Un monólogo sin respuesta del General

(Primera parte)

El pasado sábado 29 de diciembre 2018, el Dr. Miguel Espaillat Grullón, el «socialista izquierdista» que se hizo ciudadano norteamericano a pesar de odiar y disentir  en todo lo que hace el llamado «malvado imperio», y  a quien culpa de todos los males habidos y por haber del planeta tierra, escribió como ya es costumbre, uno de sus kilométricos artículos de opinión, en donde en esta oportunidad, y sin abandonar su «lucha» en contra de los Estados Unidos, realizó un supuesto «diálogo» con el exgeneral del Ejército Nacional Dominicano, Ramiro Matos González, al cual hasta le cambió su apellido materno que es con «z» y no con «s» como lo escribió el Dr. Espaillat Grullón.  (Ver artículo): https://almomento.net/dialogo-con-el-general-ramiro-matos-gonzales-y-colegas/

A pesar de que el propio autor en la parte final reconoce que, a pesar de que los lectores -como fue mi caso- reconocerán que eso no era un diálogo (que es de dos) sino un monólogo (que es de uno), él abriga la esperanza de que sea lo primero (una suposición),  para desmentir lo segundo, que es más probable que se convierta en una realidad, esperanzado en la respuesta que espera del exGral. Matos González.

Yo dudo mucho que el citado militar a su edad, a sus ocupaciones privadas y posiblemente, al entender que es un atrevimiento y una provocación de parte del Dr. Grullón Espaillat, debatir algo con él con el cual  no tiene la obligación y el deber de discutir, sino que, en todo caso, sería con los familiares directos en relación a las partes involucradas y a los hechos sucedidos. En este caso, me parece que el Dr. Miguel Espaillat ha querido ser más papista que el propio Papa, algo que es característico en los izquierdistas cuando buscan pescar en río revuelto como forma de darse brillo en un drama ajeno.

Como hemos podido ver y partiendo de los escritos de opiniones hechos por el Dr. Espaillat Grullón, éste siempre ha sufrido de una continua y variada metamorfosis socio-política para justificar que haya elegido radicarse justamente en el país y en el sistema socio-económico y político que él reniega. Por ejemplo, se ha perfilado como un Johannes Burgos, el conocido personaje interpretado por el comediante Felipe Polanco (Boruga), el cual «odia» y combate al imperialismo yankee pero ansía una visa o poder entrar de cualquier forma para vivir en los Estados Unidos, con la excusa de «Venir a combatir al monstruo dentro de sus propias entrañas.»

De igual manera, el citado articulista escribió en uno de sus artículos para justificar su presencia en la Unión Americana, que: «Había venido para recuperar lo que  ésta le había robado a la República Dominicana». Obviamente, aquí lo vemos personificando a una especie de un Robin Hood moderno, con ciertos aires socialistas, pero como ellos acostumbran, asumen tareas que nadie les ha pedido.

Pero, en esta ocasión la razón de mi intervención con esta humilde opinión estriba en que ahora el Dr. Miguel Espaillat Grullón asume per se la figura de  Fiscal del Ministerio Público para que un militar que cumplió con su deber con la patria, subordinado a un gobierno y que enfrentó a un grupo de guerrilleros que no vinieron con flores ni vinos en sus manos, sino armas para combatir y matar,  se disponga a un «diálogo» con él  para explicar las razones de lo que hizo y, por último, para que «antes de morir ofrezca un mea culpa a toda la nación por sus acciones».  ¿Se habrá visto atrevimiento igual?.  La mejor respuesta que el exGral. Ramiro Matos González  le puede dar a este denuedo sin sentido  es el silencio, porque como bien dijera el eminente humanista y médico español Santiago Ramón y Cajal, figura cimera en la llamada «Generación de los Sabios»: «De todas las reacciones posibles ante una injuria,  la más hábil y económica es el silencio».

No es cierto,  como lo afirma el Dr. Espaillat Grullón, que muchos sectores políticos de país reclaman que «Sean enjuiciados los actores principales de la contrarrevolución de 1965, los perseguidores y acusados de la muerte de Caamaño en 1973 y los autores intelectuales y materiales de la muerte de Manolo Tavárez Justo y de los guerrilleros del 14 de Junio. Sabemos y lo he reiterado muchas veces en mis artículos, que el Dr. Espaillat Grullón, tanto como abogado y en el gaje de la opinión política, en un sofista de marca mayor, algo que es característico en los izquierdistas para hacer valer sus falsos criterios. Los que han reclamado tales acciones, han sido las minúsculas e intrascendentes agrupaciones izquierdistas compuestas por dos o tres y los dos hijos de Manolo Tavárez Justo, al que el abogado cambió también su apellido al escribirlo con «s» cuando es con «z».

