Por David Collado y Alberto Atallah

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El autor es periodista. Reside en Santo Domingo.

Si estuviera en mis manos, tomaría una escoba y barrería toda la podredumbre política que se anidó en los últimos años en  el país, principalmente en la “Ciudad Primada de América” donde he vivido casi toda mi vida.

Roberto Salcedo no merece un solo voto de parte de los capitaleños.

Reinaldo Pared Pérez (Pechito) tampoco debe recibir un voto a su favor.

No hay razones para confiar en Roberto Salcedo. Al contrario, hay muchas razones para no hacerlo. Es demagogo, insensible, incapaz, cínico, mediocre y falso. No ha hecho nada por la Capital. Ni siquiera ha servido para recoger eficientemente la basura.

En  todos los años que lleva como senador de la capital el mayor aporte de Pechito  ha sido e inmoral barrilito que le reportó varios cientos de millones de pesos.  (No lo he visto regalar una silla de ruedas, un par de muletas o crear un asilo de ancianos).

Pechito es arrogante, altanero, petulante, pedante, engreído y preponte. No debe  continuar como senador. Ningún capitaleño puede sentirse representado por un hombre que no legisla en favor de la comunidad que representa. ¿Cuáles son los proyectos de leyes que ha presentado? ¿Dónde están sus memorias de trabajo y transparencia en el manejo de los fondos públicos puestos en sus manos?

Pechito merece un voto castigo que lo envíe, de aire, a su casa de Los Mogotes, entre Villa Altagracia  y Bonao.
Alberto Atallah debe ser el próximo senador de la capital. Lo merece.

Los diputados del PLD, al igual que los senadores, no se ganaron la reelección. La oposición tiene candidatos excelentes, jóvenes y adultos, profesionales, gente decente y honorable,  militantes de las mejores causas, que ofrecen al pueblo  propuestas legislativas interesantes. ¡Votemos por ellos!

No votaría, ni loco, prefiero que me corten la mano,  por Roberto Salcedo. Lo dejaría en Punta Cana jugando golf que es, según ha dicho, su “pasión”. La capital es un revolcadero de burros, una pocilga poblada de insectos que enferman a los niños y los ancianos. No hay una sola “razón para confiar” en ese hombre que ahora, porque está en campaña, recuerda el barrio donde creció.

Roberto Salcedo que vuelva a la televisión con sus chistes desabridos y malos, que siga jugando golf y disfrutando su fortuna.

La capital precisa de otro alcalde. Uno que sí le duela la ciudad, que la limpie todos los días, que embellezca el malecón, la ciudad colonial, que se ocupe de los barrios marginados. Un síndico de verdad, las 24 horas todos los días.

David Collado promete ser ese alcalde.

La capital necesita un cambio. ¡Y lo necesita ahora!

En apenas dos meses “el emprendedor”, como le dicen a Collado, ha sobrepasado al candidato del gobierno que luce desesperado sonsacando a dirigentes del PRM entre ellos algunos regidores de esos que dan “la nalga por batata”. Pero de nada le valdrá, los capitaleños queremos un cambio. ¡Y lo queremos ahora!

Roberto Salcedo representa el atraso, la incompetencia y la politiquería. No más parque  “canquiña”,  ni piscinas contaminadas en el malecón, precisamos de un alcalde que recojan la basura,  que enfrente el problema del tránsito, el drenaje pluvial, la inseguridad ciudadana, etc.

Los capitaleños necesitamos un alcalde que ame la ciudad y un senador que legisle para nosotros, sin barrilito.

¡No a Pechito! ¡No a fuiquiti/ fuiquiti!

El 15 votaré 15 en el nivel presidencial, congresual y municipal para salir de la pesadilla morada.

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