Nuevas tareas de la paz en el desarrollo de RD

El Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) en sus estrategias nos traza como tarea fundamental,  aumentar los niveles de conciencia en nuestras familias,  nuestros  liderazgos y en las diversas instituciones sociales y estatales,  para asumir como meta prioritaria la consolidación de mayores grados de paz en nuestros entornos, a fin de   proveernos de  los soportes que  nos permitan ciertamente enrumbarnos con solidez hacia un desarrollo humano integral, sustentable y permanente.
 
La paz tiene origen en el término latino pax, la misma puede ser definida en un sentido positivo y en un sentido negativo. En sentido positivo, la paz es un estado de tranquilidad y quietud; en cambio, en sentido negativo, la paz es la ausencia de guerra.
 
A nivel político y para el derecho internacional, la paz es la situación y relación mutua de quienes no se encuentran en guerra. Se trata, en estos casos de una paz social, la cual es engendrada por las buenas relaciones entre comunidades de individuos.
 
Sin duda se trata de un concepto abstracto de diversas definiciones, sin embargo, lo más usual es comprenderla como un estado de tranquilidad y quietud interior que sienten las personas y que les hace sentir un bienestar muy especial.
 
La búsqueda de la paz es algo común de todos los seres humanos. Se trata de algo que todos anhelamos sentir, pero que en un mundo tan acelerado como en el que vivimos, la búsqueda de la paz puede resultar bastante difícil.
 
Lograr sentirse en paz requiere de un proceso interno en el que las personas deben cimentar un camino de vida en el que no exista la posibilidad de generar conflictos o problemas que la afecten, aun teniendo presente que la vida misma trae período de grandes dificultades, en los que luego de una sana lucha, se puede obtener la paz. Como vemos, para lograr la paz interna se requiere de mucha tolerancia, de respeto propio y a los demás, de aceptación, de esfuerzo, de respeto, etc.
 
En el sentido personal, relacionado con la tranquilidad interior, el papa Juan Pablo II nos dice al respecto «La conquista de la paz a todos los niveles está unida a la conversión del corazón y a un auténtico cambio de vida.»; el mismo papa nombraba cuatro requisitos para que reine la paz, tomados de la encíclica de Juan XXIII, de 1963: «la verdad, justicia, amor y la libertad». Otro líder espiritual, el Dalai Lama, opina al respecto lo siguiente: «…no temor, más amistad, más armonía, más igualdad, iguales oportunidades para todos, quizá ese es el significado de la paz». En el fondo se deja en claro que la paz no es solo la ausencia de guerra, a un nivel interior o exterior en el mundo, por el contrario, es mucho más que eso.
 
La paz es un valor muy fundamental para las vidas de las personas, las familias y las naciones del mundo, y sobre todo, para el desarrollo personal y colectivo del hombre y la mujer.

¿Cómo puede entonces cultivarse este gran valor desde nuestro interior? ¿Qué pasos debemos seguir para alcanzar este valor y para lograr que el mismo sea fuente fundamental del desarrollo humano como lo enfoca en sus estrategias el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD)?.
 
Al efecto, corresponde entender  que se puede vivir la fraternidad y la armonía entre los seres humanos, los cuales  son los ideales de paz que más se predican, en contraposición al desastre, la guerra y a todo género de conflictos.
 
A tales propósitos, el CRD no llama a entender que la paz no comienza desde fuera, sino desde muy dentro del individuo. No depende de las decisiones de presidentes y altos funcionarios,  si no de lo que llevamos en el interior dentro de nuestros corazones  y nuestras mentes, y que por tanto, para ser mejores ciudadanos, debemos alcanzar la madurez y los niveles educativos que nos permitan manejar las desavenencias sociales en forma constructiva, sobretodo, rompiendo con  el egoísmo, el sectarismos infecundos y los perjudiciales males que los mismos generan.
 
Vivimos en un mundo en la que se habla mucho de la necesidad del establecimiento de la armonía y de la paz interior y colectiva, lo que requiere que los dominicanos  y las dominicanas asumamos la forma de pensar que nos sugiere en sus estrategias en tal sentido del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), la cual nos llama a comprender que el mejor rumbo que contamos para lograr estos objetivos,  es mediante el espíritu de servicio y la vocación de bien hacia los demás, al resultar la paz del buen fruto que nos arroja  saber entender las necesidades ajenas antes de las propias,   y que a su vez  nos guía por  el correcto sendero que con certeza nos conduce a la reivindicación que requieren  nuestras familias,  la sociedad  y el Estado.
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