¿Hipólito, Geanilda, Amaury o Luis?

El próximo domingo 26 de abril, los militantes del PRM tendremos la oportunidad de elegir nuestro candidato presidencial para las elecciones a realizarse en mayo del 2016.  Esta ocasión la asumimos como una fiesta democrática y un momento de gran responsabilidad cívica y de conciencia social, en la que llenos de nobles principios políticos y sentimientos patrios, elegiremos uno de los cuatro candidatos en competencia por esta nominación.

 

Este acontecimiento se da en medio de una situación en que nuestro país está necesitando de manera radical y desde ya, un cambio profundo y drástico de gobierno y de modelo económico.  El presidente Danilo- sabemos- solo es presidente de nombre, pues de todos es conocido, que el verdadero poder es ejercido por Leonel Fernández y su grupo corporativo. Pero también conocemos, que los logros de gobierno que exponen los danilistas no son tales, sino más bien, alharacas mediáticas.

 

Si los militantes del PRM tenemos conciencia de esta situación, el 26 de mayo cuando concurramos a votar para elegir el candidato presidencial a competir en las elecciones de mayo del 2016 por nuestro partido, lo haremos sin apasionamientos, y cerebralmente, calculando los pros y los contras de cada aspirante, entendiendo, que no se gana con cualquiera, y que además, con cualquiera no se lleva a cabo un proyecto de nación.

 

Entonces, para elegir a ese ganador, no tomaremos en cuenta la edad (claro, dentro de los parámetros aceptables por la constitución), ni el sexo de cada uno de ellos, puesto que se ha demostrado que estos no son los factores determinantes para ser un buen o mal presidente.   José Mujica, presidente de Uruguay (2010-2015) de 74 años al momento de juramentarse, y Fernando Collor de Melo presidente de Brasil (1990-1992) de 41 años al momento de juramentarse, demostraron fehacientemente, que la edad no es el factor determinante para ser buen o mal gobernante.   Mujica terminó lleno de gloria por los logros que obtuvo en su gobierno, mientras que Collor de Mello, terminó arruinando a su país y desacreditado por corrupto. Y de Leonel, sabemos lo joven que era (43 años), cuando en 1996 asumió la primera magistratura del Estado, ¿y que ha resultado?  En cuanto toca a las mujeres, Indira Gandhi, Golda Meir, Corazón Aquino, Cristina de Kirchner, Michelle Bachelet, Dilma Rousseff, Ángela Merkel, y otras tantas, han demostrado la eficiencia femenina para gobernar una nación.

 

Las cualidades de seriedad, responsabilidad, patriotismo, honorabilidad, adopción de principios como modo de vida y ser revolucionario, no son cuestiones de edad ni de sexo, sino, producto de intrínsecas condiciones genéticas, de las influencias del medio social y de la formación que haya recibido en ese medio, y hasta de circunstancias, que por esos azares de la vida, que llamamos destino, hayan podido influir en la formación de un individuo.

 

Llegado a este punto, es importante tener en cuenta, que  una ideología política o  creencia religiosa que han sido inculcadas en los primeros años de vida del ser humano, una vez fijados en el cerebro, son difíciles de superar aunque haya terapia síquica de por medio.  Por consecuencia, es sumamente importante investigar si alguno de nuestros candidatos ha dado muestras de profesar fanatismos políticos o religiosos nocivos; y si alguno resultare sospechoso de tener tales inclinaciones, por ejemplo el gustarle el trujillismo, ese, o esa, no es de fiar, porque está fuera de época, y del contexto social, no por su edad o sexo, sino por sus ideas, que le impedirán ser un revolucionario.  Parafraseando a Salvador Allende, esta premisa la puedo validar diciendo: “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción biológica y social, y llegar a viejo sin ser revolucionario, es una afirmación biológica y social.  Euclides G Félix, Vincho Castillo, Ramón Pina Acevedo y muchos otros, y ahora Ramfis Domínguez Trujillo queriendo llegar a presidente de nuestro país, confirman lo planteado aquí.

 

Por las frustrantes experiencias que hemos tenido los dominicanos con los presidentes, ya tenemos claro, que elegir al gobernante de un país, es algo sumamente delicado y determinante, pues está comprobado, que un mal gobernante hunde a una nación, como también, que uno bueno la conduce por senderos de progreso, de paz y de justicia social, que se traducen en una suma de felicidad para su pueblo.

 

En esta época, nuestro país apremia de un gobernante muy especial; de alguien fuera de serie que pueda rescatarlo del deterioro moral, económico y político en que lo han dejado los malísimos gobernantes que lo han dirigido, principalmente los aupados por el peledeismo con Leonel Fernández a la cabeza.  El país tiene en estos momentos la urgente necesidad de deshacerse del PLD que ha devenido a ser, un masacrador de nuestra patria.  De ahí el rol estelar del PRM para elegir un candidato que sea capaz de unir a toda la oposición en una gran coalición de fuerzas políticas y sociales con capacidad para derrotar a cualquier candidato del PLD en las elecciones del 2016, porque todos sabemos, que dado el poder económico de esa estructura corporativa de delincuentes, su truchimañeria y falta de escrúpulos, desplazarlo del poder, no es ni será, cosa fácil.  A esta gente hay que ganarle con mucho, tarea que no se puede llevar a feliz término con cualquier candidato.

