroicas y batallas independentistas, aunque algunos no fueran asuetos, eran igualmente conmemorados en los centros educativos, por los ayuntamientos y las gobernaciones de todos los pueblos. A nadie se le escapaba el nacimiento de Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, o la batalla del 19 de Marzo, la gesta del 14 de junio de 1959 o la revolución de abril de 1965, entre otras.

Dirán algunos que probablemente el patriotismo fue herencia de la dictadura de Trujillo, quien quizás para ocultar sus macabras violaciones a los derechos humanos se perfilaba como un patriota acérrimo imponiendo el simbolismo del patriotismo. La verdad es que el patriotismo dominicano se ha ido desvaneciendo poco a poco. No me refiero solo al amor por el país, ya que no es lo mismo tener siempre a mano la bandera y escudo, que honrarlos, respetarlos y hacer respetar lo que representan en su esencia, que mostrarlos y sentir orgullo siempre de nuestra dominicanidad.

Unidos a estas gestas heroicas y patriotas y a quienes las protagonizaron, también debemos destacar aquellas personas que han dedicado su vida a la enseñanza y a crear obras para la historia, a incentivar el desarrollo humano como lo hicieron Ercilia Pepín, Salomé Ureña, Pedro Henríquez Ureña, Eugenio María de Hostos, Pedro Francisco Bonó, entre otros. Muchas veces estos personajes solo se recuerdan en fechas especiales. El patriotismo, el sentimiento de la dominicanidad, lo que nos identifica como dominicanos, “nuestra identidad”, también están fuera de la educación.

La asignatura de moral y cívica se imparte en los centros educativos, sin embargo, la misma se hace de manera rutinaria, simplemente para cumplir con los requisitos del currículo escolar. Las sociedades avanzadas han sostenido su desarrollo en el amor, valor y orgullo a su cultura, a su identidad nacional y al trabajo colectivo de sus ciudadanos en pos de lograr sus objetivos nacionales.

Estamos siendo esclavos de las vanidades, del consumismo, de las marcas del materialismo, del hedonismo, de la globalización, del clientelismo, de la chercha y el individualismo, del bocinaje de los sonidistas. Ninguna sociedad que no sienta respeto y amor por sí misma y por su patria merece haber tenido patricios dadores de libertad, como los trinitarios y los constitucionalistas.

Los jóvenes necesitan recuperar sus sueños, la sociedad necesita volver a creer en la patria, las autoridades políticas han matado las esperanzas y la fe; se han robado las oportunidades de la gran mayoría de los dominicanos y hoy más de tres millones viven como exiliados económicos, y más de seis millones se quieren ir del país.Urge seguir emancipando el pensamiento y cultura dominicana iniciada por Pedro Francisco Bono, el pionero en esta tarea.

“Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción.” (Simón Bolívar).

*El autor es mayor general retirado PN, periodista, miembro fundador y vocero de la Asociación de Policías y Militares Activos y Jubilados Dominicanos, APODOM, Pro Dignidad y Derechos. Incluye a todos los veteranos.

Dios les bendiga siempre, pueblo dominico.

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