¿Planificación y desarrollo?

imagen
EL AUTOR es educador. Reside en Worcester, Massachusetts.

Por JUAN MATOS

 

Recientemente, el Ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Ingeniero Temístocles Montás, reveló que la República Dominicana ocupa el lugar 146 de los 148 países en calidad en la educación. Su relevante declaración fue hecha en la presentación del Informe de Innovación y Competitividad presentado por del Banco Interamericano de Desarrollo.

Que esta declaración salga de labios de uno de los artífices del oficialismo ya de por sí debería ser tsunámica, removedora de los cimientos de nuestra sociedad. Sin embargo, nada parece perturbar la orgía de poder que apuesta a la iletralidad de los ciudadanos domincanos con el único fin de perpetuarse en el poder. Pan y circo, una y otra vez.  

Esta terrible realidad que afecta a nuestros niños y jóvenes estremece todas las fibras de nuestra humanidad; nos conmina a plantearnos -como individuos conscientes- de qué maneras vamos a dejarnos de tantos eufemismos y comprometernos a concientizar a nuestros seres amados, empezando por los más cercanos; a fin de que colectivamente haya un nivel de conciencia capaz de identificar, denunciar y enfrentar a los verdugos que planifican para el hambre, la insalubridad, la alienación y la ignorancia de nuestro pueblo.

Estamos tan «distraidos» con campañas absurdas, vulgares y engañosas diseñadas para que precisamente no ahondemos en los temas neurálgicos que corroen, destruyen a la presente y futuras generaciones. ¿A dónde vamos a parar? Tanta suntuosidad, tantos ardides desde las esferas oficiales y privadas para ocultar lo que realmente nos aniquila.

Que si reelección, que si corrupción, que si nacionalismo, que si patriotismo; y mientras ese péndulo mortal cobra vidas, las élites corruptas continúan amasando fortunas malhabidas, los «nuevos ricos» compran posiciones en el Congreso y desde allí succionan la inagotable cantera de recursos endeudando al país hasta tal punto que caemos en situaciones como la que admite Temístocles Montás, un connotado cómplice de ese descalabro moral que desgobierna a nuestro país.

Debería morirse de vergüenza él y todo el séquito (léase la cúpula del PLD) que desde la oposición parecían sabérselas todas. Mucha teoría, mucha «honradez» y muchos planes para «liberar» al país de «todos los males que le aquejan».

¿A dónde fue a parar tanta “sapiencia”? A la cúpula oficial que durante tres períodos gubernamentales ha mantenido tan férramente su política fallida, habría que preguntarle para qué “ministran” y “planifican”. ¿Habrá un juicio, un autojuicio? ¿Qué les dice este resultado atroz de ocupar el lugar 146 entre 148 países en calidad de educación? ¿Tendrán el valor de admitir semejante fracaso? ¿Qué más podemos esperar?

Desgraciadamente, entrampados en un sistema partidario corrompido hasta los tuétanos, somos testigos de la práctica política en la que —lejos de plantear respuestas a los problemas cruciales— los discursos apuntan a la destrucción moral del oponente y en el «mejor de los casos» a los oscuros «acuerdos» con los que desmembran a toda la sociedad hasta las vísceras.

Desventuradamente se ha vendido la idea de que no hay vuelta atrás y que cada cual «tiene que buscársela como pueda». Tal es el mensaje que desde arriba se imprime en las mentes de nuestros niños y jóvenes quienes observan a diario cómo la impunidad campea en todos los órdenes.

Para infortunio del país estamos frente a un partido oficial que ha trabajado para repetir la ignominia del PRI mexicano: mantenerse en el poder por décadas, valiéndose de todo tipo de iniquidad.

Siendo honestos, tenemos que admitir que la hoja de servicio de la otra tienda mayoritaria opositora (PRM) no da lugar a esperanza alguna de que los recursos del pueblo no volverán a ser saqueados, una vez ocurra el «cambio» que proclama.

Mi generación ya pasó por eso y fue vituperada con un horrendo «borrón y cuenta nueva». Me refiero a la contienda electoral del 1978 cuando todas las fuerzas democráticas se anunaron para sacar del poder al tenebroso Dr. Joaquín Balaguer y su séquito de genocidas, tan perversos como él. 

Con la experiencia del PRD volvimos a lo mismo: corrupción e impunidad. El país de los olvidos repitió la experiencia balaguerista. Más de lo mismo: asesinatos, insalubridad, carencia de una educación adecuada; desempleo, delincuencia y éxilio económico de tantos profesionales y no profesionales que sucumbimos al esquema humillante.

He aquí, en este presente nebuloso, de inseguridad ciudadana, de depravación administrativa; alcanzamos la miserable posición a nivel internacional (146 de 148 en calidad escolar). El desmedro de nuestra educación es apenas un botón de la muestra que necesitamos para romper de una vez y por todas con este monstruo partidario que -en haras de las prevendas de los poderosos y las de ellos, cercena uno de los derechos fundamentales del ser humano: la educación.

Sabemos que lo hacen a propósito; que deliberadamente cortan las vidas de tantos niños y jóvenes al negarles la posiblidad de instruirse para que sean seres pensantes; formados en el marco de la integridad, capaces de reconocer quiénes les perjudican hipotecando su futuro a expensas de malhabidas cuentas bancarias; quiénes provocan la inanición de sus cuerpos y de sus mentes, quiénes diseñan y ponen en práctica este holocausto generacional.

Si no estuviera convencido de que el mal se destruye a sí mismo; claudicaría en el anhelo (tal vez quimera, a esta altura de las circunstancias) de que nuestra gente se levante y enarbole un ¡basta ya! que retumbe y despierte las conciencias dormidas.

«Nunca es más oscura la noche que cuando va a amanecer», solía decir Don Juan Bosch. Ojalá y así sea. Que haya un movimiento capaz de vencer las campañas mediáticas y todos al unísono decidamos salir de ese pantano de corrupción e impunidad en el que maleévolamente han sitiado a todos los organismos del Estado.

El pueblo dominicano ha escrito gloriosas páginas en defensa de la dignidad. Tengo la certeza de que sabrá hacerlo una vez más.

 jemc1024@gmail.com 

 

 

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
1 Comment
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios