OPINION: Sí, Hipólito es el líder del PRM

 

Por motivo de mi más reciente artículo titulado: «Lectura para Hipólito Mejía, sus seguidores y el pueblo en general», he recibido 165 correos electrónicos.   De esos, más de cien han sido para apoyarme y felicitarme; otros, hacen comentarios sin sentido y hasta soeces.  De esas opiniones, específicamente, uno me escribió diciendo: «Si Hipólito te hace ronchas, agárrate, pues ahora viene Carolina, que es más dura que su papá’.  También, tres me piden no tratar este asunto públicamente sino dentro de las paredes del Partido, porque los trapos sucios se lavan en casa.  Igualmente, seis me hacen la observación de que Luis Abinader es otro, que tampoco ha estado presente en las luchas de los diferentes sectores del pueblo que yo cito no ha participado Hipólito. Sin embargo (me enrostran), de Luis tú no dices nada, porque estás parcializado con él, cosa que te resta credibilidad.  Hubo hasta quien me señaló: «Comenzaste muy temprano con este tema de la elección presidencial, deja esa vaina para luego».  Finalmente, ocho lo hicieron para decirme: «Aunque tú no lo quieras ver y te incomode por envidia, Hipólito es el líder del Partido, además los políticos nunca se retiran.

Analizando estas opiniones, el average a mi favor es excelente, y más, si consideramos que la humanidad siempre ha estado inclinada a favor de los Barrabás y en condenar a un Cristo; y aclaro, no es que yo me considero un Cristo, sino, en esta ocasión, hablo metafóricamente.   Y para colmo, con respecto a estos artículos míos, amigos y familiares me dicen: «Miguel déjate de escribir contra tanta gente tan poderosa.  Fortuitamente te vas a encontrar una vaina.  Ten en cuenta (me recalcan), que él que se mete a redentor, muere crucificado.

 

Pues bien…desglosar cada uno de los puntos que corresponden a este trabajo ha dado lugar a un texto largo, impropio para publicar en un periódico digital, por justificadas razones, principalmente, la no disposición de tiempo de los lectores en este tiempo de modernidad.  Por tal motivo, me aboco a publicar este trabajo en diferentes entregas.  El trabajo está dividido en siete partes, con los títulos siguientes:

1-Sí…, Hipólito es el líder del PRM

2-Comenzaste muy temprano con este tema de la elección presidencial

3-Lavar la ropa sucia en casa

4-Luis es tan conservador y al servicio de su clase social, tanto como Hipólito

5-Las bases del Partido ni el pueblo en general, ya no están en eso de seguir ciegamente a cualquiera que se pinte de líder

6-El que se mete a redentor, muere crucificado

7-Carolina Mejía va, y esa es más dura que su papá

 

He aquí la primera parte:

Pues bien…, nunca he ignorado o dicho que Hipólito no sea el líder del Partido, sino he sostenido que ese liderazgo ha conducido a derrotas consecutivas, primero al PRD y luego al PRM, por ser precisamente Hipólito el líder de estas instituciones.    En muchos artículos he explicado las deficiencias de ese liderazgo y hasta donde nos ha llevado, razones por las cuales, en esta oportunidad no traigo al tapete esas deficiencias, porque traerlas sería como llover sobre mojado, sino que me emplearé en replicar las opiniones citadas en el anterior párrafo, para concientización e ilustración de nuestro pueblo, lo mismo que para enriquecer civilizadamente el debate de las ideas, tan necesarias en este momento histórico de nuestro país y el mundo.   Veamos:

 

Los líderes políticos no se retiran

 

Ciertas reglas deportivas también son validas en política.  En el juego de pelota, basquetbol o futbol o cualquier otro los jugadores se sustituyen cuando ya no dan el rendimiento esperado o cuando en medio de un juego éstos sufren una lesión o dan muestras de cansancio o de la pérdida de alguna facultad física o por cualquier otra razón que pueda dar lugar a que por ese jugador se pierda el juego.  Igual regla se aplica a los directivos de los equipos y por extensión a los líderes políticos que, por humanos, incurren en yerros y desgastes físicos y/o mentales inevitables.   Siendo así, no veo la razón por la cual Hipólito tenga que ser la excepción a esta regla, teniendo en su haber motivos más que suficientes para su relevo.  ¿O es que los perredeistas, hoy perremeistas, vamos a seguir los pasos de aquel balaguerismo totalitario y de las tinieblas, de seguir a un líder hasta que respire, sin importar, que esté ciego, sordo, con serios problemas locomotores y mentales y hasta que use pañales? ¿Seremos tan obtusos para seguir a quien tan solo nos ha traído derrotas y calamidades y mostrado simpatías, más por el candidato opositor que por el nuestro? ¿Seremos como aquellas mujeres que le aguantan todos los maltratos e infidelidades a un hombre? ¿O seguiremos perdiendo juegos porque no cambiamos los jugadores o los managers por más ineptos que estos sean? ¿Hasta cuándo seguiremos perdiendo unas elecciones por llevar candidatos que representan lo impropio, lo ridículo, lo absurdo, lo chabacano, lo desfasado y lo carente de todo sentido común?

