OPINION: Leonel y su candidatura en el 2020

 

NUEVA YORK.- No voy a tutear al ex Presidente Leonel Fernández porque siento que es la forma como él quiere que le traten, especialmente si uno le lleva más de un lustro de existencia. Pero en realidad, yo no soy partidario de esas “confiancitas” que con tanto placer se toman los activistas políticos cuando se refieren a sus dirigentes y líderes.

 

No hay forma de que yo diga Vincho Castillo, Euclides o Hipólito; y mucho menos que lo escriba. Al primero solo puedo llamarlo: don Marino o don Vinicio Castillo; al segundo lo reconozco como: Profesor Gutiérrez, porque eso es lo que él es y será, mi viejo profesor. Siempre me colocaré a distancia de pupitre de él, aunque alguna vez hayamos compartido sillas continuas, en una que otra tertulia de restaurant.

 

Con Hipólito Mejía, el asunto es mas sencillo. Como nunca hemos sido “canchanchanes”, siempre me referiré a él como “el presidente Mejía”, aun y cuando él -por su estilo y trato, que hemos definido como atípico- se haya referido a mi persona como “tocayo”, por aquello de la cabeza calva que tenemos en común. Y que talvez sea lo único que logremos compartir.

 

Pero con Leonel, la cosa es diferente. Me voy a referir a él, como lo que es: un amigo al que todos admiramos. Porque quiero que entienda cómo estamos pensando los que vivimos fuera del país. Los que solo tenemos la esperanza de que algún día nuestra patria mejore y el dinerito que mandamos en forma de remesas, no sea para el sustento de la familia sino, para una que otra inversión futurista.

 

Un preámbulo de más de 250 palabras, en un artículo que no pasará de las tres cuartillas, solo deja espacio para expresar algunas ideas, sin llegar muy lejos en su justificación. De forma que ahí les va lo que creo de Leonel y su candidatura en el 2020 y que por razonas de tiempo no pude explicarle en persona.

 

Cuando los presidentes tratan de volver al poder, más que por ambición, lo hacen porque sienten que aun tienen algunas asignaturas pendientes; que por las razones que fueren, no pudieron aprobar en su ejercicio anterior. Es de ahí que me permitiré tratar de recrear el escenario en el que actuará Leonel y decirle hoy lo que pienso hay que mejorar en la propuesta que someterá a la consideración pública.

 

El alma de su discurso político, desde luego que tiene que ser la obra de gobierno de su partido. Pero ésto de por sí, no es suficiente para despertar esa euforia que una vez provocó en el pueblo trabajador -decepcionado hoy, por el deterioro de las relaciones gobierno/sociedad- pero que es quien lo puede contratar de nuevo para hacer el trabajo que mejor él ha realizado en su vida, el de ser presidente.

 

Leonel necesita mostrar un discurso esperanzador, que renueve la fe de los votantes en el futuro; que les haga sentir que los tiempos buenos aun están por llegar. Él tiene que hacerle percibir al pueblo que el Crecimiento y el Desarrollo que generaron su administración y la del presidente Medina, en un nuevo ejercicio suyo, conllevarán a un estado de mejoría en las condiciones de vida de los sectores mas pobres. En un estado de Bienestar, no solo para las clases medias, como ha sido hasta ahora.

 

El presupuesto nacional al año 1996 era de RD$27,000 millones y hoy es de mas de RD$711,000 millones, eso dice que hemos crecido. En el país se ha construido mas en los últimos 20 años, que en los gobiernos de Trujillo y Balaguer juntos (unos 50 años). Sin embargo, los indicadores de igualdad de oportunidades para todos, de desarrollo humano y seguridad ciudadana, de salud y educación, no se corresponden con esos avances en obras de infraestructura y de ejecución presupuestaria. A corregir esos entuertos debe apuntar el discurso de Leonel.

 

La fe en el porvenir, aun no se ha perdido por completo; pero si se ha resquebrajado bastante. Y son dos los acontecimientos que mas impactan en ese sentimiento de vulnerabilidad que abruma a la gente común. El primero es el abandono de nuestra frontera terrestre; y el segundo es una secuela de éllo: la percepción de que nuestra patria se haya en peligro de extinción y que el gobierno nacional parece no importarle en absoluto el futuro reservado a la dominicanidad.

 

Para conectar con el votante, hay que plantear solución a estos problemas, mas allá del grado de responsabilidad directa que pudiera tener el PLD en el agravamiento de los mismos. Porque si los gobiernos del partido se adjudican la autoría de los avances logrados, deben también reconocer su cuota de complicidad en la descomposición social imperante.

 

El discurso que pudiera resultar ganador en los comicios del año 2020, tiene que ser dual; de rectificación de los errores y de reafirmación de los logros al mismo tiempo. Por eso, Leonel tiene que identificar con claridad, lo que hay que corregir y lo que hay que ratificar.

 

En este viaje, los amigos -además de respaldarlo, como de costumbre- le dejamos saber la situación electoral de Nueva York y sus alrededores. Le advertimos que, si no se trabaja la opinión pública -con determinación y acierto- se repetirán los resultados anteriores. Es imperativo que desde ya se comience a desmontar la campaña de difamación que contra el país se ha orquestado.

 

Para llenar ese cometido, dos cosas se deben tener muy presentes, si se quiere cambiar el cuadro local del Exterior. Primero, utilizar a plenitud la maquinaria de comunicación que representan los taxistas de esta ciudad y las emisoras alternativas o comunitarias. Y segundo, devolver la autoridad al equipo electoral que produjo los triunfos ya casi olvidados con las dos derrotas consecutivas sufridas. El PLD no puede prescindir otra vez de Gregorio Morrobel, su dirigente organizativo/electoral de mas peso y prestigio en la Gran Manzana.

 

Por último, solo quiero recordar a Leonel, la fábula aquella que cuenta cómo hace el águila para renovar sus fuerzas, una vez que el tiempo, las circunstancias y las malas artes de algunos, consiguen disminuir su majestuoso vuelo y mermar su condición de dueña y señora de los cielos.

 

El águila, señor presidente, no solo reemplaza su pico y sus poderosas garras sino que, por sobretodo, sustituye sus viejas y pesadas plumas -que solo le agregan peso y dificultad a su vuelo- por otras, mas jóvenes, mas coloridas y mas livianas. Con esas nuevas plumas, garras y un innovado pico, el águila volverá a reinar en las alturas, a cazar con certeza y efectividad, para beneficio de todo el pueblo dominicano.

 

¡Vivimos, seguimos disparando!

rolrobles@hotmail.com

JPM

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