OPINION: Hipólito, el gran escollo de la Convergencia

Mi artículo anterior- “Hipólito y Miguel Vargas nos conducen a la tercera derrota”- ha suscitado una andanada de comentarios, unos en pro y otros en contra, que no me han sorprendido. Publiqué ese artículo con plena conciencia de su repercusión y de lo que provocaría. Pero, dado el mal entendido de ese escrito entre los “apasionados seguidores” de Hipólito, que por fanáticos, no pueden ver más allá de la curvita. En aras de precisarle a ese grupo mi pensamiento, cargado de buena fe para el Partido y para el país, vuelvo con el tema, pero esta vez, tan sólo para puntualizar los motivos por los cuales sostengo que Hipólito no conviene como candidato, a la causa de la conquista del poder por parte nuestra.
Para efecto de lo dicho, desgloso esos motivos, no sin antes aclarar, que la serie de artículos que he publicado con este tema, no buscan la división de Hipólito y Luis, sino, que Hipólito desista de buscar la nominación presidencial, lo cual es algo diferente a lo que con malicia se está propalando en los medios, puesto que unos dicen que Vargas y Leonel me pagan para eso y otros que Luis Abinader. Esta perversa imputación, deja claro, que la contradicción de las acusaciones, devela por sí misma, que los emisores, para la distorsión de mi mensaje, acuden a la calumnia.
Además, viene al caso, que estoy defendiendo la candidatura de Luis, tal como lo hace Juan TH con la de Hipólito, y de esa defensa no se ha dicho que él está promoviendo la división entre ambos líderes, y que recibe pago por ello. Lo única diferencia, entre la defensa que yo hago de Luis, y la que él hace de Hipólito, es que él no cuenta con los argumentos contundentes para atacar la candidatura de Luis, tal como si yo los tengo por montones, para descalificar a Hipólito, pues si contra Luis existieran esos argumentos, él (Juan TH) y otros de esa cuadra, los usaran sin remilgos, lo que viene a darme la razón una vez más, de que su candidato es presa fácil de los adversarios.
Finalizado el aclarando, abordo de inmediato el tema de hoy, que explica una vez más, porque Hipólito es el gran escollo de la Convergencia. Veamos:
Primer Hipólito, viene a ser el mayor obstáculo para la consolidación y crecimiento de la Convergencia, aunque fuera escogido de manera democrática en una convención, puesto que él, no goza de la credibilidad y la confianza requerida entre los demás partidos de esa coalición, que dicho sea de paso, se integraron a ella, en un momento, en que no se sospechaba que ese expresidente tendría la cachaza de volver a presentarse como candidato por tercera vez, después que se han perdido dos elecciones, que se hubiesen podido ganar, sin él de candidato. En este contexto, Guillermo Moreno, por ejemplo, que tiene en estos momentos 200 mil votos duros, no lo tendremos en esa Convergencia, “de ser Hipólito el candidato”. Pero tampoco se quedarán en la misma, las demás fuerzas progresistas que actualmente la conforman, con la agravante, de que por las mismas razones, otras no se integrarán, al considerar que Hipólito no los representa ideológicamente y porque no van a andar de pueblo en pueblo en campaña, acompañados de Pepe Goico, tal como en la actualidad, lo hace Hipólito.
Segund Los potenciales candidatos en este momento por el PRD Mayoritario, lo son: Hipólito y Luis Abinader. Pero sucede, que a lo interno y externo del partido, corresponde a Hipólito la mayor tasa de rechazo, y la misma es tan alta, que aunada a la pérdida de votantes, por la disidencia de los partidos de la Convergencia, de ser Hipólito del candidato, tal como ya he externado implícitamente, esta situación impediría que logremos el 50% + 1 necesarios, para ganar las elecciones.
Tercer Hipólito, es el candidato más fácil de vencer en una campaña electoral, en razón de que los opositores- tal como he expuestos anteriormente- tienen un arsenal de videos que dan cuenta fehaciente de sus deslices, exabruptos y repentismos verbales y de acciones que lo embarran y envuelven con actos no santos. Como mis detractores, en su fanatismo podrían pedirme cuenta de esta última afirmación y como para muestra vale un botón, traigo a colación la existencia de un video donde Hipólito, siendo presidente, fue a Elías Piña a inaugurar una pista de aterrizaje construida por disposición de él, ocasión, en que a la pregunta de una diputada de esa provincia: ¿ Pero señor Presidente, para qué, una pista en una provincia tan pobre, que no la necesita?, a lo que él, efusivamente contestó: ¡Oh, para traer drogas!
