OPINION: En Grandes Ligas no quieren jugadores viejos…
El béisbol de Grandes Ligas nos ha demostrado de un par de años a esta parte que no les interesa los jugadores viejos.
Desde hace unos, el mercado del béisbol de las Mayores ha dado un giro hacia la juventud, haciéndole la vida difícil a los hombres de edad. Antes era imprescindible tener un grupo de veteranos en nómina para ayudar a encarrilar el talento naciente de los equipos.
Los Yankees, siempre los Yankees, se daban el lujo de salir al mercado en busca del mejor material disponible en la agencia libre, sin importar el costo. Cada temporada estaban en el primer o segundo puesto de los equipos con la nómina de pago más cara. Al día de hoy los Mulos de Bronx están en un lejano octavo lugar, con una nómina de 157.8 millones de dolares.
Desde hace unos años los Yankees se programaron para reducir costos a la hora de cuadrar su nómina. Finalizaron los contratos de Alex Rodríguez, Mark Teixeira y el de CC Sabathia, otorgándole al zurdo un acuerdo de 10 millones para el 2018 (había ganado al menos 23 millones cada una de las últimas ocho estaciones). Años atrás los Mulos salían a buscar jugadores forjados, acabados, desprendiéndose del mejor talento de sus fincas.
Las cosas han cambiado y actualmente los Baby Bombers son un equipo joven. Salvo los dos venerables, por su edad, Jacoby Ellsbury y Brett Gardner, nacidos en 1983, casi todo el mundo en el line up de los Yankees nació en un período de 1992 hacia arriba (Greg Bird, Aaron Judge, Ronald Torreyes, Gary Sánchez), Aaron Hicks tiene 27 años, Giancarlo Stanton y Didi Gregorius 28. Los Yankees antes eran reacios a permitir a sus jugadores accionar en ligas invernales, este año en nuestro país fue completamente diferente.
Muchos veteranos, incluyendo jugadores de categoría, han sufrido este año el desprecio de los equipos a la hora de conseguir contratos, provocando la alarma de los agentes y el sindicato de jugadores. Como epidemia catalogan algunos los más de 60 jugadores en campos de entrenamientos creados por el sindicato para ubicar a tantos jugadores desempleados.
Jake Arrieta, Mike Moustakas, José Bautista, Melky Cabrera, Carlos González, Alex Cobb, Matt Holliday son parte de la lista de hombres importantes que aun no han podido conseguir contrato.
Los Marlins, Piratas y otros conjuntos han vaciado sus nóminas cediendo jugadores sembrados para ganarse todo el dinero del mundo, incluyendo unos 150 millones por concepto de televisión y compensación. Hay equipos que se han convertido en conjuntos de segunda, se hacen los pendejos, trabajando poco, a sabiendas que no van a clasificar a la postemporada y conseguir el gran dinero sin mucho esfuerzo. A la larga eso va a convertirse en un arma de doble filo para el béisbol.
El cerco se ha hecho a tal punto que peloteros establecidos han tenido que firmar contratos por un año y poco dinero, en tanto otros que jugaron por muchos años en las Menores han tenido que emigrar a México. Algunos jugadores All Stars o ganadores de premios de cierta importancia han rubricado contratos de Liga Menor (Erick Aybar, Allen Craig, Neftalí Féliz, Francisco Rodríguez). Carlos Gómez, Howie Kendrick, Austin Jackson, Francisco Liriano, han acordado por uno o dos años por poco dinero.
Bartolo Colón, Ichiro Suzuki, ambos con 44 años, Fernando Rodney (41) y Joaquín Benoit (40) son los cuatro dinosaurios en extinción con acuerdos logrados en la temporada muerta. Colón firmó un contrato de Liga Menor con Texas, en busca, no de la fuente de la eterna juventud, sino del record de más triunfos para un lanzador latino, en poder de Dennis Martínez (245 victorias). En el caso de Ichiro, a su edad, con sus grandes lauros y dinero ganado (166 millones), no entiendo que hace todavía en un terreno de juego.
Los equipos de las Mayores, en la época de más bonanza, se han dedicado a recortar sus nóminas, le han hecho un cerco a los agentes libres de alta categoría y como se ve ya no quieren viejos.
of-am
a los viejos solo nos queda el fuÍyo fui pitcher yo fui fui primera basey así sucesivamente
nesrcitan hacer huega otra vez