OPINION: El Sur, defraudado y engañado
Los pueblos del Sur, de donde es originario el Presidente Danilo Medina, se consumen en una dolorosa pobreza, excluidos de la danza imaginaria de crecimiento y bienestar que los cláxones oficiales pregonan.
Se despide el año 2016 y la hora del sur no termina de llegar, aunque el ungido nos haya prometido una y otra vez que llegará. Pura poesía. Jarabe verbal para adormecer a gente atribulada con su estómago y cerebro vacíos.
En cuatro años nada ha cambiado en estas deprimidas y desesperanzadas comunidades del suroeste. Y todo indica que seguirá igual porque el gobierno promueve un «spot» publicitario anunciando la construcción de quinientos kilómetros de carreteras para el cibao y solo treinta para el sur. Desde las alturas del poder, ya no maquillan que nos marginan. Sin lisura, el régimen nos estruja en la cara cuando desprecia a la región sur con la desproporción en la inversión pública que solo beneficia a las regiones Norte, Este y el gran Santo Domingo.
En San Juan, Elías Piña, Pedernales, Bahoruco, Independencia, Barahona y Azua más del cuarenta por ciento de la población no recibe agua potable por acueducto; miles de casas aún tienen piso de tierra; la distribución de la tierra es asimétrica; el desempleo es lacerante; la agricultura y ganadería están disminuidas; las carreteras rurales están dañadas; la atención sanitaria es deficiente y el déficit habitacional alcanza el cielo.
Los sureños estamos tristes y nos sentimos defraudados y engañad
jpm