OPINION: En relación al PIB

Mucho se habla de la importancia del Producto Interno Bruto (PIB) como el indicador más amplio de la producción total de bienes y servicios de un país.

Los economistas expresan que el PIB es la suma de los valores monetarios del consumo, la inversión bruta, las compras de bienes y servicios por parte del Estado y las exportaciones netas producidas en un país en un determinado año o es el patrón de medida del rendimiento de una economía.

El PIB o nombre que se le da al valor monetario total de bienes y servicios finales que produce un país en un año dado, es la cifra a la que se llega cuando se aplica el patrón de medida del dinero a los diversos bienes y servicios que produce un país con su tierra, su trabajo y sus recursos de capital.

Los economistas expresan que el PIB se utiliza para muchos fines, pero el más importante de ellos es medir el rendimiento global de una economía.

Los economistas miden el PIB usando el patrón de medida de los precios de mercado de los diferentes bienes y servicios pero se sabe que los precios varían en el tiempo, en tal sentido se ideó medir el PIB de dos formas: nominal o a precio corriente y el PIB real.

El PIB nominal (PQ) representa el valor monetario total de los bienes y servicios finales producidos en un año dado, donde los valores se expresan en los precios de mercado de cada año.

Mientras el PIB real (Q) elimina las variaciones de los precios del PIB nominal y calcula el PIB en precios constantes, el cual para obtenerse solo se debe dividir el PIB nominal por un índice de precio conocido como deflactor del PIB o precio del PIB.

Pero se ha demostrado que el PIB es un indicador deficiente en lo que respecta medir el bienestar económico de un país.

Muchos bancos centrales se vanaglorian cuando los niveles de crecimiento de la economía de sus países se mantienen en ascenso sostenible, es decir, cada año los distintos sectores que conforman la economía de un país en particular experimentan crecimiento de forma constante.

Desde el punto de vista macroeconómico se supone que es una excelente información ya que el país se encamina al desarrollo económico pleno o al pleno empleo.

Hay sectores que durante un año se mantienen rezagados en su crecimiento afectando por lo tanto el avance de la economía de un país, teniendo los demás sectores en crecimiento que compensar el poco avance del sector o los sectores que no crecieron en el tiempo.

La República Dominicana ha alcanzado crecimiento de su PIB de manera fluctuante pero sostenida durante más de 50 años convirtiéndola en una de las economías que más crece en América Latina y el Caribe, promediando en dicho lapso un crecimiento de toda su riqueza por encima de un 4%.

El Banco Central de la República Dominicana ha estimado que para el presente año 2020 el Producto Interno Bruto nominal de la República Dominicana oscilará en el orden de los US$84,000 millones equivalentes a una tasa de crecimiento de un 5%.

Debido a que el bienestar que debe proporcionar el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) no llega como debería llegar a los  dominicanos más necesitados, se plantea buscar una fórmula que traduzca dicho crecimiento en una mejor calidad de vida.

Conforme lo anterior, un grupo de expertos internacionales sugieren usar otros indicadores al margen del Producto Interno Bruto (PIB) que refleje con mayor exactitud: el bienestar, el impacto medioambiental y la desigualdad, es decir, buscar una forma más justa de medir la economía, a  los fines de que los gobiernos dispongan de unos indicadores más precisos para la toma de decisiones oportunas y adecuadas que imprima más calidad al gasto social.

De no ser así la desigualdad seguirá en crecimiento dando lugar a un aumento de las protestas, descontentos y revueltas de los pueblos, a sabiendas de que todo tiene un límite.

El hecho no es presentar guarismos, cifras o porcentajes que reflejen las bonanzas de una economía, sino que, tal como sostiene la Organización para la Cooperación y el  Desarrollo Económico (OCDE), hay que anteponer las personas a los números, muchos de estos maquillados a los fines de presentar un crecimiento irreal o un bienestar que solo llega a ciertos sectores privilegiados, mientras el pueblo se desvive por alcanzar un poco del pastel económico.

La OCDE plantea que se logre un crecimiento económico incluyente en el que las personas disfruten de mayor participación en lo que respecta a educación, salud, ingresos, infraestructuras, trabajo o empleo de calidad y otras variables.

Entre los países que comienzan adoptar un sistema de crecimiento incluyente se encuentra Nueva Zelanda primer país que ha abandonado la doctrina de crecimiento económico a cualquier precio.

El premio nobel de economía 2001, Joseph Stiglitz, encabeza las críticas del PIB como indicador del bienestar económico por sus limitaciones al medir el progreso.

En su artículo “Más allá del PIB” este plantea que la humanidad debe alejarse del crecimiento económico puramente materialista donde no importa el bienestar de las personas lo que ha llevado a muchos gobernantes a aplicar políticas publicas ineficientes o erradas.

El señor Stiglitz que ante las tres crisis que vive hoy el mundo: climática, desigualdad y  democracia, plantea que se debe  abandonar indicadores como PIB el cual deja mucho que decir y que ha impedido tomar las mejores decisiones a favor de las grandes mayorías.

Como se advierte, no solo en la nación dominicana se critica el indicador llamado PIB sino que esta se está convirtiendo en un clamor general ya que las bonanzas no se desparraman a favor de un pueblo que clama por mayor justicia y equidad en la calidad de vida.

Recientemente, las autoridades monetarias dominicanas han informado que en el año 2019 la economía dominicana creció en un 5.1% el cual fue sustentado por el sector privado en un 85% dado el dinamismo del sector construcción gracias a una política monetaria flexible que llevó más dinero a este y otros sectores con una inflación de solo un 3.66% por debajo del rango meta establecido en el Programa Monetario de 4.0% (más o menos 1.0%).

Mientras las autoridades económicas y financieras se llenan de alegría al  lograr la meta de crecimiento en un año aplicando medidas de carácter monetario, la población dominicana más vulnerable se pregunta: ¿dónde está la parte de ese crecimiento económico que le corresponde? ya que  dicho crecimiento no se derrama a su favor, pues mientras los distintos sectores económicos de la nación crecen los sueldos y salarios de los trabajadores se mantienen sin variación y sin esperanza de aumentar.

En tanto los trabajadores dominicanos claman en el desierto, por una participación más asequible, justa y equitativa de ese crecimiento, pero lamentablemente nadie los oye, con posibilidad de que pierdan la voz o la salud en el  intento por una calidad de vida más humana.

Si se revisan los distintos programas de gobierno que hoy presentan los partidos que terciaran en las próximas contiendas electorales del presente  año 2020, se podrá advertir con facilidad y tristeza que quizás o sin quizás, solo el programa del PRM contiene políticas públicas incluyentes a través de un gasto de mayor calidad a favor de la gente.

El pueblo dominicano trabajador e inteligente y podrá juzgar en el momento de seleccionar sus nuevas autoridades gubernamentales, el próximo 17 de mayo de 2020, las que ofrezcan  políticas públicas que más beneficios proporcionarán a los dominicanos a partir del 16 de agosto de 2020, fecha en que tomará posesión el nuevo gobierno.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

JPM/of-am

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