 

Para elegir a ese candidato ganador, de entre los cuatro que están en competencia por la nominación presidencial por nuestro partido (Hipólito Mejía, Geanilda Vásquez, Amaury Justo Duarte y Luis Abinader), se hace necesario pensar con sangre fría, sin apasionamiento y con gran sentimiento patriótico, para que analizando sus respectivos perfiles, lleguemos a la conclusión, cuál de ellos es realmente el candidato con el cual podemos desplazar al PLD del poder y realizar un proyecto de nación.

 

En esta reflexión, en la que involucro a todos los partidos, ha de tenerse en cuenta la preparación de cada candidato, la procedencia de sus bienes, las cualidades cívicas y morales que les son propias, la parte del currículo que corresponde a la participación en las luchas sociales que han librado junto al pueblo, su ideología, analizar, si hay coherencia entre sus discursos y práctica, cerciorarnos de los verdaderos motivos que han impulsado a los aspirantes a presidente a la participación política, todo esto, sin soslayar otros detalles que son puntuales.

 

Por ejemplo, para el PRM, entre esos puntos insoslayables están, que hayamos percibido, que el candidato a elegir no sea un amante del dinero y un ambicioso de poder; que no sea un derrochador de recursos, ni un indolente; que se haya destacado como un verdadero opositor al peledeismo corrupto y que se proyecte como un verdadero estadista, que jamás gobernaría con una concepción espuria del Estado, donde se es venal con los amigos y familiares, a los cuales se les protege de la aplicación de justicia, y que además, nos de la seguridad, de que una vez en el poder, no será el tradicional presidente que gobierna para hacer más rico a los ricos y más pobre a los pobres.   También ha de tomarse en cuenta, que ese alguien, sienta el orgullo de ser dominicano, que ame a su patria… a su pueblo, que defienda nuestros recursos naturales de la voracidad de empresarios extranjeros, y que ponga fin a la excesiva inmigración, que desde hace decenas de años viene enriqueciendo a empresarios agrícolas y de la construcción, con la explotación inmisericorde de la mano de obra semiesclava.   Además, ese alguien, que al final, por voluntad y obra nuestra llegue a Presidente de la República, tiene que tener el bagaje, con el cual pueda representarnos dignamente en los foros internacionales.

 

En este contexto quedan descartado, él o los candidatos, que hayan dicho públicamente: «a fulano no lo llevo a la justicia porque es mi amigo», que se mantenga o mantengan en los medios alabando la «obra de gobierno del Presidente Medina», que haya o hayan anunciado públicamente que si Danilo es el candidato retiran su candidatura.  Las razones para este descartamiento son tan obvias, que no hay porque entrar en mayores o menores explicaciones.

 

En esta reflexión, es menester considerar, cual candidato tiene la mayor tasa de rechazo y quien tiene la menor, y quién de ellos, por múltiples razones, tiene el don de unir en torno suyo a toda la oposición.  También, es necesario tomar en cuenta la oratoria de cada uno, la fluidez de sus ideas y los conceptos ideológicos vertidos en sus discursos.  Que no sea una persona, que de sus actuaciones y pronunciamientos políticos, haya un arsenal de videos o reportes en periódicos y revistas considerados negativos a la imagen del nominado, con los cuales, los adversarios políticos puedan hacer una campaña de ataques demoledores contra ese nominado.  En este contexto, tampoco es de obviarse, que el pre candidato a elegir sea capaz de explosionar con declaraciones repentistas que resulten inoportunas o temerarias, que provoquen el rechazo de importantes sectores sociales con millares de votantes, puesto que de suceder así, se echaría a perder toda una campaña electoral, que impediría la toma del poder.

 

Un último punto a tener en cuenta para la elección del candidato presidencial en cuestión es, que estemos seguros, que si ganamos las elecciones con ese candidato que elegimos, este sepa defender el triunfo a como dé lugar. ¿Por qué si no fuere así, en que estamos?   Y que además, el elegido, una vez siendo presidente, pondrá en práctica el programa de gobierno que prometimos al pueblo en la campaña electoral.

 

Con este articulo espero haber contribuido, a que los militantes del PRM, imbuidos de amor por nuestra patria, el domingo 26 abril, cuando vayan a las urnas a depositar su voto para elegir el candidato presidencial por nuestro Partido, lo hagan con el grado de conciencia que amerita el hecho y las circunstancia del momento, todo, en aras de la meta propuesta de librar a nuestra República de un peledeismo ruin y malvado, para iniciar un proyecto nacional de rescate a nuestra patria del caos en que lo ha sumido, el peledeismo antiboschista de mano de Leonel Fernández , Danilo Medina y todo ese grupo de corruptos que lo apuntalan.

Además, ese futuro presidente de la República por el PRM, tiene que ser revolucionario y moderno, para que haga honor a esas siglas.  ¿Estamos?

Entonces, tomando como referentes los parámetros de la ponencia anterior ¿cuál cree usted, debe ser el candidato por el PRM para las elecciones del 2016, Hipólito, Geanilda, Amaury o Luis?

Al amable lector, dejo la palabra.

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