OPINION: La carta de Manuel
El buen amigo Manuel Durán, residente en Miami, donde ocupó el cargo de cónsul general, presidente internacional del Partido Revolucionario Moderno (PRM), hombre honrado, leal y capaz, apegado a los principios éticos y morales que heredó de sus ancestros, me ha escrito una carta que quiero compartir con los lectores:
“Muy apreciado y admirado amigo, compañero y camarada Juan TH,
Era metódicamente imposible haber logrado un partido que pudiera ser de otra condición, ya que el PRM justamente fue formado por una gran mayoría de hombres y mujeres que aspiramos a un modo cardinalmente diferente, donde efectivamente se tomen en cuenta los valores éticos y morales de todo el accionar político, en asociación con sectores tradicionales que se formaron al lado del Dr. José Francisco Peña Gómez y se supone simbolicen lo irreprochable de la decencia, la dignidad y la vergüenza, que debiera caracterizar a todos nosotros los Revolucionarios; aunque algunos solamente lo sean en apariencia, ya que han sido capaces de prestarse a todas clases de vagabunderías; además también de asumir una forzosa alianza con ciertos sectores instruidos en el oportunismo, quienes viven al acecho de coyunturas, en vez de creer sinceramente en la causa; en todo momento procurando ocupar espacios por encima de esta gran mayoría de militantes como tú y nosotros, los cuales sin estar de acuerdo con ese errado proceder en la política, continuamos esperanzados en los cambios que lograremos alcanzar por medio de nuestras posturas y la firme perseverancia en la lucha, sin importar desde donde lo hagamos.
Efectivamente, no hay diferencias entre el Partido Revolucionario Dominicano, el Partido Reformista Social Cristiano, el Partido de la Liberación Dominicana y el Partido Revolucionario Moderno, en lo ideológico, en lo programático y mucho menos en los intereses que motivan a muchos de sus cúpulas, quienes siempre se aseguran de mantener vigentes los lasos mafiosos que pueden garantizarles sus perpetuas permanencias en el lucro obtenido por “putearse”, sin ninguna clase de recatos, sin importarles la ideología, los valores, los medios, las vidas, las creencias, mucho menos el mínimo del bienestar que merece el pueblo.
Nos sentimos muy orgullosos de ti y de todos los Revolucionarios poseedores de una conciencia, honrada, seria y digna quienes luchan con firmeza a favor de la justicia, la verdad, la decencia y de todos los valores que se carecen en esta sociedad. Lo honorable, lo decoroso, lo noble para la gran mayoría de todos nosotros, es la abnegación desinteresada de tus acciones, a las cuales nos adherimos solidaria e imperturbablemente, deseando acompañarte en ese digno frente de batalla, no obstante profesamos la necesidad del deber ineludible de acompañar al Presidente Hipólito Mejía en su clara visión y convicción de las transformaciones que debemos ejecutar en nuestro partido, con la finalidad de que nos encaminemos por los senderos que juramos caminar para la búsqueda del bienestar de nuestro sufrido pueblo dominicano.
Tu decisión llama la atención de todos los verdaderos Revolucionarios a una reflexión necesaria, sobre las operaciones de saneamiento que debemos ejecutar en nuestra organización, concerniente a lo ideológico, lo programático, lo ético y moral. Se ha iniciado una verdadera Revolución interna contra el bandidaje, la corrupción y las injusticias. Estamos juntos en esta lucha, sin importar la posición que ocupemos en las trincheras del honor, la honradez y la integridad.
¡Ahora te admiramos y te queremos mucho más!
Tu amigo sincero,
Manuel Durán.”