Odebrecht, Danilo Medina y su discurso

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EL AUTOR es coordinador de Alianza País en los Estados Unidos.

Reclamar a Danilo Medina que pura y simplemente se refiera a los grandes y escandalosos casos de corrupción que arropan a su administración, es un pedido que raya en lo unilateral y lo ingenuo en el ámbito político.

No hay manera para él no referirse, el próximo 27 de febrero, día en que constitucionalmente a de rendir cuentas y presentar en líneas gruesas su plan futuro, sobre el tema de ODEBRECH, incluso hasta en sentido condenatorio en el mejor estilo de Balaguer, y subrayar y enfatizar que su gobierno ha hecho y seguirá haciendo todos los esfuerzos posibles para acabar con el flagelo de la corrupción y para que gobiernos extranjeros entreguen los nombres de los funcionarios públicos envueltos en este escandaloso caso.

El Sr. Medina pudiera llegar en su discurso hasta mostrar simpatía con este despertar ciudadano que reclama un punto final a la impunidad y a la corrupción, muestra de simpatía que en nada cambiará el robo descarado y el abuso de poder que ha caracterizado las pasadas y la actual administración que él mismo encabeza.

Pudiera incluso ir más lejos y a través del Ministerio Publico, bajo su control, darle curso a un expediente que sacrifique actores menores para resguardar a los responsables mayores, entre los que él pudiera estar, de la enorme estafa financiera que para nuestra nación ha significado todo el proceso de negociación y suscripción de contratos de los últimos 15 años entre el Estado y la ODEBRECH.

De actuar en la dirección arriba enunciada pudiera ganar por partida doble, ya que golpearía a actores menores vinculados a grupos políticos-económicos que les adversan dentro y fuera de su partido y podría desinflar, a la vez, el vigoroso movimiento ciudadano que en el territorio nacional y en el seno de la comunidad dominicana emigrada reclama una investigación independiente de los receptores del soborno de la ODEBRECH y de la cuantía real en sobreevaluación de las obras construidas o en proceso de construcción por la transnacional brasileña.

Como un efectivo vendedor de ilusiones pretenderá justificar, a partir de supuestos beneficios futuros para la sociedad, el contrato y construcción de la Planta a Carbón de Punta Catalina, para así acallar el reclamo ciudadano para que proceda a suspender la operación de ODEBRECH en territorio nacional, tal y como otros países han hecho, dada la admisión de sus directivos de haber cometidos hechos delictuosos violatorios de nuestra Constitución y leyes nacionales.

De guiarnos por sus desempeños del pasado, pudiera ocurrir, también, que Danilo Medina pretenda engatusar a la ciudadanía con falsas ilusiones y vulgares simulaciones sobre el tema impunidad-corrupción, lo cual agudizaría el conflicto, estimularía la protesta popular y resultaría en un error político de alcance estratégico que pudiera poner en peligro la propia continuidad del PLD en el poder.

Ahora bien, lo que sí está claro es que la sociedad espera y reclama que sean identificados y sometidos a la justicia los funcionarios públicos, líderes políticos y empresarios sobornados por la ODEBRECH; que a sean encarcelados los encontrados culpables y se produzca la devolución de los recursos indebidamente apropiados; que en su discurso del 27 de febrero Danilo Medina designe una comisión de fiscales independientes, probos y capaces que acompañados de técnicos de las Naciones Unidas investiguen todos los contratos firmados con esta empresa brasileña; que se indemnice a la sociedad a través del Estado y que sea sacada del país.

JPM
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