OPINION: La rebeldía de la diáspora

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EL AUTOR es periodista. Reside en Nueva York.

 

La maquinaria política del gobierno está  preocupada. Saben que el desplome del PLD en Nueva York y el resto del mundo es hecho consumado. En la reciente visita del president e Danilo Medina y Leonel Fernández  a Nueva York, cada quien por su lado,  quedó más que demostrado. Ninguno quiso exponerse demasiado a multitudes, por temor al peligro del abucheo. Es mejor preveer a tener que lamenter, como dice el refrán.

La Novena Feria del Libro Dominicano, que el exgobernante visitaba siempre desde el poder, ahora ni por asomo, y en la oposición a su gobierno, menos. La ocasión era más que propicia con más de tres mil asientos cubiertos a casa llena en el United Palace, y Danny Rivera como atracción principal. Danilo podía lucírsela con un discurso reeleccionista, pero no quiso tomarse el riesgo. Danilo y Leonel en Nueva York,  pero distantes y  lejos de la gente.

Por qué ese distanciamiento. Veamos. Se sabe que hay dolor después de la pelea interna. Y que parece haber ánimo de venganza. Pero en las reuniones de aposento, porque no reúnen el partido para nada, sino en hoteles lujosos del bajo Manhattan, la preocupación fue la misma: la debilidad del partido. “Ustedes están flojos en Nueva York”, comentó Medina, y lo mismo enrostró a la dirigencia del partido en público en la asamblea partidaria de la Escuela Hermanas Mirabal, a dos cuadras de la Escuela Gregorio Luperón, donde estaban las obras de más de cien escritores de la diaspora, conferencias, teatro, poesia y forums, sin Danilo ni Leonel. “no queremos politizar el evento cultural más importante de la comunidad”, argumentaron los organizadores. Es que hay la convicción de que la burocratización del peledeismo gobernante ha causado un deterioro mayúsculo en Nueva York.

Olvidaron los circulos de estudio, las agendas comunitarias, el debate de la problemática social a fondo. Los locales del PLD son tan silenciosos como los cementerios.

La diáspora siente que sólo vale cuando tiene que pagar tarifas y servicios consulares caros. Los dominicanos son ricos en Nueva York, lo tienen todo, lo aguantan todo y no necesitan nada. Ni siquiera la banca solidaria ni  las visitas sorpresa de Danilo Medina con los préstamos a los pequeños negocios asociados,  en quiebra, sin capital y sin crédito, pero en Estados Unidos. Aqui vienen a vender ilusiones y apartamentos con las 25 mil ofertas del Residencial Juan Bosch  y el seguro a 30 dólares mensuales para enterrar los muertos de la diáspora sin mayores dificultades. Buenos negocios, al fin y al cabo, para el Estado.

Lo que importa mucho es conseguir el voto rebelde. Revertir el ánimo de disgusto y evitar en el 2016 la derrota severa del 2012. El gobierno necesita abrir los ojos,  y darse cuenta de que para recuperar la plaza rebelde debe provocar un terremo en las filas del PLD. Y plantar banderas más fuertes en el corazón de la diaspora con verdaderas conquistas, como la rebaja masiva de los servicios consulares y el financiamiento a pequeños negocios. Traer aqui y establecer la banca solidaria. Aúun así, al hacerlo necesita impedir que la gente descubra su mayor secreto: el plan continuista de la reelección del PLD  sin límites. La tarea no es fácil, sobretodo porque son quince años con el poder a cuesta.

jpm

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