OPINION: Colombia y la guerrilla

Todos esperamos el referéndum anunciado, con datos, sobre si habrá una aceptación de las mayorías, o si se les pondrán condiciones a las guerrillas, que dejan un precedente mundial.

 

 

El lema «solo con sangre y balas es que se gana el respeto», está en juego en el mundo y esperar que los pueblos tomen el poder en base a votos y no botas está por verse.

 

 

En Colombia los detalles del acuerdo completo todavía no han sido desglosados al público completamente, pero hay cinco puntos clave de la negociación:

Desarrollo rural, participación política, drogas ilícitas, ayuda a las víctimas del conflicto y reintegración de combatientes, pero llama la atención la exigencia de darles una silla a 10 miembros de la FARC en el Congreso Colombiano, con voz, pero sin voto.

 

Curules que no ganaron con votos, sino con el acuerdo por ratificar.

 

El Presidente Santos prometió que la decisión final de hacer la paz caería al pueblo mediante un plebiscito, que ahora se ha programado para el 2 de octubre.

 

 

El Presidente Santos y el jefe negociador del gobierno, Huberto de la Calle, han subrayado que los colombianos deben votar, y el Presidente Santos está convencido de que las negociaciones variarán en el caso de un voto «no».

 

 

El acuerdo es sólo el comienzo: Como muchos han comentado ya, después de que el acuerdo viene el trabajo duro de construir la paz.

 

 

Esto puede dividirse muy ampliamente en restablecer el control gubernamental sobre las áreas rurales donde la presencia estatal ha sido históricamente limitada o ausente, atender las necesidades de las víctimas del conflicto y la desmovilización y la reinserción de ex combatientes en formas que contribuyen positivamente a la sociedad. En el frente de seguridad, el proceso de desarme, desmovilización y reintegración (DDR) es ya una preocupación para los observadores de Colombia.

 

 

Es claro si los miembros de los varios combates de las FARC y unidades de apoyo estará de acuerdo a desmovilizarse o si en cambio se emigran a otras organizaciones insurgentes como el ejército de Liberación Nacional o Únete a red, de las organizaciones criminales de Colombia.

 

 

De hecho, una experiencia reciente con la desmovilización de paramilitares de extrema derecha asociada a las Autodefensas Unidas de Colombia bajo Uribe como Presidente demostró que un número importante de ex combatientes se unió a las organizaciones criminales, conocidas como BACRIM o Bandas Criminales.

 

 

El estado tendrá que moverse con rapidez establecer su presencia en aquellas zonas donde las FARC una vez operado, o bien estos vacíos serán ocupados por la delincuencia organizada.

 

 

Para los insurgentes que se desmovilicen, su éxito dependerá de su capacidad para encontrar un trabajo legítimo y capacidad de la gente para aceptar a ex combatientes como miembros de su comunidad.

 

Desafortunadamente, el Estado colombiano esta ante el reto de pagar por los costos de la paz en un momento en que su economía es de bajo rendimiento y los ingresos del petróleo (una importante exportación colombiana) han caído.

 

 

LA AYUDA PROMETIDA:

 

 

Los Presidentes Santos y Obama han anunciado un nuevo marco de “Paz Colombia”, en que Estados Unidos daría $ 450 millones en asistencia para apoyar la implementación en Colombia de los acuerdos de paz. Esto es un aumento de 25 por ciento de financiamiento en 2016, e incluye aumentar la asistencia para la remoción de minas, desarrollo alternativo, DDR y las víctimas.

 

 

También se centra en la seguridad, principalmente de antinarcóticos.

 

Esto debería contribuir al éxito de la fase de ejecución, aunque los esfuerzos de los spoilers, o ultra derechistas que amenazan hacer añicos el gran logro que representa este acuerdo de paz, están muy latentes.

 

La banda paisa tricolor en Colombia es grande, al igual que en Filipinas, donde el Gobierno filipino y el Frente Democrático Nacional de Filipinas (NDFP), acordaron hoy en Oslo hacer indefinido el alto al fuego y promover la amnistía de presos políticos.

 

Con estas lecciones, creo, ganara la paz y según última encuesta, en zonas rurales de Colombia quieren el acuerdo, sufren la guerra como nadie, sin embargo, en zonas urbanas y ciudades es un rotundo no, que no lo superan por un millón de votos en contra.

Compártelo en tus redes:
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios