Pesquisa exime a Christie de culpa en escándalo "Bridgegate"
NUEVA YORK.- El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, no participó ni tuvo conocimiento del cierre parcial en septiembre del puente George Washington como represalia contra un alcalde, que derivó en un escándalo conocido como «Bridgegate».
«Nuestra investigación encontró que el gobernador no supo del cierre de los carriles con anticipación ni tuvo participación alguna en la decisión de cerrarlos», según la investigación interna que encargó el propio Christie dado a conocer hoy por sus abogados.
El informe, de casi 300 páginas, asegura también que son «falsas» las denuncias de la alcaldesa de Hoboken, Dawn Zimmer, quien acusó a la administración Christie de «hacer política» con el dinero para la reconstrucción tras el devastador huracán «Sandy».
Según la investigación, las dos personas que participaron en el plan para cerrar varios carriles del puente fueron David Wildstein, de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, y Bridget Ann Kelly, entonces jefa adjunta de gabinete de Christie.
Varios carriles del George Washington, que une Fort Lee (Nueva Jersey) con el Alto Manhattan (Nueva York), fueron cerrados de forma repentina, lo que creó una gran congestión del tránsito en el lado de Nueva Jersey durante cuatro días.
Más tarde se conoció que el cierre parcial del puente fue como represalia política contra el alcalde de Fort Lee, el demócrata Mark Sokolich, por no haber apoyado al gobernador en su campaña para la reelección del año pasado.
Quiénes son los responsables
El informe añade que el director de campaña para la reelección, Bill Stepien, y un alto responsable de la Autoridad Portuaria, Bill Baroni, sí conocieron con anticipación la decisión de cortar los carriles pero no de los «motivos reales» del cierre.
Una vez que estalló el escándalo, Wildstein y Kelly «trataron de esconderlo» asegurando al personal de la oficina de Christie que se optó por el cierre para hacer «un estudio sobre el tráfico» en el puente George Washington.
El 12 de agosto pasado, Kelly reconfirmó que el alcalde no iba a apoyar la reelección, y un día más tarde envió a Wildstein un correo electrónico en el que aseguraba que «es tiempo de que haya algunos problemas de tráfico en Fort Lee», correo que respondió con un «recibido».
Tres meses más tarde, en mitad del escándalo, Wildstein dijo que sí había hablado con el gobernador sobre el plan en los días en los que los carriles estuvieron cerrados, una conversación que, según el informe publicado este jueves, Christie «no recuerda».
«Una vez que el gobernador empezó a preocuparse por lo que se estaba diciendo pidió respuestas a su equipo. El 12 de diciembre pidió explicaciones a Kelly y Stepien y ambos negaron estar involucrados», según el informe.
Posteriormente, Kelly llamó a una de sus empleadas, Christina Renna, para que borrara un correo electrónico que le había enviado la misma fecha tras enterarse de que el alcalde estaba «muy molesto», correo que ésta nunca llegó a borrar, según la investigación interna.
Por todo ello, los responsables de la pesquisa aseguran que las declaraciones de Christie sobre el escándalo «son ciertas», algo que está corroborado por «varios testigos», y añaden que el funcionario se ha comportado como alguien «que no tiene nada que ocultar».
«En todos los documentos que hemos revisado, incluidos mensajes de texto personales y correos del gobernador y su gabinete, así como todos los testigos que hemos interrogado, no vemos contradicciones en la versión del gobernador», añaden.
Además, aseguran que durante la investigación no se encontraron pruebas de que otros miembros del gabinete del gobernador (salvo Kelly) estuvieran involucrados en el cierre de los carriles o que intentaran encubrir el escándalo.
Por último, detallan que las evidencias que demuestran el plan «no se encontraron en archivos gubernamentales» sino que estaban «escondidas» en correos electrónicos y mensajes de texto «personales» de las personas involucradas.