Político, no jurídico
Para el adecuado manejo y garantía de resolución de la crisis que afecta al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) convendría que el tema de la reelección se aborde con criterio esencialmente político y no estrictamente jurídico, porque no es lo mismo debatir sobre un derecho constitucional que sobre una negación o limitación ciudadana en el Texto Sustantivo.
Los razones que se enarbolen para respaldar u objetar una posible repostulación del presidente Danilo Medina deberían sustentarse más en juicios políticos que en elucubraciones constitucionales, aunque se admite que la Carta Magna impide al mandatario optar por otro período de gobierno.
La solución o salida a la crisis del PLD no se vislumbra por el lado jurídico, porque en política todo es posible o imposible, según el interés o el poder que se acumule para transformar una realidad objetiva, máxime si en este caso no se trata de conculcar derechos sino de recuperar prerrogativas.
¿Qué ocurriría si quienes supuestamente impulsan el proyecto de reelección no alcanzan el número de votos favorables en el Congreso y en la Asamblea Nacional para lograr ese objetivo? ¿Sería eso una medicina infalible contra la crisis?
Si los alegados promotores de la reelección logran el voto positivo del Congreso para modificar la Constitución ¿Se resolvería la crisis? Es claro que en ambas circunstancias se cumpliría el dicho aquel de que contigo ni sin ti tienen mis males remedio…”
La Constitución como esta no conculca derechos, pero tampoco si se modifica, pues lo que ocurriría es que el Presidente, para bien o para mal, recupera prerrogativas que el Texto Sustantivo confiere a todos los ciudadanos. Insisto en señalar que la crisis del PLD debería abordarse por el lado político y no por el jurídico.
No es tampoco un tema de carácter moral, porque los dos líderes del PLD han experimentado la experiencia de la reelección, aunque enun casos fue necesario modificar la Constitución y en otro, el Presidente fue tentado con baúles de firmas.
¿Qué ocurriría si la crisis del PLD se agrava o se empantana en una discusión alrededor de la posibilidad o imposibilidad constitucional de la reelección, o de degradar el debate interno con la intervención de terceros actores?
Debería ser motivo de preocupación que la posibilidad una derrota electoral se acercaría en la misma proporción que se aleje una sana resolución del conflicto, y no menos importante, que un desenlace fatal tendría graves consecuencia sobre la economía, lo que socializaría la crisis a todos los niveles. Volveré sobre el tema