Pero también está el video, donde Miguel Soto Jiménez, su exsecretario de las Fuerzas Armadas, lo vincula de manera directa con Ernesto Quirino. Todos sabemos, que videos como esos, serán usados una vez más por los opositores, si Hipólito fuese el candidato, y lo usarán en su momento, para sin contemplaciones, apearlo del caballo.
Tristemente, ante estos señalamientos míos, que los hago venciendo el dolor y la angustia que hacerlo me producen, se da el caso, que los seguidores de Hipólito, están echando rayos y centellas contra mi persona, porque ellos consideran, que en vez de sacarlos a la luz pública, debería de taparlos, porque según ellos, el enemigo no es él, por lo que debería de concentrarme en atacar al PLD, que es el enemigo real. Craso error éste, pues en su ceguera, olvidan, que nosotros lo podremos tapar mil veces, pero los opositores no, que sí harán uso en su contra de todo el material audio-visual en posesión de ellos, tal como ya he expuesto, cosa que quiero evitar, descartando a Hipólito como candidato, por el cual, en caso de ser favorecido con la nominación presidencial, pagaremos el precio de la derrota, por seguir detrás de él, a sabiendas, de que tenías esos “macos tapaos” por nosotros, pero a destapar por los opositores. Nadie niega el liderazgo de Hipólito, pero se haría más grande, renunciando a la candidatura, logrando con su apoyo a otro, ser el “mariscal de la victoria”, en lugar el “papá de las derrotas”, o el Bukharan de las Antillas.
Ante un candidato así, debiéramos comportarnos como ciudadanos responsables y valientes, para hacer lo que haya que hacer, para que no pase, pues no podemos sacrificar nuestro objetivo de llegar al poder, por defender a alguien, que por razones de sus hechos, se ha constituido, en el principal escollo para lograr esa meta; y más, cuando contamos con un candidato llamado Luis Abinader, libre de esas kilométricas colas y estigmas.
Cuart Hipólito, con su lucha por la nominación presidencial, está reeditando la misma maléfica división que se dio con Miguel Vargas en el 2012, con lo cual se propició, la derrota por todos conocida, y que no debió de ser, porque teníamos todas las de ganar.También, esta lucha, crea una división insana, que corroe la unidad monolítica que sobre todo y contra vientos y mareas debiéramos tener, pero además, nos priva de gastar nuestro tiempo, recursos y energías, en los trabajos políticos que en cuerpo y alma debiéramos de estar dedicados a realizar, para poder derrotar a un PLD, difícil de vencer, por razones y complejidades, harto sabidas por todos.
Además, esta rivalidad que está provocando descontento, frustración, desilusión, desconfianza y desconcierto, tanto entre los miembros actuales de la Convergencia, como en la población en general, siembra, entre otras negatividades, la percepción, no tan errada, de que estamos enfrascados en una lucha de poder, en vez de por la patria, de que no levantamos cabeza, de que el país con nosotros, gente de rebatiñas, no estaría en buenas manos, situación ésta, que nos resta adeptos y debilita la Convergencia, hasta el punto, de que ésta se podría desmembrar, porque como dije anteriormente, muchos, sino todos los partidos que la integran, ante tal condición, optarían por abandonarla, y otros por no integrarse.
Entiendo que mis juicios, para muchos resultan duros y crudos. Peros así es la lucha política que busca la victoria. Las guerras cuerpo a cuerpo, dejan miles de muertos y heridos en el campo de batalla, su par, la lucha política, no será cuerpo a cuerpo, pero sí de las ideas e ideales. En este último escenario, ganará quien con más coraje, sentido de justicia y deber patrio, use su cerebro y su corazón en conjunción con las armas dialécticas.
Hipólito, en el transcurso de su carrera política, ha cometido muchísimos errores garrafales, los cuales han ocasionado varias derrotas vergonzosas a nuestro partido. De esos errores, es él, quien responsablemente debe pagar las consecuencias, no el partido y el país. Pero sucede, que viendo las cosas como van, de Hipólito seguir dando rienda suelta a su desmedida ambición, la tercera derrota deviene inevitable.
