OPINION: Las remesas en peligro de desaparecer

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El autor es dirigente del PLD en Nueva York, donde reside.

Remesar es hacer remesas con dinero y/o mercancías; y la remesa es el resultado de la acción de remitir y/o enviar un conjunto de dinero y/o mercancías que hacen los emigrantes de un país, desde el país en el cual residen y trabajan, hacia su país de origen.  Actualmente en el exterior residen casi dos millones de dominicanos que de una u otra forma están ligados a sus familiares que aún residen en su país de origen. Pero las cosas cambian; porque, en mi caso particular, cuando emigré hacia los Estados Unidos, tenía en la República Dominicana a ambos de mis padres y dos hermanos.  Hoy solamente un hermano, de mayor edad que yo, aun reside en nuestro país.

Haciendo un recuento histórico del origen de las remesas desde el exterior a la República Dominicana, podemos afirmar que la importancia de la misma se inició a mediados de los años 60’s, después de la revolución de Abril del 1965, pués nuestra propia madre era de los dominicanos que viajaban en ese entonces a Puerto Rico, a trabajar, y hacia envíos de efectivos a través de el aún, en ese entonces, confiable Instituto Postal Dominicano.

En la actualidad, miles y miles de dominicanos envian remesas de dinero en efectivo a sus familiares en nuestro país; y millones de cajas son embarcadas todos los años con ropas y productos para satisfacer las necesidades de los familiares que aún residen en nuestro país. Si contabilizamos el monto de los envíos en efectivo más el valor monetario de las cajas, podremos ver que superamos mas de los 10 mil millones de dólares; superando ampliamente el ingreso que produce el turismo.

Pero; ¿Y qué pasará cuando se disminuya la relación del dominicano residente en el exterior con sus familiares residentes en nuestro país?  Pues, que se reducirán las remesas; pués ya no habrá relación familiar que nos obligue a mandar remesas.  La situación actual de la República Dominicana, donde ya nadie quiere volver, después que el dominicano nunca se aferró al sueño Americano, de tener su casa propia en los Estados Unidos; y siempre invirtió en su país; hay que revitalizarla.

Hay que conquistar al dominicano residente en el exterior para que invierta en su país; ya que todavía la gran mayoría de los dominicanos siguen con su sueño de tener su casa en nuestro país.  Si permitimos que los envejecientes dominicanos  se queden residiendo en esos países, entonces sus descendientes no tendrían que mandarles remesas.  El estado dominicano debe propiciar medidas de garantizar que los dominicanos residentes en el exterior decidan regresar e inviertan en su país, para que los hijos les sigan enviando las remesas.  Vamos a construir viviendas para que el dominicano regrese, y que sus hijos les sigan enviando remesas.

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