Trump le pisó el callo a Raúl

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EL AUTOR es escritor. Reside en Nueva York

En algún momento en el discurrir en la  vida de los seres humanos, y sobre todo,  en las personas que ya están en la adultez,  han experimentado un endurecimiento formado en la piel de las manos y de los pies, generalmente, a causa de un roce continuo o de presión que se ejerce en esas partes.

En el lenguaje popular les llamamos «callo», pero en el argot de la medicina se conoce como «hiperqueratosis», que no es más que, la dureza que se forma en una zona de la piel en la que se produce una acumulación de «queratina» que, corresponde a una compactación de células muertas inertes en la epidermis en respuesta a un estímulo de roce o fricción excesiva, sobretodo, en las manos o en los pies. También se conoce como «callo» la formación nueva de tejidos que se forman en la unión de los fragmentos de una fractura.

Pero, lo que quiero señalar es que, ya sea en el lenguaje popular o en el argot médico, los mismos  son dolorosos, molestosos y, cuando esa parte recibe un golpe o en su defecto, son pisados por otra persona, el dolor es bien intenso. En ese tenor, he querido hacer un paralelismo de los callos con las recientes  sanciones que ha recibido recientemente la dictadura castrista de Cuba por parte del presidente de los Estados Unidos Donald Jhon Trump MacLeod.  Me explico.

Gaesa: la alcancía empresarial de los Castro

Gaesa son las iniciales del grupo comercial más poderoso y a la vez misterioso que hay en Cuba. Su nombre comercial es: Grupo de Administración Empresarial, S.A. (Gaesa) y lo dirige las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Sus ramificaciones son extensas y abarca casi todo el comercio cubano desde la industria hotelera, tiendas minoristas de ventas de productos en divisas, las aduanas de la nación y los puertos entre otras actividades de negocios.

Se dicen tantas cosas de ese poderoso grupo empresarial, que se ha constituido en un mito en Cuba y se le ha llegado a comparar con las famosas «matrioskas» las muñecas rusas cuya interioridad pocos conocen a fondo. Es el tinglado de negocios del cual se beneficia la dictadura y la dinastía de los Castro,  razón por la cual la administración del presidente Donald Trump y sus colaboradores se han preguntado: cómo ayudar al pueblo cubano directamente, sin hacer negocios con La Habana para favorecer al pueblo que lleva seis decenios pasando calamidades  sin favorecer al consorcio de  militar?

Ese poderoso monopolio estatal a cargo de los militares,  es una empresa adscrita al Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar), siendo su presidente ejecutivo el general de brigada Luis Alberto Roríguez López-Calleja, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y jefe del V Departamento de la FAR. Se estima que este monopolio gubernamental de la dictadura castrista representa el 70% de la economía de la isla.

La estructura de Gaesa está compuesta de varias empresas en diferentes ramos y en cada una de ellas hay un miembro de la dinastía de los Castro,  cuidando lo que produce el sostenimiento económico del régimen y, obviamente, el patrimonio familiar. Podemos citar las siguientes:

1.-  a) Grupo de Turismo Gaviota (hoteles, alquiler de autos y agencias de viajes)

2.-  b) TRD Caribe (supermercado minorista de ventas de divisas)

3.-  c) Unión de Construcciones Militares y la Inmobiliaria Almest)

4.- d) Tecnotec y Tecnoimpor ( importaciones y exportaciones)

5.- e) Zona de Desarrollo Integral Mariel

6.- f)  Almacenes Universales (servicios portuarios, aduaneros y transporte)

Como ya sabemos, en la Cuba castrista no existen las empresas privadas, el Estado es el gran patrón, el dueño de todo  y el único que puede emplear a un ciudadano, obviamente, cumpliendo con los principios de la metodología izquierdista,  la cual se ajusta a la perfección con la frase que dijera el fundador de Burkina Fasso, Tomás  Isidore Noel Sankara,  cuando dijo: «Quien te alimenta te controla». Y esa es la idea política primordial de la dictadura.

La empresa más importante y la que genera más las divisas «del malvado imperio» que tanto anhela y le encanta a la  dictadura, es el Grupo de Turismo Gaviota, el cual se calcula que produce ingresos por alrededor de los 700 millones de dólares anuales. Esta rama del conglomerado comercial es la joya más preciada de la dictadura socialista y propietaria de la mayoría de los hoteles de 4 y 5 estrellas en Cuba,  motivo por lo cual  la cuidan con sumo esmero.

Barack Obama y su piñata a Cuba

En todas mis colaboraciones escritas para este  diario y otros,  siempre consideré al expresidente Barack Hussein Obama II Dunham el más servil, pusilánime, entreguista y genuflexo   con los regímenes y naciones enemigas de los Estados Unidos. Fue una impronta negativa a lo largo de su gobierno lo cual hizo mucho daño a la imagen poderosa que siempre ha tenido la Unión Americana, que motivó el envalentonamiento de las dictaduras izquierdistas de la región.

Entre sus funestas acciones políticas y que pusieron en desventajas la seguridad global,  podemos recordar entre las más notables: a) el llamado Plan Conjunto de Acción Comprehensiva (JCPOA) por sus siglas en inglés, en torno al programa nuclear de Irán; b) La anexión a Rusia en el 2014 de la República de Crimea y la ciudad de Sebastopol ante la pasividad y la inacción  del timorato Barack Obama; c) Su ineficacia y dejadez en aplicar medidas y sanciones a la envalentonada Venezuela chavista, d)  permitir que Rusia se apoderara del escenario de la guerra en Siria para sostener a la dictadura criminal  de Bashar al-Assad y e) Su inoportuna, desvergonzada e ineficaz política de apertura y concesiones graciosas al régimen brutal y represivo de La Habana.