No cabe dudas que cuando uno lee tales desafueros y peticiones tan absurdas en personas que se supone tienen cierto coeficiente de capacidad, lo que eso produce es una sensación de extrañeza, risa e incredulidad por la naturaleza de los hechos acaecidos. ¿ Qué pretenden el Dr. Espaillat Grullón  y esos grupúsculos izquierdistas?. ¿que los soldados y gobiernos se rindieran a sus pies y no los enfrentaran como es debido?  O acaso, ¿que los recibieran cuando desembarcan a tumbar un gobierno y a matar a militares, con música, vinos y obsequios, allanándoles el camino a sus pretensiones políticas?.  Todo el que trata de derrocar un gobierno, tomar el control de un país o atacar sus instituciones establecidas sabe que se expone a dos cosas: vencer o morir en el intento.

Ahora bien, sería interesante  preguntar:  ¿Acaso serían diferentes las respuestas de los gobiernos izquierdistas si se intentara algo similar en contra de ellos? ¿A cuántos cubanos, militares y policías  fusiló Fidel Castro Ruz y su revolución cuando tomó el poder en Cuba? . ¿Han juzgado o llevado al banquillo de los acusados, a los militares castristas que cumplieron con lo que dijo José Ortega y Gassett de que: «Yo soy yo y mis circunstancias» como señaló el Dr. Espaillat Grullón en su ponencia?

¿Acaso la dictadura castro-chavista en Venezuela no masacró de manera salvaje y brutal con poderosos armamentos pesados de todo tipo, en junio del 2017 al policía disidente Oscar Alberto Pérez y sus acompañantes, no obstante  éstos haber comunicado a las autoridades que se rendían?.  Nunca leí al Dr. Miguel Espaillat Grullón haber protestado por este brutal ataque y matarlos, a pesar de rendirse y pedir por sus vidas. ¿Cuál es la diferencia ? ¿Acaso los crímenes se justifican dependiendo el color político que representen?

Es obvio que lo que se trata de buscar con ésto, es que los militares y policías de naciones democráticas se abstengan de actuar como debe ser antes las agresiones izquierdistas, para evitar en un futuro ser «acusados y juzgados» por sus actos en el cumplimiento de su deber. Esto es algo  inaudito e inadmisible. Ya lo he sostenido en otras ocasiones: los izquierdistas no descansan en sus perversiones políticas y en aprovecharse de las debilidades democráticas a su favor.

En el párrafo No.20 de su artículo, fruto de estar «sumergido en reflexiones y remembranzas», el Dr. Espaillat Grullón nos hace un relato de un tal «pastor evangélico» que había sido militar en el gobierno del Dr. Joaquín Balaguer,  en donde -según Espaillat-  éste le había dicho que el Dr. Balaguer «era un demonio y un «anticristo» y que: «Muchos de los que están a su lado obedeciendo sus órdenes de matar, irán al infierno, si no se arrepienten como lo hice yo» (cierro la cita). Es penoso que un abogado y columnista como lo es el Dr. Espaillat, caiga en tan ridícula historia, sin capacidad de demostración y utilizando aspecto religiosos sin tener el menor de los escrúpulos, para hacer creíble sus argumentos. Pero, aparte de esa consideración, hay ciertos detalles que me han causado ciertas interrogantes.

Según nos narra el Dr.Espaillat en su artículo, el referido «pastor evangélico» habló con  él en el año 1980 en Puerto Rico y dijo: «Balaguer es un anticristo». Y que : «Por su culpa, muchos de los que están a su lado, obedeciendo sus órdenes de matar irán al infierno sino se arrepienten a tiempo como lo hice yo» (cierro la cita).

Para el año de 1980,  el Dr. Balaguer no gobernaba el país sino que quien estaba al frente era Silvestre Antonio Guzmán Fernández y suena raro que sin estar en el poder el Dr. Balaguer cometiera dichos actos y «muchos siguieran obedeciendo sus «órdenes», cuando sabemos que su partido y su influencia política entró en un total reflujo, diferente al PRD, que gozaba de una amplia aceptación popular para la época. ¿Qué pruebas tenía el pastor de esa supuesta conducta de Balaguer?. ¿Tan cercano era el susodicho pastor? ¿Por qué el Dr. Espaillat Grullón les da tanta credibilidad y usa eso como una verdad irrefutable en su opinión?.  La forma en que le habló el referido «pastor» al Dr. Espaillat fue a manera del presente indicativo, o sea que la acción a que se refería estaba sucediendo en ese momento y no en pretérito como debió ser lo que nos muestra suspicacia para darle siquiera algo de credibilidad ante tantos exabruptos.

No voy a incurrir en un artículo kilométrico como  acostumbra el Dr. Espaillat Grullón, por lo que dejo para la próxima entrega la continuación de la segunda parte para responder a este desaguisado de regalo de fin de año del citado columnista.

sp-am

Diálogo con el General Ramiro Matos Gonzales y colegas

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