OPINION: Efecto China en América Latina

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El autor es periodista. Reside en Perú.

POR JOSÉ LUIS MORI

La presencia de China en América Latina hace tiempo viene consolidándose. En las últimas dos décadas, el país asiático generó 1,8 millones de puestos de trabajo en Latinoamérica. Así lo establece el primer estudio sobre los efectos de las relaciones económicas entre China y la región, publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este dato, deja en evidencia el vínculo que continúan forjando ambas regiones.

 

Con la llegada del presidente Donald Trump al poder, se generó una ruptura en el orden internacional. Con el “América primero”, el mandatario norteamericano generó una re configuración del comercio internacional. Frente a la política proteccionista impulsada por Trump, otros actores decidieron aprovechar la situación para expandir su círculo de influencia.

 

El repliegue de Trump significó para otros países una gran oportunidad, ya que despejó espacios que muchos ansiaban ocupar. De este modo, China se posicionó como el defensor de la globalización el libre comercio.

 

Uno de los puntos principales de la política exterior de China, es el fortalecimiento de sus lazos comerciales con América Latina. Esta relación comenzó a gestarse en la década del ‘90. Sin embargo, hasta 1992 China representó menos del 1% del comercio de América Latina y el Caribe. La relación de China con América Latina y el Caribe mantiene una larga historia. Si bien la misma data de hace siglos, es recién en la segunda mitad del siglo XX cuando adquiere relevancia en ámbitos culturales, políticos y económicos, entre otros.

 

Con el tiempo, el vínculo se intensificó y se volvió más dinámico. China pasó de representar menos de un 1% del comercio exterior en la región a convertirse en el segundo socio comercial para Latinoamérica con una participación del 13,7%. Lejos de las bajas cifras de 1992, en el 2016, el comercio bilateral entre el país asiático y la región superó los 210 mil millones de dólares. Además, en los últimos 16 años, el comercio bilateral entre ambos actores se multiplicó 26 veces.

 

En sus esfuerzos por multiplicar las cifras ya alcanzadas, el presidente Xi Jinping realizó varias visitas a la región a modo de promover el proyecto de cooperación, ‘Cooperación práctica 1+3+6’. El número 1, hace referencia a la planificación de cooperación entre China, América Latina y el Caribe para el período entre 2015 y 2019. El tres, hace mención a los tres motores: comercio, inversión y finanzas. Mientras que el seis, corresponde a las seis áreas: energía y recursos, infraestructura, cultura, industria manufacturera, innovación científica y tecnológica y tecnología informática.

 

Si bien la participación de China en la región ha incrementado notablemente, el objetivo de la potencia asiática es aún más ambicioso. Según una publicación de la revista China Policy Review, la misión del país para los próximos 15 años, es reemplazar a Estados Unidos como primer socio comercial de la región. Las condiciones actuales podrían favorecer a China en su ambición. La participación de Estados Unidos en el comercio de América Latina y el Caribe, cayó de 50,87% en 2001 al 37,74% en 2014. Lo que significa una ventaja para China, a la hora de alcanzar su meta.

 

El plan de China se traduce en 39 panes de cooperación en diferentes sectores y los resultados ya empiezan a evidenciarse. De 2003 a 2016, las inversiones chinas en el hemisferio, fueron de alrededor de 120.000 millones de dólares. Lo que generó a su vez 230.000 empleos, principalmente en sectores de materias primas, manufactura y servicios.

 

Por el momento, la actividad de empresas chinas, tanto públicas como privadas, se basa en la compra de materias primas y en la inversión en los sectores de minería, agricultura, industria y servicios. Sin embargo, según el informe de la Red Académica de América Latina y el Caribe sobre China, el interés está ahora puesto en otros sectores productivos como las infraestructuras y los servicios.

 

Los tres principales aliados de China en la región son Brasil, Perú y Argentina, quienes recibieron siete de cada 10 dólares invertidos. Esto demuestra que una de las principales posibilidades para la potencia asiática es la expansión geográfica de sus inversiones.

Aunque si China busca ampliar su influencia en la región, debe empezar a pensar en posibles nuevos territorios. La historia entre ambas regiones demuestra que el vínculo ya alcanzó la madurez suficiente como para avanzar hacia medidas estratégicas que generen beneficios mutuos.

jpm

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