Perú y los desafíos de Pedro Castillo

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El autor es politólogo. Reside en Santo Domingo.

El exmaestro y líder sindical José Pedro Castillo Terrones, de 51 años, tomó posesión el pasado miércoles como primer mandatario de Perú, tras unas muy reñidas elecciones cuyo desenlace se conoció apenas la semana pasada, tras el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) desestimar las apelaciones pendientes presentadas por su oponente Keiko Fujimori. 

El señor Castillo ganó las elecciones con el 50.13% de los votos, tan solo con 44, 263 votos por encima de la Fujimori. Pedro Castillo es el quinto presidente de Perú en poco menos de cinco años.  

El gran retraso entre la segunda vuelta electoral celebrada en junio y la declaración oficial del ganador la semana pasada, ocurre porque el JNE, la autoridad electoral, estaba obligado a investigar las acusaciones de Fujimori. Ya que, de acuerdo a la ley electoral del país, solo se puede declarar un ganador después de que la autoridad electoral nacional, el JNE haya revisado todos los recuentos de votos y resuelto las quejas de los monitores electorales.  

En un país muy polarizado, Castillo, que no tiene experiencia en gobernar, tendrá que moverse con mucho sigilo para lograr consensos en un escenario político profundamente dividido y poder tranquilizar al otro 49,87% de votantes que no le votaron a él. El partido que lo llevó al poder Perú Libre, por ejemplo, enfrenta un gran desafío, pues solo tiene 37 de los 130 escaños del Congreso peruano, lo que indica las dificultades que Pedro Castillo, confrontará para cumplir una cualquiera de las promesas sobre las que construyó su campaña electoral.  

Algo que ha llamado la atención de esta toma de posesión es que, Castillo empezó su gobierno sin gabinete, algo no común en un presidente, empezar su presidencia sin el gabinete formado, no es que sea imprescindible, pero es lo lógico, lo más esperado, es lo común.  

Esto podría deberse a que el gobierno de Pedro Castillo afronta terribles contradicciones porque Castillo pudo llegar a la presidencia gracias a los aportes que le hicieron dos figuras que representan posiciones políticas totalmente contrapuestas. Por un lado, Vladimir Cerrón, fundador del partido Perú Libre, un partido que se declara en sus estatutos marxista leninista. Fue Vladimir Cerrón quien le dio a Pedro Castillo la candidatura, sin la cual nunca habría llegado a la presidencia.  

Pero, para completar, lo que le faltaba para alcanzar el triunfo, apareció otra figura, el economista Pedro Francke. Recordamos que cuando inicia la campaña electoral para la primera vuelta, Pedro Castillo, estaba muy rezagado, las encuestas casi no lo tomaban en cuenta. Sin embargo, la dispersión absoluta del voto le permitió sorpresivamente, con muy pocos votos llegar primero al balotaje, pero sacando más votos que su más cercana contendora Keiko Fujimori.   

Sin embargo, para ganarle la segunda vuelta a la Fujimori, necesitaba que votos de centro, centro izquierda y centro derecha que siempre han cuestionado el régimen de Alberto Fujimori y el comportamiento de su hija, considerada una política sin escrúpulos, le votaran a él y esos votos los consiguió gracias al economista Pedro Francke, quien era del partido de centro izquierda, Juntos por el Perú de Verónika Mendoza, es decir, un partido social demócrata que no está en guerra contra los mercados porque no es contrario al capitalismo, no en sus versiones más extremas, claro.   

Luego de los acuerdos con Verónika Mendoza, el señor Pedro Francke pasa a manejar los equipos económicos de Pedro Castillo y comienza un nuevo discurso que nada que ver con el marxismo, ni con el populismo, un discurso social demócrata, pero en ningún caso populista ni marxista. 

Entonces la sola presencia de Francke al frente del equipo económico haciendo al candidato decir: no vamos a expropiar nada, no somos chavistas y menos comunista, es lo que permitió lo que le faltaba a Pedro Castillo para ganar la presidencia, porque sin él no le ganaba a Keiko Fujimori.  

Es esto, lo que muestra la contradicción en el gobierno de Pedro Castillo, pues le debe la presidencia al marxista leninista Vladimir Cerrón que le aportó su propio partido, porque sin partido no habría podido ser candidato y mucho menos llegar a la presidencia. Pero también le debe su presidencia a Pedro Francke que le aporto lo que le faltaba, muy poco, pero sin esto era imposible llegar a la presidencia.   

Entonces ahora con estas contradicciones en el seno de su propio gobierno queda esperar ver cómo va a gobernar, si con la visión de Pedro Francke, una visión socialdemócrata que buscaría el equilibrio social, políticas distributivas pero sin ser anti mercados y sin caer en el populismo o si va a gobernar con la visión más radical que representa Vladimir Cerrón…esa podría ser la razón de porque no tenía un gabinete conformado tras su juramentación, porque no se habría logrado acuerdo aun, entre las dos figuras que le dieron forma al triunfo de su proyecto presidencial.

JPM

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