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Momento estelar para nuevos liderazgos
A pesar de que el gobierno de Danilo Medina no está trabajando mal y no tiene tasa de rechazo, sino más bien una moderada aceptación, buena parte de los dominicanos comienza a sentir un natural cansancio al ver las mismas caras peledeístas conduciendo los destinos del Estado.
El aburrimiento es mayor cuando, desde ya, se baraja una longaniza de nombres de dirigentes del partido gobernante como eventuales candidatos presidenciales para el 2020, dándose por seguro en el litoral oficialista que esta entidad política volvería ganar fácilmente en este año, convirtiéndose en algo parecido al Partido Revolucionario Institucional (PRI), de México, que mantuvo de manera hegemónica el poder político sobre ese país entre 1929 y 1989.
Mientras esto ocurre, los líderes tradicionales de la oposición dominicana (todos ellos mayores de 40 años y con una evidente desactualización con los nuevos tiempos) demuestran falta de organización y desconocimiento total del importante rol que partidos políticos así como grupos cívicos y comunitarios pueden jugar en una sociedad democrática, aunque no estén en el poder. Puede afirmarse, sin temor a equívocos, que después de las elecciones estos líderes no han presentado una iniciativa sólida dirigida a solucionar los muchos y crecientes problemas del país (falta de seguridad ciudadana, alto costo de la vida, desempleo, falta de electricidad, precariedad en los servicios públicos, etc). Se han limitado a resabios post-electorales y a proferir amenazas a diestra y siniestra. Han preferido ausentarse de los debates, dejando que los peledeístas “hagan y deshagan” en las diferentes áreas.
De continuar las cosas como van, no hay que ser adivino para vaticinar que son remotas las posibilidades de que estos líderes algún día puedan alcanzar el poder.
Opino que el momento actual es de estelar importancia porque, debido a los factores anteriores, existe una GRAN OPORTUNIDAD para que nuevos líderes se desarrollen, tanto dentro como fuera de los partidos políticos, y releven a los actuales dirigentes, los cuales lucen anquilosados, cansados y desfasados.
Estamos en una época de cambios tecnológicos en la que las mejores ideas tienen una mayor difusión y una rápida acogida.
Esto quedó demostrado en las recientes elecciones, en las que David Collado, un joven líder con una nueva forma de hacer política, en sólo dos meses ganó la alcaldía en la principal plaza del país. Veo con muy buenos ojos pronunciamientos institucionalistas que en las últimas semanas han estado haciendo los jóvenes legisladores José Ignacio Paliza, Wellington Arnaud y Faride Raful. Y también las posiciones que ha estado sustentando Ramón Rogelio Genao, otro dirigente, aunque no tan joven, de la oposición criolla.