Policía de AMET vs. Fiscal

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EL AUTOR es mayor general retirado de la Policía y periodista. Reside en Santo Domingo.

 

La verdad es que cada dominicano en el lugar de un funcionario o ciudadano de poder mostraría su actitud verdadera la de abusar a los más débiles, pues en la mayoría de los casos esa empatía con el débil es de apariencia y simuladora.

 

Es evidente que la sociedad dominicana guarda un desprecio mental por los actores del ministerio público y los policías quienes en muchas ocasiones son inservibles, politizados y arrogantes.

 

En el reciente incidente que involucra un Amet y una fiscal se prueba el irrespeto a la autoridad y el escaso valor que la sociedad le otorga a la investidura del policía. Son incontables los hechos en que los policías son víctimas de los ciudadanos y viceversa, los ciudadanos víctimas de los policías.

 

Independientemente de esta realidad queremos resaltar que la señora fiscal violó la ley de tránsito por parquearse en zona prohibida, abusa del poder al rebelarse ante una autoridad en servicio y no respetar a un funcionario encargado de hacer cumplir la ley. La señora estaba en ese lugar en su condición de ciudadana, no de fiscal. Él sólo hecho de aludir su condición de funcionaria pública por demás vinculada al sector justicia, prueba que lo ha hecho con la intención de usar su cargo para agenciarse impunidad ante su infracción. Lo que motiva al policía de Amet a iniciar la grabación del video precisamente para resguardarse ante el inminente abuso de poder que se comenzó a desarrollar.

 

La presente situación demuestra lo envilecida que está nuestra sociedad. El hecho de que él Amet usando sus propios medios para protegerse de las amenazas y riesgo que pudiera representar su actuación frente una funcionaria engreída, dejando  al desnudo la falta de institucionalidad de este país y  la falta de garantías que tienen incluso los funcionarios públicos como el agente de Amet al momento proceder en cumplir con la ley dentro de sus funciones.

 

La ausencia de ética, la corrupción y la falta de institucionalidad están ordenando nuestra vida en sociedad. La costumbre se hace norma y se impone ante la ley si a un fiscal o cualquier otro funcionario que detenten el poder no se le multe, cuándo debería ser lo contrario. Y paradójicamente quien debe ser favorecido y distinguido como en el caso del Amet es sancionado y desconsiderado, por que, contrarió al estado de derecho, el sistema no escrito es el que realmente rige este país.

 

Al Amet se le violó el debido proceso al ser sometido ante un tribunal penal sin ninguna evidencia ni testigos, por el hecho de cumplir con su deber al exigir el cumplimiento de la ley de tránsito a una fiscal que trato de intimidarlo, además  arrebatar su celular al grabarla, abusando de su posición de fiscal. Recibiendo el Amet una prisión preventiva de un mes sin investigación previa, por una jueza al parecer parcializada y resentida, violando la Constitución al imponer una medida de coerción desproporcionada. Mientras que a la fiscal infractora ni siquiera fue objeto de una amonestación por parte de sus superiores, lo cual manda una mala señal a los demás policías, lo que le reducirá la moral y voluntad de actuar  contra los violadores de la ley.

 

No entendemos y hacemos la pregunta públicamente a los incumbentes y máximas autoridades del Ministerio de Interior y Policía, de la Dirección General de la Policía Nacional y de la Dirección de la Autoridad Metropolitana, AMET:

 

¿Por qué razón no asumieron la defensa y protección del agente de Amet, quien actuó dentro del marco de sus funciones y en horario de servicio, permitiendo ser desconsiderado, abusado y apresado fuera del debido proceso y en violación de sus derechos.?

 

En cualquier parte del mundo que se hubiese presentado esa situación los directivos a cargo de la institución del orden habrían protegido y defendido a uno de sus miembro; también, la fiscal estaría esposada y sometida a los tribunales correspondientes.

 

Reconozco y apruebo que siempre será una mejor salida la conciliación en cualquier conflicto y que las autoridades nunca deben estar divididas para aplicar y hacer cumplir la ley, sino actuar sin prejuicios para llegar al fondo de la verdad y evitar siempre castigar a un inocente.

 

Por lo general cuando sucede un incidente que se hace viral los comunicadores y la población en su gran mayoría desinforman, tergiversan, manipulan, mienten, sacando del contexto o de realidad los hechos ocurridos, tal como en el caso actual, han convertido dicho incidente en un tema de violencia de genero perdiendo la perspectiva de competencia ya que al momento de aplicar la justicia y la ley no debe importar ni el genero ni la edad ni el credo ni el color político ni rasgos físicos ni clases sociales ni investidura o jerarquía alguna.

 

Repito, la justicia, la igualdad y la equidad deben ser transversal a todos los individuos frente a la aplicación de la ley, los comunicadores deben mantenerse imparciales y sin involucrar las emociones personales frente a cualquier hecho noticioso. República Dominicana urge de revertir su cultura de anomia. Expresó Aristóteles: “El único Estado estable es aquel en que todos los ciudadanos son iguales ante la ley”.

 

Dios les bendiga siempre Pueblo Dominicano.

 

jpm

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