Temor a la macroeconomía de Trump
-I-
La República Dominicana puede verse afectada negativamente por la política comercial y de migración del Presidente Donald Trump, como expusimos en artículos anteriores. Pero también puede verse afectada por su política presupuestal y bancaria, es decir por su manejo de la macroeconomía.
Veamos. Ha anunciado una reducción en el impuesto sobre la renta corporativo, como mecanismo para hacer que las fábricas norteamericanas, actualmente en el exterior, retornen a Estados Unidos y generen nuevos empleos. También ha anunciado una gran inversión en infraestructura física como carreteras y puentes. La combinación de menos recursos tributarios y más gastos apunta hacia un creciente déficit fiscal.
Su banco central, la Reserva Federal, para compensar por las presiones inflacionarias de una política fiscal deficitaria, se verá obligado a aumentar la tasa de interés, lo que perjudicará al presupuesto dominicano, pues los intereses a pagar de muchas de las deudas del país están ligados a la tasa “prime” norteamericana y si esta aumenta, aumentan los intereses que tendríamos que pagar. Además, todo nuevo endeudamiento sería a tasas más elevadas. Hoy día conseguimos dinero a menos del 6%.
La política macroeconómica de Trump ya está fortaleciendo el dólar. Aunque nuestro país está en la zona del dólar, no es menos cierto que parte de su comercio exterior es con países europeos y asiáticos, lo que significa que para seguir siendo competitivos tendríamos que devaluar en algo el peso, para mantener la paridad con todos los países con los cuales negociamos.
Cuando la debacle en el sistema bancario norteamericano del 2008, cuando quebraron grandes bancos, se le hizo difícil al tercer mundo, incluyendo a la República Dominicana, tomar prestado en el mercado internacional. Para impedir que esa debacle ocurriese de nuevo se pasó en Estados Unidos la Ley Dodd-Frank que, con su regla Volcker, buscaba impedir el tipo de transacciones que provocaron la misma.
Hoy día, con un gabinete económico compuesto por grandes banqueros de Wall Street (¿recuerdan cuando Trump criticaba a Hillary por aceptar pagos por dar conferencias en Wall Street?) la nueva administración ha anunciado que comenzará a debilitar la Ley Dodd-Frank. Si logra hacerlo no solo por la vía administrativa, como ha comenzado, sino también a través del Congreso, las posibilidades de ver una repetición de la debacle del 2008 serían reales y eso afectaría la capacidad de la República Dominicana de seguir endeudándose, como pretende hacerlo año por año. Recuérdese que ya llevamos 13 años con un déficit fiscal.
Todo lo anterior sugiere que nuestro gobierno debe reducir el endeudamiento, a través de un presupuesto menos deficitario, aún a expensas de un menor crecimiento. ¿De qué sirve decir que por varios años consecutivos hemos sido el país que más ha crecido en el continente, cuando existe una creciente posibilidad de un frenazo?
-II-
A veces es útil mirar hacia nuestro pasado para ver cuánto nos hemos desviado. Valdría recordar que cuando Juan Bosch fue presidente sugirió que se incorporara en la Constitución de 1963 el concepto de la “muerte civil”, es decir la pérdida de todos los derechos civiles y de la personalidad jurídica, lo que conlleva a la privación general de los derechos. Es decir que a los efectos jurídicos la persona dejó de ser viva mucho antes de su muerte física. Bosch concibió ese concepto para los que robaban al Estado. Hoy día sus discípulos, a través de la corporación PLD, C. por A., ocultan el robo entre sus miembros, a no ser que tengan la mala suerte de que el hurto fue denunciado desde el extranjero y aún así esos casos se investigan más lentamente que en otros países.
También es útil recordar, ahora que han pasado las elecciones, que cuando Héctor García Godoy fue Presidente en 1965-66, al preparar las elecciones que Balaguer le ganó a Bosch con el apoyo de la CIA (pero ese es otro tema), obligó a toda persona que fuese candidata, ya sea a la presidencia, vicepresidencia, el Congreso o cargos municipales, que abandonasen su empleo público hasta el día después de las elecciones. Ahora se va a las mismas desde el poder, desde el cargo mismo, con todas sus implicaciones monetarias y capacidades de influir sobre los votantes.