Trump elige a Susie Wiles como jefa del gabinete en Casa Blanca
Abinader entrega muelles en Río San Juan y Cabrera para la pesca
Primer Ministro Haití seguirá en Puerto Rico, su futuro es incierto
Exministro pide al Gobierno más cautela con el endeudamiento
Santo Domingo 2026 tendrá 40 deportes y 56 disciplinas
Estás forrado con dinero robado: ¿y al final, qué? (OPINION)
200 muertos por pandilleros marca semana noticiosa en Haití
Entregan en la Rep. Dominicana premios de Historia y Literatura
ONU pide investigar asesinatos durante protestas en Venezuela
Por las buenas Maduro no entregará (OPINION)
DEA y DNCD preparan informe decomiso 9.8 toneladas cocaína
El Parlamento de Corea del Sur aprueba destituir al Presidente
Danilo ve estas navidades son frías; la gente «no tiene dinero»
OLAS y un tributo a la dominicanidad
Resultó definitivamente emocionante: la joven, con voz educada e impecable, empezó por cantar el himno nacional de los Estados Unidos. Como el evento se organizó bajo los auspicios de dominicanos y mejicanos en Orlando, Florida, era de orden que también se cantara el himno de ambos países. Solo que, en la interpretación del cálido y emotivo himno dominicano, se produjo un fenómeno que estableció la diferencia. Al principio fue como un murmullo. Un murmullo in crescendo. Aunque el lugar estaba colmado de personas de numerosas nacionalidades, se inició en el fondo del sobrio y elegante salón del hotel Crowne Plaza. Los dominicanos allí presentes no pudieron controlar sus deseos y empezaron a cantar el himno nacional conformando un coro de una belleza inusitada. Al final, el momento espectacular concluyó con una salva de aplausos. No fue el único gran momento de los inicios de la Feria del Libro organizada por la Organización Latinoamericana de Asistencia Social (OLAS) que dirige el doctor Homero Luciano. El doctor Octavio Herrera Pérez, un historiador y erudito e integrante del equipo cultural de la comunidad mejicana de Tamaulipas, presentó el libro” Un vínculo de independencia entre República Dominicana y Tamaulipas”, que revela desconocidos o poco conocidos detalles de la vida en exilio de don José Núñez de Cáceres, artífice de la Independencia Efímera. El patricio vivió y murió en esa comunidad en la que recibió la titularidad de “benemérito” gracias a sus grandes aportes, elevado nivel cultural, actitud cívica y patriótica. Su respetabilidad y reconocimiento ciudadano alcanzaron el punto más alto a que aspira un ser humano. Núñez de Cáceres es amado y venerado en Tamaulipas, considerado un ciudadano mejicano y dominicano ejemplar, un patriota de ambas nacionalidades en el más hondo sentido de la palabra. El auditorio hubo de escuchar, admirado y expectante, la exposición sin desperdicios y visionaria del senador Eddy Mateo Vásquez, quien ofreció una cátedra sobre la sentencia 168-13. Con voz elocuente, se dirigió a los cientos de personas de diversas nacionalidades participantes en el evento para dilucidar ese texto legal en detalle, haciendo énfasis en que debe respetarse el atributo de que sean los dominicanos de manera libérrima quienes organicemos el problema migratorio que nos aqueja. Tanto la exposición del intelectual Alex Ferreras como la del periodista Leo Hernández sobre la condición del escritor dejaron fascinados a los presentes. Nosotros agotamos un turno para hablar de la relación entre Literatura y Poder. El manejo del acto por parte de Saúl Pimentel fue absolutamente profesional. Una ocasión memorable en la que salió triunfante la nacionalidad dominicana. Una cálida congratulación a los organizadores encabezados por Homero Luciano y a quienes le dieron vida a este inolvidable evento.