OPINION: El caos, estrategia electoral contra Danilo
Debemos recordar que para las pasadas elecciones del 2016, también el señor Hubieres fue aliado al PRM y apoyó la Candidatura Presidencial de Luis Abinader en contra de la reelección de Danilo Medina, a cambio de ser Candidato a Senador por la Provincia de Santo Domingo, y de acuerdo a los datos oficiales de la Junta Central Electoral (JCE), obtuvo 12,930 votos a través del FALPO, para un 1.5% de los votos emitidos en esa gran Provincia, contra 580,830 votos (67.28%) obtenidos por el PLD, el PRD y los demás Partidos Aliados, los que garantizaron el triunfo de la Profesora Cristina Lizardo como Senadora y siendo la Provincia que mayor cantidad de votos aportó a la reelección del Presidente Danilo Medina.
El hoy Pre Candidato Presidencial Hubieres se da a la tarea de anunciar, organizar y convocar de manera sorpresiva una serie de huelgas y paros en las principales avenidas, elevados, túneles, puentes e importantes vías de tránsito terrestre del Distrito Nacional y del Gran Santo Domingo, con la única intención de provocar el caos, a través de los taponamientos de vehículos y atravesar las guaguas de FENATRANO en medio de las vías, para congestionar e imposibilitar el libre tránsito que establece nuestra Constitución en su artículo 46 y que es deber y responsabilidad de las autoridades garantizar a todas las ciudadanas y ciudadanos.
¿Cuál es la intención de dicha acción? Algunas personas interesadas y/o vinculadas al caos y al desorden que promueve el Señor Pre Candidato Presidencial pudieran ingenuamente pensar que es para exigir la rebaja en los precios de los combustibles, pero es más que evidente que eso es completamente falso. ¿Acaso las huelgas o paros sorpresas del sector transporte harán bajar de precio el barril del petróleo en el mercado internacional? ¿Acaso pudiese el Gobierno Central ceder ante un chantaje burdo y vulgar de parte de quienes conspiran con hacer desórdenes y generar caos a los cientos de miles de trabajadoras dominicanas y dominicanos que van a sus lugares de trabajo a cumplir con sus responsabilidades, o a los cientos de miles de niñas y niños que van a recibir el pan de la enseñanza en sus escuelas y colegios? Imagínense ustedes, lejos de buscar un acuerdo con el Gobierno, lo que quieren es todo lo contrario, porque ¿Cuál sería el mensaje que mandaría el Gobierno si accede a todas las peticiones que se hagan sobre la base del caos, el desorden, la presión y el chantaje?
¡No nos dejemos engañar! Lo que verdaderamente hay detrás de todo esto es la intención de usar el caos como herramienta de estrategia electoral de cara a las elecciones del 2020 y especialmente contra la figura del Presidente Danilo Medina, por sectores políticos que se sienten amenazados ante la posibilidad de su reelección.
El próximo año es Pre Electoral y la nueva Ley de Partidos establece que para el último cuatrimestre del 2019 los Partidos Políticos deberán tener sus Candidaturas definidas, y los números de aceptación a la gestión de Gobierno del Presidente Medina, más sus altos porcentajes de simpatía, son un constante dolor de cabeza para Luis Abinader y el PRM, para los llamados Partidos Emergentes de Oposición que ya no están aliados en bloque con el PRM, más un reducido sector dentro del propio Partido de Gobierno, que apuestan al caos y al desorden como herramienta de estrategia electoral de cara a las elecciones del 2020, con la intención de generar un clima de percepción de inestabilidad política y social para descartar una eventual repostulación del Presidente Medina, que pueda culminar con su reelección para un próximo período 2020 – 2024.
Estos personajes no son más que actores de un mascarón de proa, chantajeadores profesionales disfrazados de sindicalistas, bajo una falsa consigna de rebeldes, ahora vestidos de Pre Candidatos a la Presidencia, para pretender inmunidad ante sus ilegales acciones, patrocinados por sectores políticos que se sienten y se saben sin respaldo, acorralados y desesperanzados ante la popularidad del Presidente Danilo Medina y amenazados por vientos reeleccionistas, que buscan provocar acciones de violencia, con la esperanza de lograr con el caos y el desorden, lo que no han sido capaces de conseguir con simpatías y votos en las urnas.