Partido Dominicano y partido único
Su lema era “Rectitud, Libertad, Trabajo y Moralidad”, cuatro palabras escogidas con el único propósito de que sus iniciales coincidieran con las de los nombres y apellidos de su fundador y dueño, Rafael Leónidas Trujillo Molina. Esta fue, sin lugar a dudas, una de las primeras señales del culto a la personalidad que caracterizaría a la dictadura. El general había alcanzado el poder con el apoyo de varios partidos, a quienes el 24 de abril del 1930, desde Montecristi les prometió en su primer manifiesto polític “No hay peligro en seguirme, porque en ningún momento la investidura con que pueda favorecerme el resultado de los comicios de Mayo, servirá para tiranizar la voluntad popular a la cual sirvo en este momento y a la que serviré lealmente en el porvenir”. Debido a que nunca creyó en esos aliados de coyuntura, el referido documento no fue más que la promesa de campaña de un demagogo militar en busca de la presidencia. Desde el principio de su gobierno quedó configurada la dictadura que siempre planificó instaurar. Consciente de que hasta las más crueles de las dictaduras utilizan los partidos políticos para mantenerse en el poder con algún grado de legitimidad, el 2 de agosto de 1931, un año después de ascender al poder, fundó su Partido Dominicano. Según narra Max Uribe, el partido fue conformado con voluntarios que no habían pertenecido a los partidos políticos y adeptos procedentes de las antiguas agrupaciones políticas, las cuales, de esa manera, fueron poco a poco eclipsándose hasta quedar completamente disueltas. Con la inscripción y aprobación del Partido Dominicano por parte de la Junta Central Electoral, el 11 de marzo de 1932, quedó establecido un sistema de partido único totalitario. Como producto de ello, en el 1942 la República Dominicana tuvo el privilegio de ser apenas el segundo país de Latinoamérica en que se constitucionalizaron los partidos políticos, después de Uruguay que lo había hecho en el año 1934. En el año 1942, con el propósito de dar una sensación de apertura democrática bipartidista, fue creado el Partido Trujillista que al igual que el Partido Dominicano postuló a la presidencia al dictador Trujillo. En las siguientes elecciones celebradas el 16 de mayo de 1947, con la intención de acallar las críticas de la comunidad internacional, Trujillo montó una farsa electoral, al formar dos partidos más para competir con el Partido Dominicano, a los cuales bautizó como Nacional Democrático y Nacional Laborista. Los candidatos escogidos para hacer el papel de opositores fueron los servidores del régimen, Rafael Espaillat y Francisco Pratts Ramírez. Entre los dos obtuvieron el diez por ciento de los votos válidos emitidos frente al noventa por ciento de Trujillo. El Partido Dominicano monopolizó durante treinta años la política dominicana y sirvió como aparato de control de la sociedad al servicio de la dictadura. Para su financiamiento se les descontaba a los empleados públicos el diez por ciento de sus salarios. Pero, la gran riqueza acumulada al momento de su disolución en el 1961, provino directamente de los fondos del Estado. La construcción de sus principales palacios en el Distrito Nacional y 80 edificios en todo el territorio nacional, es una prueba de ello.