Tal y como lo había manifestado en mis diferentes artículos sobre el tema, Barack Obama le dio todo a la tiranía de Cuba a cambio de nada. Una genuflexión del hombre que dirigía la nación más poderosa del planeta a un gobierno criminal, dictatorial y represivo. Pero, lo más indigno e inmoral de parte de Barack Obama, fue posar el Air Force One en tierras cubanas para estrechar las manos ensangrentadas de Raúl Modesto Castro Ruz, el mismo que dio la orden de derribar a las dos avionetas de los Hermanos al Rescate, en donde murieron cuatro cubanos-norteamericanos en aguas internacionales el 24 de febrero de 1996. Todas estas concesiones graciosas que  yo había reiterado en mis trabajos de opinión, que no iban a cambiar absolutamente nada en la política represiva de Cuba,  fue la piñata de regalos de Obama a los Castros, que nunca pierden la oportunidad de aprovecharse política y económicamente de los demás,

Donald Trump le pisó el callo a Raúl.

Con el advenimiento al poder del presidente Donald Trump en los Estados Unidos,  las cosas cambiaron y volvieron a su nivel como debe ser, en una nación cuyas decisiones inciden a nivel mundial y comenzó a tomar distancias de naciones terroristas como Siria e Irán, Corea del Norte y en regímenes dictatoriales como Cuba, Venezuela y Nicaragua.

En el caso específico de la tiranía cubana, paulatinamente fue implementando una serie de medidas políticas y económicas que han hecho soltar las alarmas en la tiranía en la isla de José Martí, que ya se había acostumbrado a las piñatas premiadas de Obama, con los consiguientes discursos de «protestas» y consignas ya trilladas  por las pérdidas que representa para la dictadura castrista, la cual vive también su peor momento ante la debacle económica de su colonia Venezuela que ya casi no les puede aportar como lo hacía antes. Estas medidas son:

  1. a) Los Estados Unidos ha reducido a lo máximo las relaciones y actividades diplomáticas en La Habana, manteniendo en su sede un mínimo personal.
  2. b) El pasado 4 de junio 2019, el presidente Donald Trump prohibió los viajes de cruceros a la isla cubana, a fin de reducir los ingresos de dólares al gobierno opresor y  comunista de Cuba.
  3. c) El pasado 2 de mayo 2019, entró en vigencia el polémico y aterrador capítulo III de la Ley Helms- Burton para la satrapía cubana, el cual permite a los ciudadanos norteamericanos y cubanos así como a sus descendientes, cuyas propiedades fueron confiscada por la Revolución de 1959, a demandar en los Tribunales norteamericanos el pago de las propiedades confiscadas por el régimen comunista.
  4. d) Se limitó el envío de remesas a la isla de Cuba a la cantidad máxima de US$1,000 dólares cada trimestre.

Todas estas medidas aunadas al clásico embargo comercial, económico y financiero -no bloqueo porque es un disparate- implementado por los Estados Unidos en octubre de 1960, en respuesta a las expropiaciones por parte del gobierno revolucionario de propiedades confiscadas a ciudadanos estadounidenses en la isla después del triunfo de Fidel Castro, le ha dolido en lo más profundo al dictador Raúl Modesto Castro y a su cofradía militar.

Fruto de las medidas impuestas por el gobierno de Donal Trump indicadas más arriba,  el dictador Raúl Castro dio un discurso en la Asamblea Nacional de Cuba, en donde decía que: «El pueblo cubano debe de estar preparado para la peor variante de su economía», haciéndole recordar al doliente pueblo  lo vivido con el llamado «Período Especial» en 1991, cuando la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS),  se disolvió y de paso se quitó de encima esta garrapata política que es la Cuba socialista de los Castro.  Con estas acciones fue que el presidente Donald Trump le ha pisado el callo a Raúl Modesto Castro Ruz y, evidentemente, que le dolió y le va a seguir doliendo ante el panorama económico que luce lúgubre para la dictadura cubana.

No se si los amables lectores han notado que me he referido a Raúl Castro y no a Miguel Mario Díaz- Canel Bermúdez el supuesto «presidente» de Cuba.  La razón de ello es que, cuando se trata temas político y de decisiones, uno se refiere a los dueños del circo no a los payasos y Díaz Canel en Cuba ni es presidente y ni es dictador porque le falta osadía y lo  que realmente es un pelele, un servil y una marioneta de Raúl Modesto Castro Ruz.

Siempre he manifestado a través de mis modestas opiniones que, pactar, negociar o creer en las promesas de naciones o gobiernos musulmanes radicales o comunistas como los de Cuba, Corea del Norte,  Venezuela o Nicaragua, eso es perder el tiempo, no lograr nada y darle espacio al enemigo que no cesa en sus perversas intenciones políticas. En consecuencia, las medidas tomadas por Donald Trump contra la dictadura cubana, son pertinentes a mis percepciones en ese sentido y políticamente muy acertadas. Sobradas razones tuvo Sir Winston Leonard Spencer-Churchill cuando dijo:

«Intentar mantener  relaciones con un comunista es como cortejar a un cocodrilo. Cuando abre su boca, no puedes decir si está intentando sonreír o preparándose para engullirte»

 

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