OPINION: El extraño lance de Robert Jackson
Es muy cierto que me sorprendí al leer las declaraciones del ex concejal Robert Jackson sobre los oficiales dominicanos que han sido elegidos en instancias de gobierno estatal y municipal. La sorpresa me llegó porque conozco a Mr. Jackson como un correcto hombre adulto, afroamericano, locuaz y respetuoso; de aguda inteligencia y además, un gran conciliador.
Nunca lo imagino diciendo sandeces y menos por un canal de televisión como New York One, que es el favorito de muchos de los dominicanos que vivimos en New York. Pero lo cierto es que a él parece que se le soltó el gatillo y no fue claro al exponer su punto de vista ante el entrevistador Benítez.
El escenario
Sin embargo no voy a intentar contradecir, ni tampoco justificar lo que se alega que él dijo, pues solo he leído las transcripciones de la entrevista que han publicado los opositores de Jackson. Mas bien, trataré de analizar sus declaraciones a la luz de la lógica y ponerlas en el contexto real del momento electoral que se vive en Uptown y muy especialmente alrededor de las luchas de un sector dominicano que intenta controlar -por adelantado diría yo- el poder político del alto Manhattan y parte de El Bronx.
Estamos en medio de la selección de los candidatos demócratas para las elecciones de noviembre y la acostumbrada virulencia de las maquinarias políticas locales, hace que se cometan, no solo actos desaprensivos como el que se la atribuye al ex concejal Jackson sino, que los contrincantes, al tratar de sacar provecho de tales errores, por lo general, cometen otros mayores. Y por encima de las palabras del avezado concejal, puedo asegurarles, que el combate mayor será entre dominicanos, ya lo verán.
Lo que dicen que dijo Jackson
“Enfatizo, para todos los que están viendo este programa y más allá: no hay que ser dominicano ni latino para representar mejor al Distrito…, porque francamente, ha habido dominicanos que han representado distritos dominicanos y terminaron en la cárcel, así que no me digas que fueron buenos representantes. Yo sé que no estoy en la cárcel, yo estoy aquí. Se lo he dicho a todos: no iré a la cárcel por nadie”.
Lo que se infiere de lo dicho
Es muy cierto, ha habido oficiales dominicanos que han sido un tanto imprudentes y han terminado en la cárcel. Pero no solo los criollos violan los preceptos legales, como eufemísticamente se afirma, también están en chirona o con la “soga al rastro”: unos y otros; mansos y cimarrones; demócratas, republicanos y hasta independientes; blancos, negros, mulatos y entreverados, sean afroamericanos, dominicanos, boricuas o westindians. Todos han probado el fruto del árbol maldito, pero “con justificación o sin ella”, solo unos pocos han sido destituidos y/o sancionados.
De manera que aunque mr. Jackson no miente en su afirmación, si establece una media verdad. En realidad él tiene razón, pero poca. Porque el argumento aceptable hubiera sido afirmar que en estas tierras de migrantes, se impone el acuerdo entre miembros de comunidades diferentes para elegir a quien los represente y que nadie, absolutamente nadie, puede ganar en esta ciudad, con los votos exclusivos de sus connacionales.
Esa falsa y simplona idea de que los negros deben votar por los negros, los boricuas por los boricuas o los dominicanos por los dominicanos, es la máxima expresión del obsoleto chauvinismo que los “dirigentes” insisten en sembrar en la mente de nuestras comunidades. Es la única forma que tienen los líderes que nos gastamos para justificar sus propuestas personalistas. Una muestra de involución político social, equivalente a “venir desde el campo a quemar carbón en la ciudad”.
Más adelante Mr. Jackson dice que él no está en la cárcel como otros -dominicanos, supongo yo- y eso también es otra verdad a medias. Porque todo el mundo es serio hasta que lo agarran orinándose en la calle. Y puede estar seguro Mr. Jackson que somos muchos los ciudadanos que nunca cometeremos tal desfachatez, pero por eso “no somos serios”. Afirma mi viejo, don Ramón Robles, que una cosa es ser honrado y otra muy diferente es no haber tenido nunca la oportunidad de robar o la suerte de que no lo agarren cuando lo hizo.
Pero donde Mr. Jackson la pone difícil de verdad, es cuando asegura que: “se lo he dicho a todos, no iré a la cárcel por nadie”. Personalmente, no alcanzo a entender lo que significa una afirmación como ésta. ¿Será que él cree que nosotros le vamos a aceptar que los culpables no son los titulares de las posiciones donde se cometen las indelicadezas? ¿O pudiera ser que se esté adelantando a algunos hechos por venir? De cualquier manera, una aclaración sobre esta especie de acertijo-coartada, vendría muy bien. Para poder entenderlo mejor.
Entre tanto, las recomendaciones
Visto ya que las declaraciones de mr. Jackson, no han sido tan “terribles” como se ha querido establecer; que más que hacer daño lo que provocan es alguna lástima, por lo risibles y hasta endebles que resultan. Pero, hay que recordar a los que tratan de pescar en mar revuelto, que la legitimidad de las candidaturas dominicanas se puede ver opacada por la brutal agresión de un grupo que ya se cree ganador, contra otro grupo -que también es de dominicanos- pero que sus oponentes pretenden borrarlos de la faz de Washington Heights.
Esperen llegar hasta Washington, para que empiecen su embestida fascista, pues corren el riesgo de provocar un reagrupamiento no convencional entre los afectados por sus bellaquerías y en consecuencia, su empresa termine con la triste suerte del Titanic.
¡Vivimos, seguiremos disparando!
rolrobles@hotmail.com
JPM