Obama al ataque, en defensa de su legado
El último discurso del presidente Barack Obama marcó una linea dura de ataque frontal a los republicanos en defensa de su legado politico. E l gobernante mostró sus garras desafiantes frente a un Congreso dominado por los republicanos que amenza con revocar sus decisiones más trascendentes en materia de reforma migratoria, seguridad social sanitaria y relaciones internacionales.
Después de seis años enfrentado al boicot franco y abierto de la bancada republicana, ahora con mayoria en el Capitolio, y frente a sus dos últimos años de mandato, Obama no tiene más remedio que defender a capa y espada todo su legado politico, centrado en los logros fundamentales de su gestión.
Dejando bien claro que ya no tiene que andar detrás de los votos para reelegirse –ha ganado las dos elecciones que necesitaba para gobernar sus ocho años conforme a la Constitución—el último discurso sobre el Estado de la Unión fue más que todo una clarinada, una advertencia, de que no echará hacia atras en materia de reapertura de relaciones diplomáticas con Cuba, ni en la Acción Ejecutiva que legalizó parcialmente a cinco millones de indocumentados, y mucho menos en torno al Obamacare o el plan de salud aprobado por su administración para garantizar seguro médico universal.
El mandatario fue más lejos aún y defendió sus políticas económicas que le permitieron rescatar la economía que encontró en rojo, en recesión, con un desempleo abierto del 11 por ciento y que ahora ha logrado colocar en un 5.5 por ciento, acercándose a lo que es casi un desempleo normal en los Estados Unidos.
Una leve mejoría se deja sentir en la economía, pero todavía es preciso que el gobierno siga avanzando para mejorar mucho más las finanzas públicas, pues todavía se siente la recesión con el cierre de empresas que no resisten las altas rentas en amplio sectores, especialmente entre los pequenos y medianos negocios.
En defensa de la clase media reafirmó su firme voluntad de enfrentar las desigualdades sociales, subiendo el salario mínimo y colocando más impuestos a los más ricos y reduciéndolos a los más pobres y a los pequeños negocios, motor del desarrollo.
Aunque se descarta que semejantes políticas puedan ser acatadas por el Congreso, dominado por el Partido Republicano desde este mes de enero, es más bien parte de su ofensiva final para cerrar su mandato en sus próximos dos últimos años..
Aunque hizo un llamado a producir resultados y pactar acuerdos bipartidistas en politicas públicas proactivas, Obama sabe que tendrá de frente a sus adversarios politicos intransigentes, haciéndole la vida imposible al final de su mandato.
Y sobretodo cuando estamos en medio del proceso político pre-electoral que definirá el rumbo nacional en las elecciones del 2016, cuando los votanes deberán elegir al nuevo gobernante de toda la Nación.
Su alerta de que vetará cualquier proyecto que intente revocar sus principales acciones públicas es un mensaje directo a los congresistas que ya contemplan iniciar una recia batalla congresual, similar a la que emprendieron en 2013 y 2014 que congeló el proyecto de reforma migratoria y paralizó el gobierno, negándose a aprobar el presupuesto y el techo de la deuda pública.
Fue un discurso donde vimos a un Obama más resuelto, más confiado y más agresivo. Los hechos dirán si los republicanos seguirán doblándole el pulso. Ya veremos.