Pactos para mantenerse arriba

Miguel Vargas aceptó que no es el líder de la oposición hoy, y que no puede comandar un frente opositor, pero gracias al apoyo del Estado, será un partido mayoritario, al pactar retener a sus 41 diputados, 58 alcaldes y otros posibles cargos que le dará Danilo Medina, para hacer un gobierno de unidad nacional.

Por eso se llama trashumancia partidaria en República Dominicana a los simples nómadas oportunistas que sabiendo quien tiene el poder y las posibilidades de controlar y ganar todo, se van con él que le garantice sus beneficios y posiciones.

Todos hemos visto que desde que murió Bosch y Balaguer, aquí no se respeta al partido, ni la ideología, sino al que me ayude a permanecer arriba.

En República Dominicana las migraciones partidarias se producen en los meses previos a la consulta en las urnas y en la etapa de conformación de la boleta electoral. Vimos del PRD salir gente al PLD y apoyarse, algo insólito que los viejos robles no hubieran tolerado y viceversa.

Un gobierno compartido de Unidad Nacional, necesita de todos y espero no sea para reelegir a legisladores actuales sumisos, olvidándose de que una oposición es el contrapeso a dictaduras que controlen todo. Pero eso aquí no se hará. Danilo, lo explico en su mensaje del miércoles: quiere unidad total. «Si tengo el respaldo de mi partido y el apoyo de la mayoría de los dominicanos, léase partidos grandes, podré concurrir a un nuevo mandato presidencial.

Aparentemente se suicidó el partido que tenía una vez un 47% en urnas y Danilo Medina aprovecho impasse que tuvo Miguel Vargas con el joven-anciano partido P.R.M. muy bien. Por eso no confía en ningún militante vestido de blanco, aunque justificó en su discurso ese pacto para lograr hacer el gobierno donde progresarán todos, sin protestas pueriles y pérdidas de tiempo legislativas.

El fenomenal pacto abarco desde candidatos oficiales a cargos electivos que repiten, como a la dirigencia alta y media de las organizaciones partidistas, que quieren tener participación.

Si los primeros buscan mayores posibilidades de elección, el resto muestra su lealtad al partido con mejores opciones el cual controlará las redes de patronazgo tras la victoria.

La mayoría de las trashumancias han tenido lugar desde las filas del PRSC y del PRD, pero recuerde que el ex presidente Hipólito Mejía convirtió al PRD en el 2000 en un vino rosado entrando a sus amigos rojos y mezclarlos con color blanco.

Y ahora los morados se unen al rojo y blanco y fabrican una explosión de color que los no políticos consideramos color caca, por lo fétido que huele.

Durante los meses previos a las elecciones legislativas de 2010, cinco legisladores reformistas se juramentaron por el PRD, mientras que otros presentaron su renuncia formal.

Tras la muerte de Joaquín Balaguer se ha producido una estampida de dirigentes que negocian de forma individual su apoyo al partido gobernante a cambio de mantenerse dentro de las instituciones públicas, donde hay poder y dinero.

El ejemplo más notorio fue el del otrora presidente del PRSC y ministro de Relaciones Exteriores en los gobiernos del PLD, líder del segundo partido opositor, parte del ejecutivo oficialista e imagen del gobierno dominicano en el exterior.

Una presencia institucional que no guarda relación con su desempeño en las urnas y que desdibuja las fronteras entre partidos, muchos reformistas tránsfugas los cuales todos conocemos y que quieren volver a subir o mantenerse a cambio de apoyar reelección y ahora hacen lo mismo con el PRD de Miguel Vargas, quien se justifica en radio y TV por ser lo que más conviene al partido y al país según él.

Pactos, alianzas electorales y trashumancias gobernantes. Datos para recordar:

Con ocasión de las legislativas de 2010, reformistas disidentes organizados con el nombre de Balagueristas Auténticos, Consenso Electoral y Corriente Balaguerista se integraron a la alianza oficialista conocida como Bloque Progresista.

A cambio, el presidente Fernández acordó proporcionarles lugares en la papeleta electoral y lo mismo hace Danilo Medina después de consultar los comités, quitándole oportunidad a nuevos valores de optar por oposición a puestos que se intercambiaron para mantener el status quo.

La naturaleza ad hoc de estas agrupaciones obstaculiza el realineamiento del sistema de partidos, ya que, como ha sucedido en algunos casos, nada impide que sus integrantes regresen a la organización matriz o cambien de compañero en una próxima contienda.

Este baile de disidencias y cambios de partido fue denunciado por un ex presidente de la Cámara de Diputados, que se lamentaba de que los partidos se convirtieran en “carros fúnebres…que recogen dirigentes derrotados u olvidados por sus organizaciones”.

El transfuguismo en República Dominicana ha pasado a formar parte del repertorio de recursos movilizadores de los partidos en las contiendas electorales. Junto a las tradicionales actividades proselitistas, se realizan actos de exhibición transfuguista en los que grupos de dirigentes exhiben su nueva lealtad partidista.

La mutación se re conceptualiza así como muestra del poder de atracción y fuerza entre los contendientes mayoritarios.

Los bajos costos de salida de la organización originaria hacen que el trashumante sea una nómada de ida y vuelta.

Muchos de estos hijos pródigos de la política dominicana regresan al seno partidista y en los casos más pintorescos, incluso después de haber abrazado el “rojo”, el “morado” y el “blanco”.

No hay sanción legal al transfuga, solo se puede lograr la expulsión de ellos, pero moralmente deberían quedar anulados.

La debilidad ideológica de los partidos dominicanos es el caldo de cultivo de la práctica transfuguista, y la politización de la administración pública al servicio del partido ganador, el incentivo de la trashumancia de ida y vuelta.

Esta cooperación estratégica entre candidatos apunta a un escenario de tipo cartel informal, en el que la política deviene una profesión en sí misma y en la que los políticos “tienen carreras de larga duración, acaban por considerar a sus oponentes como colegas profesionales, enfrentados a las mismas presiones, con similares deseos de seguridad laboral y con los que habrá que compartir asuntos a largo plazo.

La estabilidad se convierte en algo más importante que el triunfo. Me ganó el pacto, unido al fuerte del Palacio.

 

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
3 Comments
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios