Pecados mortales de los hombres en la cama
Por Cristina Maria Marrero Diaz
De esta no se escapa ningún mono por nacionalidad. Porque ni dominicanos ni puertorriqueños están exentos de pecar. Y si hoy usted está sólo y no por gusto, es posible que necesite una absolución.
Quise escoger cada palabra con cuidado para no parecer un refrito de Cosmopolitan para hombres. Reconozco que no ha sido fácil y dudo que haya tenido éxito. Pero, la verdad contenida en esta entrada es innegable. Si usted es hombre reflexione en este fin de semana del amor y pida perdón por sus pecados. Y si es mujer, no dude en imprimir este texto y «casualmente» dejarlo sobre la tapa del inodoro.
Hace unos días mi amiga Emma me contaba sobre su cita con el ginecólogo en su 6to mes de embarazo:
Yo: Por qué no te gusta tu ginecólogo, si todo el mundo dice que ese tipo es una estrella. De los pocos médicos que hace partos después de una cesárea.
Emma: Ay no se! Yo soy la embarazada y todo gira entorno a él.
Yo: Qué? Pero…. Cómo?
Emma: Parece que ha escuchado tanto sobre sus bondades que lo único que habla es de él y sus logros. Yo también quiero hablar de mi y de mi bebé.
Es evidente que su doctor tiene un grave problema de ego. Este defecto es tan terrible como esperar a tu pareja en chancletas y con medias a la rodilla. Hasta el más guapo de los hombres se desluce cuando habla de sí mismo en exceso y sin una gota de humildad.
Recuerdo un tipo guapísimo que conocí. Quise ser coqueta y complaciente y le halagué no recuerdo qué cualidad. Su respuesta?
«Sí. Eso dicen»
En serio, precioso? Y no te dicen que eres un pendejo también? Pensé.
Ahora con el tema de la perspectiva de género, que tanto apoyo, es precisamente porque de ella me enseñaron poco. Para mi, la relación perfecta no es un princeso con una bestia. Soy yo, la princesa y usted es el afortunado oso peludo que todos los días de su vida reconocerá la dicha de tenerme a su lado. Jajajaja! Estoy exagerando. Tampoco nosotras debemos pecar de lo mismo. Independientemente del género, una o un narcisista es la cosa más aburrida para todo. En la casa, en la calle y hasta en la cama.
Y hablando de cama, los pecados en este departamento sí que pueden garantizar una soltería involuntaria sin fecha de expiración.
Hice una encuesta con mis amigas más cercanas – muy divertida, por cierto- sobre sus experiencias más atroces con pecadores dignos de la inquisición y en esto concluimos:
1) Un hombre demasiado tímido.
Una de las entrevistadas dijo: «Si a mi no me lo…. Hay problemas» (refiriéndose al sexo oral). Mientras otra le rebate: Yo prefiero que no lo haga si lo va hacer como si le tuviera miedo.
Todas coinciden en que el entusiasmo es importante, especialmente en el sexo oral. Entienda: Si se va a lanzar, hágalo de cabeza. Eso no muerde. Y si tiene el «don de lenguas» no sea egoísta y úselo a gusto que nadie lo está esperando.
2) Una lengua demasiado sabrosa.
Si bien una lengua tímida resulta frustrante, una sin brújula ni control es terrible. Las caricias en el oído están «nice», pero una lengua que quiera acariciarnos el tímpano y lamer nuestra masa cerebral es inadmisible.
3) Palabras inapropiadas. No. No nos referimos a «malas palabras». Esas están bienvenidas.
Una de mis amigas casadas tuvo por meses un problemita con su esposo:
El le decía a su parte íntima el término popular (que empieza con T y termina con A) pero en diminutivo y las otras palabritas en chiquitito.
«Me sentía menospreciada. Mi mente se iba en un viaje imaginándolo haciéndole gracias a su sobrinita recién nacida».
Siéntase libre de usar el mismo nombre que emplea cuando habla con sus amigotes… Siempre y cuando ya haya confianza y el juego vaya como por el 5to. Inning.
4) El botón de ON. Sí, sabemos que aman las películas porno y que juran por ellas como si fuera la Biblia. En ellas, la vagina es como una puerta inteligente que se abre con lectura digital. Desde que la mano se asoma arrancó la carrera.
En la vida real no es así. No prive en machote. No sea vago! Invierta tiempo de calidad.
5) Un mudo. Aunque usted no lo crea las mujeres tenemos tal capacidad que podríamos casi sostener una conversación durante el acto sexual. Es una virtud. Pero también nos gusta escuchar, porque la comunicación es un acto de doble vía. Además, si lo que percibimos es un compañero en mute, supondremos que la cosa no está funcionando como debiera.
Tampoco se explaye demasiado. Una amiga, modelo profesional, sufrió con un aspirante a cantante de ópera. Gritaba tanto que la dejaba muda a ella. También las frases en inglés están demás: «Oh yeah, Baby». Puede causar hemorragia al oído.
6) Falsas promesas. Pamela no lo pudo haber dicho mejor:
«Que cuando estás cansada te embauquen con un rapidito y se tiren un maratón».
Y agregó: «Clava y clava y no acaba»
Este prototipo de semental también tiene sus enemigas en la cama.
Si ya una parece gallina desplumada, físicamente agotada y más de dos veces complacida. ES SUFICIENTE. Como dijo Vivi: «Sentía que no lo excitaba tanto. Nunca terminaba el maldito!»
Será que somos muy complicadas? Porque si bien la rapidez es un problema hay noches que puede ser una cualidad.
7) El cómodo. Esther es sexóloga y aún ella que debe ser una «monstra», señala con desdén al pecador que se acuesta largo a largo, mientras improvisa para ti una contorsión digna de Cirque du Soleil.
Es un asunto matemático. A menos que seamos gimnastas profesionales, llegamos hasta el 4, pero no nos vuelva un 8, mientras usted es un perfecto 0 a la izquierda.
8) Cruzar los límites. De la garganta! No, mi hermano. La cavidad bucal no es infinita. Sabemos que estás demasiado concentrado como para darte cuenta que se nos está escapando una lágrima. Los ojos desorbitados no se deben a que tu miembro es tan grande como tu egoísmo. Es que tus manos están presionando mi delicada cabeza. A dónde quieres llegar? Al estómago?
9) 50 sombras de… Mierda.
Sí. Sabemos que jamás el libro ganará un Pulitzer, pero coincidimos en que la literatura erótica para chicas entretiene.
Pero, lea esto, pecador hijo de la madre que lo parió: Si no estás TAN bueno como Christian Grey (el protagonista) y no tienes tanto dinero como él, no tienes derecho ni siquiera a suponer que los pellizcos en los pezones son agradables. Dolor no es igual a placer en la MAYORÍA de las mujeres. Discútalo antes si le parece estimulante darle un chancletazo a su pareja.
En este fin de semana del amor los dejo con la frase de Any, quién recientemente encontró su hombre ideal en la cama…. Porque:
«Canta, baila y se depatilla» (despatarra, en puertorriqueño)
Este fin de semana hagamos lo mismo… Cantemos en el micrófono, bailemos entre las sábanas y «depatillémonos» sin miedo. Quizás indultemos a a más de un pecador….