Odebrecht y el nuevo escenario político y social 

En la RD han sido incontables los casos de corrupción de estos gobiernos a partir de 1966 hasta hoy. Se pueden llenar páginas enteras de denuncias en la fiscalía y en la prensa, de decenas de sometimientos y hasta de algunos encarcelados, pero las consecuencias reales brillan por su ausencia.  Casos registrados y de expedientes que van y vienen y no pasa nada.
La mayoría de los partidos tradicionales PLD, PRD-PRM, PRSC y los grupúsculos que se han desprendidos de ahí, reconocen la corrupción cuando están en la oposición pero una vez llegan al gobierno la corruptela se convierte en percepción y las acusaciones en persecución política e intento de dañar su imagen y su honor.
En algunos gobiernos la corrupción se detuvo en la puerta del despacho presidencial, en otros se inventaron el borrón y cuenta nueva para seguir en el lodo y en los últimos dos auto denominados los paladines de la moral y la ética la corrupción ha sido legalizada porque han inventado mas leyes y han mantenido la trampa.
Los políticos corruptos han convertido la política en una vergüenza. Quien pasa por el poder y no se hace rico es considerado como un pendejo y quien se hace rico robandole al pueblo es resaltado, venerado y aplaudido. Hasta discriminamos pues celebramos que se castigue hasta con la muerte a los ladrones comunes sin nombres ni apellidos pero no que se castiguen a los ladrones de cuello blanco.
La politiquería, el clientelismo y el tráfico de influencias son partes integras de todas las instituciones públicas. Existen decenas de instituciones con duplicidad de funciones. Todavía, el presupuesto exhibe la carga de las llamadas nominillas. Y se han creado instituciones solo para que sirva de botellas a los políticos.
Lo mejor que pueden hacer los políticos ante tanto embarre y complicidades es pedir perdón a los dominicanos por sus gobiernos corruptos pero no lo harán por lo que serán ignorado y no tengo la menor duda de que también serán rechazado. Lo mismo deben hacer los EU, los empresarios y la iglesia quienes a través del chantaje, del toma y daca y del servilismo se han beneficiados del saqueo.
No importa en cual de esos gobiernos se robó mas o se robó menos, o cual partido es mas corrupto que el otro, lo que importa es que en más de 50 años han dilapidado miles de millones del erario, no solo incrementando de forma preocupante la deuda interna y externa sino también enriqueciendo a una cúpula y empobreciendo a la mayoría.
Estos gobiernos no tienen escrúpulos a la hora de robarse el dinero público. Han secuestrado la Justicia, el Congreso y la Camara de Cuentas para garantizarse impunidad. El gobierno, a pesar de declararse el mas transparente de la historia democrática, en vez de colocarse al lado de los que luchan contra este flagelo ha activado la represión para agredir a los que luchan por la transparencia.
El desvío de recursos ha sido tan grande que hemos caídos en la complicidad con el lavado de activo y el narcotráfico. Embarrando aún más, a muchos sectores políticos, sociales y militares. Ya tenemos congresistas y funcionarios ligados a la corrupción y al narcotrafico.  Quien duda que mañana tengamos un presidente electo.
Todos sabemos que la podredumbre no es solo responsabilidad de un gobierno ni de un partido ni de un presidente de turno. Tenemos un sistema democrático podrido e inservible. Aquí todos los gobiernos desde Joaquín Balaguer y su dictadura de 22 años, pasando por los 12 años del PRD-PRM, hasta los 17 años de Leonel y Danilo han sido corruptos. Y quien ha salido perjudicado de este estado de descomposición social es el pueblo que se ha hecho más pobres.
Es cierto que la corrupción no era un problema grave para los dominicanos pero hoy la preocupación ha crecido. El escándalo de corrupción de Odebrecht ha creado una crisis política la cual tiende a agravarse por la complicidad judicial y del gobierno.
Son muy pocos los que creen en la actuación del procurador, en la trama de los apresados, en que habrá condena ejemplar, en que están todos los implicados, en que se cumplirá el acuerdo con la empresa y en que se enfrentara la sobrevaluación y el dinero ilícito de campaña.
Por sus actuaciones ambivalentes, por su falta de voluntad, por su postura conscientemente asumida de dejar de hacer y dejar pasar es que, las cúpulas neoliberales hoy están sin credibilidad, desacreditadas y al borde del debilitamiento y la desaparición. Ya  la gente no les cree a los políticos y se han quedado sin discursos.
Hoy hay creado un nuevo escenario político y social que si no abre la compuerta de la renovación de sus cúpulas con la entrada de gente joven y de un pensamiento critico, podría ser el fin de los caudillos políticos y la debacle de los partidos tradicionales. Y si no se unen los grupos progresistas y alternativos en una opción nueva que pueda convertirse en la tercera fuerza, el futuro sería mas incierto.
Por eso, todos debemos salir a las calles para rechazar a los políticos corruptos en los restaurantes, estadios, canchas de baloncesto, escuelas y liceos, parques, universidades públicas y privadas, casas y en todos los actos público de aquí y del exterior.
Igual hay que exponer a los bandidos al escarnio publico, al abucheo, al rechazo y al repudio pacifico pero contundente en cada uno de sus recorridos para que sepan que han pasado de ser políticos y funcionarios queridos a ser ciudadanos odiado e ignorados.
En esa linea, todos debemos de participar en la madre de todas las marcha a realizarse el Domingo 16 de julio en la capital contra la corrupción y sobre todo contra la impunidad porque este pueblo debe estar alerta, consciente y movilizado en el movimiento verde para lograr los cambios éticos y morales que se están impulsando.
El gobierno podrá defenderse de los ataques de la misma derecha oportunista que no tiene moral y que es tan corrupta como el que mas y hasta de algunas ONG que usa el poder económico para su provecho pero no podrá defenderse de la furia de un pueblo indignado, cansado y jarto que hoy se manifiesta en las calles.
JPM
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