Yo espero, que quienes están alimentado la insensata ambición de ese expresidente, que después de leer mis escritos, recapaciten, y que en consecuencia, en lo delante, abandonen ese laborantismo mesiánico, porque de no hacerlo, se ahondará más la división, que hace rato está dañando la Convergencia y alejándonos de la población votante, que ya, no nos está viendo, como opción de poder, sino como “locos viejos”.
El hecho, de que un periodista como Cesar Medina ya esté escribiendo que la Convergencia se está desmembrando y explicando con lujos de detalle el porqué de ese desmembramiento, es un claro indicio, de todas las razones que he tenido y tengo, en mis empeños para que Hipólito no sea el candidato.
Espero que los abanderados a raja tabla de la candidatura de Hipólito, entiendan lo expresado aquí por mí; pues después de todo, ellos, si llegamos al poder, serán parte del mismo, siendo que al contrario, si no llegamos, ninguno lo seremos, con la particularidad, de que Hipólito, no se quedará “a las buenas de Dios”, como todo el pueblo perredeista y de otras denominaciones”. Todos sabemos, que él es millonario en dólares, que tiene bien asegurada su existencia, incluso la de sus hijos y nietos, mientras que, nosotros los de abajo, unos se quedaran rumiando sus frustraciones en medio de las infinitas carencias en sus chozas y otros, sufriendo los rigores y desdichas de un forzado exilio económico. Después de la derrota, él, justificándose, se irá, a “botar el golpe” sea a su villa en Jarabacoa o San Cristóbal, o cuando no, a pasárselas bien con sus amigos reformista y hasta peledeistas, en los lujosos resorts del Este, o hasta puede ser, que lo haga en los paraísos de Miami, donde tiene muchos amigos de su misma ideología política y pares de posición económica.
En resumen: abogo para que Luis Abinader sea el candidato de la Convergencia, porque por todas las razones expuestas, él, frente a un Hipólito con tanta cola que le pisen, viene a ser la mejor opción, no porque sea un chulo, chulín o chupetín, sino, porque lo que está en juego de por medio, es algo demasiado serio, para que volvamos a jugárnosla, con alguien, que se ufana públicamente de nunca haber leído un libro por completo, que es sumamente vulnerable en una campaña electoral, que todo lo toma a chistes y relajos de mal gusto, y que como todo un pachá, está viviendo y vivirá la vida loca, a costa de un sinnúmero de gente buena y sin malicia, pero ilusos y emocionales, que por no saber mucho de la “Alta Política”, no pueden darse cuenta de cuando se los está usando. Suficientes millones en dólares tiene Hipólito para darse esa vida, mientras que sus “fieles seguidores”, de ser él, el candidato.., ya en la derrota… se quedarán una vez más, “jalando aire contaminado” y en peligro de ser víctimas de la Chicungunya y otras pestes. Eso, quiero evitarlo, para el bien de todos, pero en especial, a nuestro sufrido pueblo.
Con todo lo expuesto en este artículo y añadiéndole el contenido de los anteriores que versan sobre este tema, encontramos motivos más que suficientes para descartar sumariamente, la candidatura referida. Hipólito salva o hunde la Convergencia. Circunstancia ésta, por la que lo invito una vez más, a entregarse a una meditación profunda, porque, no sólo está en juego la suerte del país y de la Convergencia, sino también la suya propia, porque una tercera derrota, donde el sería el gran culpable, destruiría para siempre, su impronta de líder.
Así es que, Compañero Hipólito, crézcase, deje esa pobreza espiritual propia de los ambiciosos de poder y dinero, y aunque sabemos, que usted no es un revolucionario, sino un neoliberal de extrema derecha, por lo menos, pase a la historia como el “líder” que nos condujo a una victoria y no como el ambicioso que llevó a su partido a una humillante tercera derrota y al país, a seguir siendo víctima del gatopeledeismo.
Véase mi artículo anterior sobre este tema en:

https://www.almomento.net/articulo/164149/Hipolito-y-Miguel-Vargas-hacia-la-tercera-derrota

Y el artículo aludido de Cesar Medina en:

https://www.listindiario.com/la-republica/2014/5/31/324139/Se-desmembra-la-Convergencia









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