OPINION: La pesadilla de los déficits

De nuevo el tema de los faltantes o déficits financieros. Es motivo de preocupación en todos los niveles y sectores en los que se desempeña el ser humano el hecho de tener cuentas pendientes, pues no hay nada más preocupante psicológica y físicamente (psicosomático) que tener que pagar lo que se debe producto del mal manejo de los exiguos recursos que siempre son escasos ya que las necesidades insatisfechas son mayores que los ingresos que puedan percibirse.

No son dos ni tres los individuos, empresas y gobiernos que día tras día viven endeudados por el mero interés de desarrollar proyectos, lograr objetivos, metas inalcanzables, mal diseñadas o simplemente erogar recursos en actividades insustanciales, sin tener una fuente segura de donde provendrán los recursos para poder pagar dichos compromisos originados muchas veces por gastos excesivos, vanidosos o superfluos.

Se escribe, analiza, aconseja o se plantea en las aulas a través de las distintas disciplinas financieras y presupuestales para que el humano pueda aprender a disciplinarse en la administración de sus recursos sin caer en la tacañería o el extremo de la frugalidad que pueda estropear la calidad de vida.

Pero nada, por más que se asesore, aconseje y se enseñe en las aulas muchos humanos en sus instituciones y hogares siguen imprimiendo a su vida un estilo que no se compadece con el nivel de ingresos que se percibe.

De ahí surgen los déficits que son tan preocupantes y que muchas veces no llegan a financiarse o pagarse. Es el caso de los endeudamientos irresponsables que personas, empresas y gobiernos asumen y que muchos de ellos solo se extinguen con la muerte.

Algo que influye mucho en las personas es el efecto demostrativo lo cual se caracteriza en vivir haciendo alarde de activos, haberes o pertenencias que no pueden justificar mediante recursos propios, pasando estos a ser del dominio de terceros pues las personas que lo poseen fruto de exceso de deudas, pagándose estas muchas veces con la cárcel o la muerte y en el caso de los gobiernos con descréditos internacionales al caer en el famoso default o incumplimiento en el pago de los compromisos u obligaciones financieras.

Se sabe que la vida es limitada que no se vivirá eternamente y hay que vivirla, si pero sin dejar a las próximas generaciones un hábitat inhóspito en lo económico y ambiental.

Los faltantes o déficits: cambiario, comercial, de pagos y fiscal se profundizan en la medida que los egresos superan los ingresos financieros y estos tienen como consecuencia la reducción del ahorro y la inversión nacionales y el crecimiento económico a largo plazo.

Cuando se gasta más de lo que se recauda, se dice que existe un déficit fiscal gubernamental. Este déficit a diferencia de los déficits privados, no es necesariamente malo, es decir, si el gobierno tuviera un superávit, significa que tiene ingresos mayores que sus gastos.

Esto significa que el dinero que se extrajo de la economía, vía impuestos, no ha regresado, está guardado en algún lado y no es útil para el país. Si regresa, por ejemplo, financiando inversión, sería útil.

Sin embargo, el déficit tampoco es bueno pues el dinero que le falta al gobierno debe obtenerlo de algún lado: o se lo presta alguien o lo imprime. Cualquiera de estas fuentes de ingresos adicionales puede generar inflación.

La impresión de dinero es la más inflacionaria de todas, pero la deuda externa o interna genera también presiones inflacionarias. El déficit permanente del gobierno termina por generar inflación.

Además de este déficit existe un déficit extra presupuestal que al sumarse al anterior da como resultado el déficit económico, el cual debe financiarse de alguna forma.

El costo de obtener financiamiento interno o intermediación financiera que al sumar este costo al déficit económico se obtiene el déficit financiero que es el costo real del desbalance en las finanzas públicas.

Se estima que el déficit fiscal de la nación dominicana para este año 2019 será de aproximadamente de unos RD$184,000 millones o el equivalente a  2.3% del Producto Interno Bruto (PIB) cuando se había presupuestado un 1.7% del PIB y para el año 2020 se espera que alcance el 2.2% del PIB o unos RD$110,251 millones, pues se recuerda que el año próximo es electoral en el cual regularmente se incrementa el riesgo de que el gasto público se dispare mucho más de lo aprobado por Congreso.

En cuanto al déficit de la cuenta corriente como parte de la balanza de pagos compuesta por las cuentas: corriente y de capital muchas veces no están debidamente equilibradas siendo el reglón de ajuste de las mismas la variación en las reservas internacionales.

Esto es, si al sumar cuenta corriente y cuenta de capital sobran dólares, se acumulan en las reservas del banco central, Si al sumar faltan dólares, deberán salir de dichas reservas.

Otro renglón de ajuste de la balanza de pagos es la cuenta de errores y omisiones, donde se registran los movimientos que no se llevan a los otros renglones.

El déficit en cuenta corriente para el presente año se calcula hasta en un 1.6% ya que las exportaciones de zonas francas muestran poco crecimiento.

Este déficit se encuentra en su nivel más alto de los últimos cinco años, debido a la desaceleración de las exportaciones y al incremento de las importaciones no petroleras y a la baja de los ingresos de la actividad turística.

El Banco Central presentó recientemente que la brecha entre exportaciones menos importaciones o ingresos menos egresos del país sumó US$587.6 millones entre enero y septiembre lo que resulta un monto mayor que el registrado el año pasado, cuando se situaba en US$470.7 millones para igual periodo.

Se espera que dicho déficit en cuenta corriente se ahonde más a medida que se acerque el fin del año.

Los ingresos por turismo registran un retroceso leve hasta septiembre del presente año. Los ingresos por dicha actividad cayeron desde los US$5,811.8 millones registrados entre enero y septiembre del año pasado hasta US$5,767.2 millones para igual lapso de 2019 debido a la crisis reputacional que sufrió el sector por las noticias de las muertes de varios turistas estadounidenses durante este año.

Los ingresos por remesas y la inversión directa extranjera registraron mejores resultados. Los envíos de dinero a familias dominicanas crecieron 8.8% entre enero y septiembre al situarse en US$5,293.1 millones mientras que la inversión extranjera directa creció 19.6% al acumular US$2,040 millones en los primeros nueve meses del año.

El temor que se tiene es que los gastos de campañas crecerán exorbitantemente los cuales presionan los déficits fiscales y la deuda pública.

Si durante las elecciones de 2012 se ejecutó un déficit fiscal de 6.9% del PIB se espera que para el año 2020 se repetirá la misma situación ahora mucho  más debido a que las tensiones y pasiones electorales son mayores.

Realmente, se espera que la pesadilla de los déficits para el presente año como para el año 2020 será mayor lo se repetirá una vez más el faltante de recursos por lo que el país si requiere de una reforma fiscal integral en condiciones normales, ahora con el desborde de las pasiones requerirá de un mayor gasto por tratarse de un año electoral y se impondrá con urgencia que el próximo gobierno del PRM prepare una reforma de largo alcance a los fines de cubrir el hoyo financiero que se producirá que con solo préstamos sería insuficiente financiar.

Un próximo gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) tendrá que abocarse a realizar ajustes estructurales en la economía y las finanzas que requerirá de mucha paciencia y tacto a los fines de evitar un caos en la situación que tendrá que enfrentar debido a los problemas que actualmente presentan las finanzas dominicanas.

Lo cual llevará a los dominicanos a pagar nuevos impuestos repitiéndose la pesadilla de los déficits pronunciados al tenerse sueños perturbadores los cuales no han abandonado a los dominicanos en los gobiernos del PLD.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

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