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Hechos sangrientos, provocados por asesinatos constantes son las que diariamente bordean los medios digitales de la provincia Monseñor Nouel y el país, provocados por atracos, asaltos, robos y asesinatos que tienen en zozobra a los residentes y pobladores.
Ante las escenas de dolor provocadas a las familias, las autoridades de la provincia se muestran apáticas, mientras los jóvenes no pueden salir a las calles en pasolas o motores, porque inesperadamente son encañonados por los delincuentes, que en ocasiones son miembros de la propia Policía Nacional.
El hecho más reciente, muy parecido a una película de Vaqueros, desarrollada en la parte frontal del Motel La Fuente del Placer, se produjo este miércoles, donde fue ejecutado a tiros el reconocido asaltante de bancos, John Percival Matos, hijo de un reconocido General (Retirado) de la Policía Nacional.
El delincuente asesinado a balazos hacía tres días que había asaltado una sucursal del Banco Popular, ubicada en una Tienda de Plaza Lama de la Capital y al ser descubierto buscó refugio en la ciudad de Bonao.
Se dice que dicho asaltante era acompañado de otros dos delincuentes que según la P. N. emprendieron la huida y uno de ellos está gravemente herido.
En los últimos tiempos Bonao se ha convertido en el principal refugio de los delincuentes, donde la inseguridad es imperante y la Policía Nacional no actúa en consecuencias, debido a que muchas veces las bandas son encabezadas por miembros de la uniformada con asiento en la provincia.
Habitantes de la provincia Monseñor Nouel, pero que residen en Estados Unidos exhortan al gobierno y las autoridades policiales y judiciales a no dejen las investigaciones a medias y busquen al principal cabecilla de esta banda de asaltantes de bancos.
Sin embargo, afirman que no es oportuno que enfrenten sólo a los asaltantes bancarios, sino que den el frente a la delincuencia en su conjunto.
«Hay que coger a los pejes gordos que están incrustado en el mismo Gobierno y viven haciendo negocios ilícitos a través del poder y la protección que les dispensa la Policía, los Jueces, los Fiscales, los Legisladores y el propio presidente de la República Dominicana», aseguran.
Dijeron que en Bonao y sus zonas aledañas existe un bandidaje que difícilmente pueda ser controlado a su máxima expresión porque quienes deben crear alternativas para corregirlo también están metidos hasta los tuétanos en el juego malsano de la delincuencia putrefacta que sacude al país.
JPM