Sin embargo, García remarcó hoy que, en esas citas, “se habló de hospitales que nunca se hicieron y no hubo ninguna licitación” en la que participó Canaán, durante su segundo gobierno.
El exmandatario reiteró que “no hubo ninguna participación” de Rómulo León en los encuentros que tuvo con Canaán, dado que hubo una segunda reunión en la que el empresario se presentó como representante de una “tecnología molecular de petróleo”.
“La idea me pareció muy buena, y pido que lo comuniquen con el ministro de Energía y Minas para que vea si es cierto, porque puede ser una solución para usar el Oleoducto Nor Peruano que estaba siendo usado por debajo de su capacidad”, manifestó García.
Precisamente, la relación entre León y Canaán se conoció públicamente a raíz de los llamados “petroaudios”, una grabación de las conversaciones telefónicas que tuvieron para coordinar la adjudicación de lotes petroleros en el norte de Perú.
El fiscal José Domingo Pérez ha pedido una condena de cinco años de cárcel para Canaán y León, después de que la justicia los absolvió de un primer proceso por los llamados “petroaudios”.
Alan García afronta también como testigo las investigaciones por presunta corrupción en la construcción de la Línea 1 del Metro de Lima, adjudicada a la empresa brasileña Odebrecht en su segunda gestión.
Sobre este caso, el exgobernante dijo a los periodistas que no está involucrado “como otros, en ningún negociado, en ninguna coima, ni en ningún soborno. Eso desespera a mis adversarios” políticos.
García aseguró que el empresario sentenciado por corrupción Marcelo Odebrecht y el exdirectivo de la compañía en Perú Jorge Barata “han sido clarísimos, nunca hablaron nada ilícito conmigo, nunca les pedí ni recibí nada de esos señores, como sí lo han dicho de otros y ha sido probado”.
De acuerdo a la versión de Odebrecht y Barata a fiscales peruanos, la compañía entregó aportes irregulares a las campañas electorales de los expresidentes Ollanta Humala (2011-2016), Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) y Alan García (2006-2011) y de la excandidata Keiko Fujimori en 2011, a pesar de la negativa de todos los involucrados.