El buen juicio

 

El Gobierno colocó con éxito una emisión de bonos soberanos por 500 millones de dólares, a una tasa de interés récord de 5.10%, para concluir el financiamiento de Punta Catalina,  lo que constituye una buena noticia para cualquier buen dominicano que se precie de sensato.

A ese complejo termoeléctrico, que  construye un consorcio liderado por Odebrecht, a un costo de US$2,040 millones, solo le falta menos de un 30% para su terminación, programada para  finales de 2018, cuando  entrarán en línea sus dos plantas con una generación de 730 megavatios.

Para poder afrontar cualquier dificultad económica, social política o jurídica, se requiere sobre todo buen juicio, lo que  quiere decir cabeza fría aunque arda el corazón, pero  al abordar  el tema Punta Catalina, mucha gente carece de esos atributos.

El Gobierno ha adelantado mil 300 millones de dólares para la construcción de ese proyecto, que también ha recibido s 300 millones de un pool de bancos europeos, que han retenido otros US$300 millones, después que mensajeros de la izquierda financiados por la derecha fueron a Alemania a reclamar detener ese financiamiento.

Hay que suponer que  la transferencia desde el Presupuesto Nacional  de  más de 60 mil millones de pesos  para  la construcción de Punta Catalina, supone un gran sacrificio en que incurre  el Gobierno, que además tuvo que  cumplir con un rígido programa de control del déficit fiscal.

Otro significativo sacrificio para las finanzas públicas serán los 700 millones de dólares en endeudamiento que completan el total del financiamiento de Punta Catalina (500 millones en bonos y 300 de los bancos europeos).

¿Qué significa Punta Catalina para la economía dominicana? ¿Qué resulta mejor,  concluirla o paralizarla?  Lo primero es que  sus dos plantas  aportaran al sistema de generación eléctrica más de 700 megas, a un precio de menos de ocho centavos de dólar el kilovatio,  en comparación con más de 16 centavos, el precio promedio actual.

Esas plantas suplirán el 35% de la demanda de energía eléctrica, además de obligar a las otras generadoras a  procurar otras fuentes de alimentación de sus generadoras para poder competir en precios. El buen juicio aconseja terminar a Punta Catalina, en vez de paralizarla.

Se plantea que Odebrecht es una empresa delincuente que obtuvo  el contrato de Punta Catalina, mediante  la distribución de sobornos, lo que  no se discute, pero es preciso  decir que  la figuras jurídicas no delinquen, sino las personas, por lo que no es posible mandar a la cárcel a Odebrecht, sino a  los sobornantes y sobornados.

La empresa brasileña ha sido multada con 284 millones de dólares y todavía puede  ser objeto de demandas civiles que se desprendan de un sobreprecio comprobado o del juicio penal por soborno, pero puede  y debe concluir la construcción de Punta Catalina.  Es asunto de buen juicio.

 

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
36 Comments
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios