Nueva técnica trata la hiperplasia benigna de próstata en corto tiempo
MADRID.- Las enfermedades relacionadas con la próstata son una de las preocupaciones más habituales entre los hombres a medida que envejecen. El cáncer es quizá el trastorno más reconocible y el más temido, sin embargo, existen otros trastornos más frecuentes y que se desarrollan, inevitablemente, con la edad.
Por ejemplo, la hiperplasia benigna de próstata, un crecimiento anormal de este órgano de forma indefinida. Lo experimentan uno de cada dos varones a partir de los 50 años, porcentaje que se incrementa casi al 100% de los hombres a partir de los 80 años. Es una enfermedad causada principalmente por el envejecimiento y no se debe a factores genéticos.
El tamaño anormal de la próstata causado por la hiperplasia ejerce presión sobre la uretra masculina, causando dificultad para orinar, vacío incompleto de la vegija o sensación de urgencia.
Al tratarse de una dolencia muy frecuente en los hombres, la hiperplasia benigna de próstata tiene un tratamiento relativamente sencillo. En las primeras fases de la enfermedad “empezamos con un tratamiento farmacológico que es sobre todo a base de alfabloqueantes”.
El principal inconveniente es que estos tienen unos efectos secundarios que “provocan hipotensión, pérdida de libido y eyaculación retrógrada -cuando el semen se redirige hacia la vegija en lugar de salir por la uretra- en un 80% de los casos”.
Además, el farmacológico es un tratamiento que dura años -con el consecuente desembolso- ya que se trata de pacientes crónicos. Por otro lado, los relajantes prostáticos “crean tolerancia, lo que quiere decir que con el tiempo hay que poner medicación más potente hasta que el tratamiento es insuficiente y hay que operarlos”.
Rezum, el sistema que revolucionará la cirugía de próstata
En el ámbito quirúrgico encontramos la cirugía abierta convencional y las técnicas mínimamente invasivas mediante abordaje transuretral (intervención endoscópica que se realiza a través del canal de la uretra). Estas últimas comprenden “varios tipos de cirugías con láser y otras como el Rezum”, un sistema de reciente aparición (apenas cuatro años) que acaba de aterrizar en España.
La técnica Rezum permite intervenir a los pacientes de forma ambulatoria, sin ingreso hospitalario, y no precisa anestesia.
Mediante el sistema Rezum “se inyecta vapor de agua en los lóbulos prostáticos a máxima presión, por lo que estos se separan de los vasos sanguíneos y se provoca la muerte celular del tejido prostático”. Con el paso del tiempo, el cuerpo elimina de forma natural el tejido necrosado, reduciendo el tamaño de la próstata.
Esta técnica no logra un alivio inmediato de los síntomas como harían las cirugías más convencionales, ya que el tejido tarda aproximadamente tres meses en desaparecer, “dependiendo del tamaño de la próstata”.
JPM