Piden Embajada EEUU «libere» franja ocupada calle Leopoldo Navarro

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El 24 junio de 2014, Estados Unidos de América trasladó su embajada
en Santo Domingo a una nueva sede, en la avenida República de
Colombia, en el sector Altos de Arroyo Hondo, construida a un costo
de 193 millones de dólares. Se trata de un holgado complejo de
edificios donde se reúnen todas las agencias estadounidenses.

La legación funcionó hasta entonces en una edificación situada en la
intersección de las calles César Nicolás Penson y Leopoldo Navarro,
en el emblemático sector de Gascue. Durante más de una década, tuvo
como vecino más cercano al dictador Rafael L. Trujillo, hasta el día
en que unos plomos certeros lo enviaron al infierno.

Todo iba bien. Pero a los gringos se les metió un trastorno
delirante, expresado en un reforzamiento de las áreas circundantes
de sus oficinas. La calle Leopoldo Navarro fue tomada desde la
esquina Pedro Henríquez Ureña casi hasta la avenida Bolívar. Algunos
500 metros. Las aceras y la mitad de la vía fueron ocupadas por la
embajada estadounidense.

No creo que alguien protestara. Ni la entonces combativa Federación
de Estudiantes Dominicanos. Ni la izquierda política. No sé si alguna
autoridad lo autorizó, pero el entreguismo fue obvio. Ahora los
gringos se han mudado, muy lejos ahí, pero mantienen ocupada la
extensa franja de la calle Leopoldo Navarro, con muros en el medio.
Tampoco nadie reclama, nadie rezonga.

Un poco al oeste, en la César Nicolás Penson con avenida Máximo
Gómez, funcionó el consulado de EE UU, aquí no tomaron la calle,
pero sí las aceras, con gruesos pilotes y falsas jardineras
defensoras. Trasladado el consulado a su nueva sede, el edificio
tiene un “se vende”, pero nadie quita los obstáculos que colocara
la paranoia, ni los gringos ni autoridad alguna.

Siento tanta bulla de grupos nacionalistas que enarbolan la bandera
dominicana, que desfilan con pancartas, que vociferan en pro de
nuestra soberanía, que llaman blandengue y traidor al Presidente
Danilo Medina por su política migratoria, frente a los haitianos. Pero
no les queda tiempo para reclamar la devolución de los territorios
ocupados.

La ocupación no amerita una guerra. Ni siquiera la quema de una
bandera de barras y estrellas. Nadie irá a la ONU para exigir la
desocupación de la franja de Gascue, como se ha solicitado la salida
de Israel de la franja de Gaza, un estrecho territorio, lindante con
Israel y Egipto y que junto con Cisjordania forma el Estado de
Palestina.

Antes de que la embajada de EE UU venda sus antiguas instalaciones
debe liberar los territorios ocupados, no sea que los adquirientes
vayan, por error, a tomarlos como suyos. Si algún movimiento
nacionalista organiza una manifestación por este objetivo, puede
contar conmigo. Hay que redimir la franja de Gascue.
jpm
EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.
EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.
 
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