 

Bajo los conceptos  anteriores, relativos a los motivos del relevo de los líderes políticos desgastados, como una mayoría significativa de nuestros ciudadanos son muy dados a copiar patrones culturales o políticos practicados en Norteamérica y Europa, yo invito a los que sostienen que los líderes políticos no se retiran, a que observen como en estos países los expresidentes se retiran completamente de la vida política para dedicarse a sus fundaciones, a escribir sus memorias u a otras actividades ajenas al quehacer proselitista.  A estos expresidentes nadie los ve buscando vigencia dentro del que fue su Partido u opinando o tratando de influenciar en las decisiones de Estado que competen al presidente de turno.  Es decir, los expresidentes dejan gobernar al presidente en funciones, sin estorbarlo y sin fustigarlo, dentro de lo que cabe, ni siquiera opinar sobre sus ejecutorias

 

También, ha de tomarse en cuenta en este capítulo de similitudes entre lo deportivo y lo político, que en el mundo de los atletas, existen lideres; por ejemplo, en baseball tenemos a líderes del picheo como Sandy Koufax, Warren Spahn, Juan Marichal y Pedro Martínez,  entre otros; y lideres de bateo como Edgar Martínez, Frank Thomas, Paul Martínez y nuestros gigantes David Ortiz y Sammy Sosa entre decenas más.  Parodiando estos hechos en el campo de la política, a nuestro Hipólito Mejía bien le cabe el titulo de: «líder de llevar a su Partido a las derrotas electorales».

Las bases del Partido ni el pueblo en general, ya no están en eso de seguir ciegamente a cualquiera que se pinte de líder

 

Reza un viejo refrán, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista; y Abraham Lincoln a este respecto reseñó: «Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo, todo el tiempo».  Es por ello, que las bases del Partido y la mayoría del pueblo, ante las constantes frustraciones que le han ocasionado los políticos del patio, se han vistos obligadas a tomar medidas contra la perversa clase política de nuestro país, para no seguir siendo engañadas por ellos con sus discursos demagógicos y acciones delictivas.  Aseguro que es así, porque sé el pensar de las bases del Partido y del pueblo, porque estoy en constante coloquio con ellos.

Para los políticos que han develado llegar al poder para servirse del pueblo, les ha llegado la hora del ajustes de cuentas.  Para ellos, ya la pava no pone donde ponía.  Ya son pocos los que están decididos a disponer de su tiempo y dinero o a dejar cogerse de tontos o de mojigangas, o a ser usados por individuos que solo ven al Estado como una empresa para obtener dinero y poder. Ya esa etapa, en que muchos seguían a un ciego, ciegamente, y a los ambiciosos demagogos, por suerte para el país, va en picada.

Por tales razones, auguro, que la suerte futura del PRM está en veremos, hasta que no surja un nuevo liderazgo o la reinvención de la mayoría de los que están, como el caso de Luis Abinader, que con acciones de vanguardia, despierte en las bases la confianza y los entusiasmos perdidos.

 

Legado del líder Mejía

 

Los verdaderos líderes, trascienden por sus legados en lo político, social, económico, cultural y filosófico, entre otros de la más variada naturaleza, fruto de un accionar en conjunto con un pensamiento que se enraíza en el humanismo y en conductas heroicas y de apostolicidad.  «Mahatma Gandhi, Winston Churchill, Charles De Gaulle, Jesucristo, Abraham Lincoln, Jefferson, Martin L King, Ho Chi Minh, Mao Set Tung, José Martí, Máximo Gómez, Fidel Castro, Simón Bolívar, Juan Pablo Duarte, Juan Bosch, José Francisco Peña Gómez, Manolo Tavares Justo, Francisco Alberto Caamaño y miles más, trascienden y seguirán trascendiendo, por sus inmensos legados, en lo que entregaron sus vidas y bienes.  Pero, ¿cuál es la impronta y el legado político de Hipólito Mejía, para que lo tengamos en el presente como el líder insustituible? ¿Trascenderá ese liderazgo, más allá de la desaparición física de su carnal?

 

Si…, Hipólito es el líder del PRM

 

Finalmente concluyo diciendo: Sí, Hipólito Mejía es el líder del PRM, pero un líder ambicioso e insaciable de poder,  que mas de las veces lo ha hecho mal y perjudicado al Partido y a la nación, en especial a los más desposeídos, bajo cuyo liderazgo hemos sufrido derrota tras derrota.  Este criterio, para no decirlo en la forma espontánea, desembarazada y abierta es lo que expresa el pueblo, cuando dice: «Este líder nos ha jodido; éste líder hay que cambiarlo…hay que sustituirlo y pronto, antes que nos lleve a otra derrota política.

 

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